Con el objetivo de promover a las mujeres en Humanidades y las Ciencias Sociales y motivar a las jóvenes científicas mexicanas para progresar en la generación de conocimiento, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), anunció las dos becas destinadas a la realización de trabajos de investigación científica a nivel de posdoctorado.
María Cristina Gómez Jonson y Liliana Mondragón Barrios resultaron ganadoras de las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2012, la primera con el proyecto “México País de Tránsito: El Paso Sur” y la segunda con en proyecto de “Análisis de los Componentes Éticos en la Investigación Social en Salud Mental”.
Las Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2012 se destinan a la realización de estudios avanzados en universidades u otras instituciones mexicanas reconocidas, se otorgan anualmente, y para conseguirlas es necesario ser científica de nacionalidad mexicana, haber obtenido el grado de doctora en los últimos cinco años y no haber cumplido 40 años (con fechas según la convocatoria).
Gómez Johnson de 33 años de edad, adscrita al Departamento de Ciencias Sociales, Colegio de la Frontera Norte, dijo que esta beca incentiva su interés por la investigación, la cual le nació desde la licenciatura, en donde tuvo oportunidad de trabajar y profundizar en las habilidades de la metodología histórica.
“Gracias a la profesora que me acompañó en la realización de la tesis, inicié mi contacto con la investigación social, aunque todavía con técnicas históricas. Ella misma me apoyó en la construcción del proyecto que me permitiría acceder a una beca predoctoral, y que estaba completamente dentro del área de las ciencias sociales”, narró.
La beca de la Academia Mexicana de Ciencias, señaló, me otorga la oportunidad de profundizar el proyecto que vengo desarrollando, y además reconoce el esfuerzo para la concepción y realización del mismo. Haber obtenido la beca para las mujeres en las ciencias sociales me llena de satisfacción pues, además del reconocimiento de tan prestigiosa institución, me sitúa en el mapa de la investigación en México, destacó.
Por ello, me siento orgullosa y con muchas ganas de avanzar en este proyecto, y continuar dentro de la línea de investigación que creo es la forma de contribuir al desarrollo y mejora de la academia, pero también del país.
Consideró importante que desde la AMC se apoyen proyectos de jóvenes investigadoras, en un momento en que los estados están dejando de lado la educación y más aún la investigación. Resulta relevante que desde un organismo como es la Academia se continúe dentro de la línea de investigación para el desarrollo, subrayó.
Gómez Jonson habló de los retos desde las Ciencias Sociales, donde explicó, se han realizado diversas investigaciones sobre variados temas que preocupan tanto a gobiernos como sociedades, siempre con la intención de acercarse a problemas que son resultado de comportamientos individuales y comunitarios.
“Aunque el objetivo es identificar las razones que desatan diversos fenómenos, en ocasiones la academia se aleja del sujeto, para concentrarse en el objeto de estudio. Creo que el reto es intentar realizar las investigaciones desde la perspectiva del sujeto, pensando que es por y para ellos que se realizan los proyectos. Alejarnos de él puede resultar en investigaciones que están centradas y dirigidas únicamente al círculo selecto de académicos”, agregó.
Por su parte, Liliana Mondragón Barrios, de 38 años de edad, adscrita al Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, aseguró que la beca le permite continuar trabajando y proponiendo estudios científicos en el área de la ética en la investigación social, con lo cual se fortalecerá esta línea de investigación, que aún requiere de mayor desarrollo.
“La AMC es una institución que se ha encargado de posicionar la investigación en nuestro país en un alto nivel, al fomentar el progreso del conocimiento en sus diversas áreas, lo que conlleva a generar propuestas científicas novedosas pero congruentes a los requerimientos del contexto actual de México. De esta forma, la Academia Mexicana de Ciencias coadyuva a que los resultantes de la ciencia y sus repercusiones tengan un sentido social”, sostuvo.
Los retos en el área de la ética en investigación social son varios, entre ellos enunció la necesidad de cavilar los conflictos éticos representados en prácticas cotidianas de la investigación, desde la consistencia epistemológica y ontológica propia de las disciplinas sociales.
Pero también hace falta llevar a cabo la reflexión ética hacia los nuevos campos de acción, por ejemplo, estudios comunitarios, con poblaciones en riesgo o minoritarias, en donde las diversas implicaciones son difíciles de abordar, concluyó.