José de Jesús García Lima, de San Luis Potosí, obtuvo por primera vez para México la presea dorada en esta competencia. La selección mexicana también obtuvo medalla de bronce y una mención Honorífica.
Luego de vivir una semana intensa que combinó pruebas de elevado nivel académico y diferentes experiencias culturales, el equipo tricolor que compitió en la XXV Olimpiada Internacional de Biología (OIB), celebrada del 6 al 12 de julio en Bali, Indonesia, regresó feliz y satisfecho tras haber ganado una medalla de oro, una de bronce y una mención honorífica.
José de Jesús García Lima, de San Luis Potosí, se colocó entre los primeros lugares de un total de 238 participantes, lo que le permitió adjudicarse una de las medallas de oro, la primera de ese lugar que consigue México desde que comenzó su participación en este certamen, en 1999.
Los otros dos estudiantes que también tuvieron una participación muy destacada fueron el veracruzano Irving Francisco Domínguez por su presea de bronce y el neoleonés Ehécatl Ruiz Álvarez, quien fue reconocido con una mención honorífica. El equipo mexicano también lo integró la neoleonesa Linda Bravo Bravo.
“El resultado es muy gratificante porque es el fruto de mi esfuerzo y de toda la gente que ayudó a prepararme”, dijo García Lima. En particular, el joven agradeció a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), a su coordinadora, la doctora Cristina Revilla, y a los demás responsables, por hacer posible esta experiencia.
La AMC es la organizadora anualmente de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), en la cual se selecciona a través de varias etapas (regional, estatal y nacional) a los mejores estudiantes que representarán a México en las competencias internacionales.
Este logro es la culminación de un camino de perseverancia que José de Jesús comenzó hace tres años, cuando ingresó a la preparatoria. En su primera participación en la ONB no logró pasar de la etapa estatal, pero no se dio por vencido y en su siguiente intento no solo llegó a la final nacional, sino que se convirtió en uno de los seleccionados para representar al país en la VII Olimpiada Iberoamericana de Biología, celebrada en Córdoba, Argentina, en septiembre del año pasado en la cual obtuvo uno de los metales áureos.
“Prácticamente llevo tres años estudiando para llegar a la olimpiada internacional, sacar esta medalla fue realmente impactante, todavía no me la creo […] El hecho de brincar de escala regional a escala mundial es una experiencia mucho más retadora, los exámenes dan más miedo, pero al final también es más padre porque uno se da cuenta que realmente se puede destacar más allá del nivel nacional”, afirmó.
Por otro lado, el joven potosino comentó que formar parte de estas olimpiadas ha tenido un alto impacto en sus decisiones de vida: “Definitivamente mi participación en este tipo de certámenes influenció mi decisión de qué carrera elegir para mi formación profesional. Cuando entré a la prepa no tenía ni idea de qué iba a estudiar, pero después de la olimpiada dije esto es lo mío y decidí estudiar medicina”.
Por estas razones, García Lima invitó a otros estudiantes a competir y ponerse retos. “Implica mucho trabajo y compromiso pero de que se puede se puede. Desde mi punto de vista, la experiencia de participar en un evento así vale la pena, especialmente porque ayuda a ver el mundo de una forma diferente; además conocí muchísima gente e hice amigos que de otra forma no podría haberlo hecho”.
En esta XXV edición de la OIB participaron estudiantes de bachillerato procedentes de 61 países, los más destacados en esta área de la ciencia en sus respectivas naciones. Los jóvenes tuvieron que demostrar sus habilidades y conocimientos en el campo de biología a través de un extenso examen teórico de dos partes y cuatro pruebas prácticas en los temas de: biología celular y molecular, anatomía y fisiología vegetal, fisiología animal y sistemática, ecología y etología, todas con alto nivel de dificultad.
La experiencia académica de los alumnos se enriqueció con un programa de actividades para conocer la isla y la cultura del lugar: realizaron un safari, convivieron en la playa, conocieron el templo de Uluwatu y disfrutaron de la danza Keck.
Con este resultado, México acumula en 15 participaciones en la Olimpiada Internacional de Biología una medalla de oro, tres medallas de plata y 19 de bronce.