Dos de los museos más importantes en México, el Museo del Templo Mayor y el Museo de la Luz, constituyen un espacio no sólo de entretenimiento, también de experimentación y exploración. “Los museos son como ventanas del tiempo.
En un inicio eran ventanas del pasado, y aunque esta sigue siendo una componente fundamental en los museos, también está el caso de los museos de ciencia en donde la ventana abre hacia el presente y también hacia el futuro debido al desarrollo cada vez mayor de la ciencia y la tecnología”, dijo el doctor Jaime Urrutia, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, al abrir la conferencia sobre este tema en El Colegio Nacional, institución de la que es miembro.
Dentro de una inusual conferencia a la que se invitó a dos investigadores para hablar no precisamente sobre su materia sino de su experiencia y conocimiento en la creación de dos de los museos más importantes en nuestro país, Eduardo Matos Moctezuma, miembro también de El Colegio Nacional, contó detalles sobre el comienzo de lo que hoy es el Museo del Templo Mayor, en el corazón del centro histórico de la capital del país.
“Este museo comenzó como proyecto de investigación pues nuestro tema de estudio era el Templo Mayor y determinar cuál era el significado para el pueblo mexica. Dentro de uno de los planos de la ciudad se pudo observar que el lugar donde estaba este templo era el centro de la ciudad.
Para ellos (los mexicas) la ciudad era una réplica del Universo y por lo tanto Tenochtitlán era parte de ese universo y no sólo eso, el templo simbolizaba el lugar de mayor sacralidad, centro de este universo donde se podía subir al cielo o bajar al inframundo.
Después de la conquista militar, los españoles ejercieron una conquista espiritual por lo que arrollaron con este templo”, destacó Matos Moctezuma durante su participación en la conferencia “Los museos como espacios de experimentación, exploración y entretenimiento”, el pasado martes.
El proyecto del Templo Mayor se tornó de gran envergadura y motivó una investigación multidisciplinaria que arrojo grandes publicaciones por todos los hallazgos encontrados que terminaron por convertirse en un museo in situ.
“No es simplemente un ´templote´, es el centro de la cosmovisión mexica, es todo un compendio de significados y aunque es un edificio religioso, también muestra las necesidades de los mexicas y todo eso forma parte del museo”, añadió en su ponencia el profesor investigador emérito de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
La doctora en física Ana María Cetto Kramis habló por su parte sobre el proyecto del Museo de la Luz, de sus comienzos hace 18 años aproximadamente, y de cómo ahora se proyecta su transformación, pues el actual recinto es un lugar de vericuetos, espacios no tan definidos y poco propicios para un museo de ciencia, por lo que anunció la construcción del nuevo museo que se edificará en los terrenos de Ciudad Universitaria cerca de su hermano mayor, el Museo de las Ciencias Universum, y aprovechó para mostrar al público la maqueta del nuevo edificio que albergará al museo.
“Somos uno del únicos museos dedicados al estudio de la luz; sin embargo buscamos en este nuevo proyecto, además de las explicaciones teóricas, crear un espacio de experimentación. La siguiente fase del proyecto será diseñar los contenidos en los que se plantearán aspectos que los muestren como un espacio de ciencia, pero también de arte”, precisó la especialista en estudios de la interacción luz-materia.
Cetto Kramis, quien es integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, comentó que a diferencia del proyecto del Templo Mayor, que es un proyecto finalizado, el Museo de la Luz se encontraba inconcluso lo que permitirá su reestructuración.
Expuso que algunos puntos clave contemplados en la reestructuración son construir un museo de ciencia y arte, abordar la historia de la iluminación y la evolución de la humanidad en torno a ella y mostrar la tecnología como un eje transversal.
La investigadora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México recordó que el año 2015 fue declarado Año Internacional de la Luz y México será una sede importante dentro del programa de actividades. “Esto significa mucho para nuestro país, pues es una distinción a nivel internacional, por lo que se pretende terminar el museo en este año… aunque sea a paso ultrasónico”.