Después de 66 millones de años del impacto de un asteroide sobre lo que ahora es la península de Yucatán, con centro en Chicxulub Puerto, que desencadenó la quinta y más reciente de las extinciones masivas en la historia de la Tierra, fue montada la primera gran muestra museográfica y científica dedicada a este fenómeno, en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán.
“Chicxulub: el fin de los dinosaurios. Exposición temporal”, obtuvo el Premio Miguel Covarrubias 2013, que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al mejor trabajo de diseño e instalación de exposición y estudio museográfico.
La exhibición fue articulada bajo los argumentos científicos de Jaime Urrutia Fucugauchi y Ligia Pérez Cruz, investigadores del Instituto de Geofísica (IGf), así como de Arcadio Poveda Ricalde, investigador emérito del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM y coordinada por el arquitecto José Enrique Ortiz Lanz.
“El estudio del Chicxulub cubrió diversas áreas del conocimiento; en los trabajos participaron geofísicos, geólogos, paleontólogos, astrónomos y especialistas en ciencias planetarias, fue una labor multidisciplinaria que subraya la evolución de la vida en la Tierra desde diferentes puntos de vista”, señaló Urrutia Fucugauchi.
El investigador del IGf, quien posee la inclinación por el estudio atemporal del cráter y su connotación con los dinosaurios, subrayó el esfuerzo de varios años en la interpretación e investigación que ha encabezado en la Península de Yucatán y sur del Golfo de México.
“El hecho de que el cráter esté en el país debe ser uno de los incentivos para tener un trabajo de divulgación de alto nivel, amplio y de buena calidad. Esta exposición nos ha abierto nuevos caminos”, apuntó.
Asimismo, agregó, sobre el tema existe un gran número de publicaciones en la literatura científica. Chicxulub es una de esas estructuras consideradas en el mundo como únicas por lo que representa en términos de la evolución de la Tierra y la vida, además permite entender cómo se han desarrollado las superficies en los diferentes planetas y satélites del Sistema Solar.
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En su oportunidad, Ligia Pérez Cruz, señaló que Mérida y parte de la península yucateca se hallan sobre el mencionado cráter, que tiene unos 200 kilómetros de diámetro, por lo que el museo está en un lugar ad hoc no sólo por el diálogo implícito entre la “ciudad blanca” y su pasado remoto, sino por el reforzamiento del ejercicio de divulgación.
“Lo ideal es que se diga a los visitantes al museo que están sobre un cráter relleno por los sedimentos que forman la península, esto es positivo para la divulgación porque la gente lo siente propio. En
Mérida hay una palabra que significa ombligo, tuch, ellos dicen que son el tuch del universo”.
Además de las piezas y la curaduría científica que reconstruye de forma breve y con lenguaje accesible la historia de la vida a través del tiempo geológico, “Chicxulub: el fin de los dinosaurios”. Cuenta con un video introductorio en una sala 3D tipo domo, que reproduce la caída del asteroide y los efectos que tuvo en el mundo microscópico y macroscópico.
“Mi asesoría fue hacer notar que había biodiversidad antes y después del impacto del asteroide que propició la extinción de los dinosaurios, grupo con el que regularmente todos están familiarizados y que entonces dominaba la Tierra. Ésta fue una oportunidad de darle visibilidad a lo que es Chicxulub”, explicó Pérez Cruz.
En tanto, la labor de Arcadio Poveda Ricalde consistió en asesorar, en términos de lo macroscópico, lo referente a la astronomía, los cráteres, el Sistema Solar y el impacto en Chicxulub, además de la evaluación y elección de imágenes de galaxias y cinturón de asteroides.
Debido a la aceptación que ha tenido la muestra, a más de un año de su inauguración no se cuenta aún con una fecha de levantamiento.
Museo de Ciencias Chicxulub
Urrutia Fucugauchi anunció que se trabaja ya en la instalación de un espacio permanente dedicado exclusivamente al cráter, el Museo de Ciencias Chicxulub, en las instalaciones del Parque Científico y Tecnológico de Yucatán.
“Una primera parte de la exhibición ya está instalada y fue inaugurada en 2012, en 2013 la ampliamos. El proyecto es apoyado por el gobierno de Yucatán y es uno de esos planes de largo alcance, porque también construimos un edificio que incluirá instalaciones de laboratorio, pues los museos tienen que ser mucho más dinámicos y contar con una parte de investigación, no sólo con la contemplativa”, concluyó.