Pedro Ultreras, un mexicano radicado en Nueva York y apasionado por el periodismo independiente. Desde allá se deja venir para poner el dedo en la llaga de los oprimidos. De tan lejos el periodista mexicano viene a meterse en el hocico de la impunidad, como lo es el calvario que sufren los migrantes en su paso por la República Mexicana.
Precisamente nos retrata en su filme La bestia, la terrible experiencia que han sufrido los migrantes al treparse en este tren de la muerte. Y próximamente nos presentará un valioso documental sobre los 49 chavitos que murieron en la guardería ABC. Con ustedes, un periodista independiente que goza la profesión de revelar la verdad, aunque sus deudas sigan en aumento.
¿Cómo observas el periodismo independiente en México? Hay quienes creen que el periodismo mexicano se ha convertido en un mero transmisor de mensajes de la clase gobernante.
Yo no tengo tanto conocimiento de cómo operan los medios, tanto independientes como masivos en México, porque igual radico en Estados Unidos y hago mi vida en Estados Unidos, profesional.
Vengo mucho a México a trabajar en proyectos de este tipo. Sin embargo, sí he notado, he visto un crecimiento sustancial en cuestión de periodismo independiente, tanto en Estados Unidos como en México.
Y una de las cosas buenas de los periodistas independientes es que no tenemos ataduras y no tenemos quién nos esté exigiendo y qué es lo que podemos o lo que no podemos hacer en cuestión de empresas. Las empresas televisivas son compañías, son empresas, son corporaciones y tienen intereses también. Y muchas veces, si tú eres un periodista nato, que en verdad te gusta escarbar y sacar la verdad, te pueden bloquear en muchas de las ocasiones.
Y eso lo vemos, por favor, no es secreto de nadie, que las televisoras más importantes de acá tienen inclinaciones. Eso es muy obvio y los reporteros que trabajan para esas empresas, no es que nosotros somos neutrales, eso no existe, es muy obvio y es muy marcado, sobre todo acá en México quién se inclina para qué lado.
Los periodistas independientes no tenemos ese tipo de ataduras. Decimos las cosas, hacemos las cosas. Si somos en verdad amantes del periodismo y si nos interesan en este caso los temas sociales, no tenemos límites.
Yo estudié en Estados Unidos, me hice periodista en Estados Unidos. Nunca he ejercido en México. En Estados Unidos, no quiero decir que en México la ética no sea tan alta como en Estados Unidos, pero tiene costumbres un poco diferentes.
Yo acá en México he escuchado cantidad de historias... acá es muy fácil que de pronto un periodista se pueda corromper o se pueda vender, si no tiene una base de amor a su profesión bien establecida. Si empiezan a desarrollarse compromisos, con intereses hacia partidos, individuos, empresas, se puede marear muy fácilmente.
Yo he escuchado historias, a favor y en contra de los periodistas independientes en México. El periodista independiente, más que nada se dedica un poco más al documental, de hecho. Yo en mi caso, estoy haciendo más documental, ahora el libro.
Trabajo mucho como periodista en Estados Unidos, de manera Independiente. Me contrata con frecuencia la cadena Telemundo, la cadena Univisión, como reportero, como editor, como camarógrafo y como productor, de hecho ahora voy para las olimpiadas de Londres. Voy con la cadena Telemundo por todo un mes, como productor. Por tiempo completo, me ausento completamente, los compromisos de los libros, de los documentales. Porque a final de cuentas de eso vivo, de allí saco para comer.
Esto de los libros y los documentales no me dejan absolutamente nada, de hecho siempre son inversiones de mi parte, sin ninguna ganancia, ¿por qué? porque no son comerciales. Pero también, no sé, a la mejor es un sistema diferente.
Yo he escuchado historias muy lamentables de periodistas en México, que viven del alcalde, que reciben su chayote. He escuchado este tipo de historias y digo, no puede ser que se presten para esas cosas. Y si me dicen, si puede ser.
No quiere decir que en Estados Unidos no existe, seguramente también existe. Pero ni creo que sea tanto ni creo que sea tan obvio. Yo vivo para esto, yo no gano ni un solo centavo en todas las cosas que hago. Nunca jamás, nadie ha venido a ofrecerme absolutamente nada. Y el día que venga una persona, no creo que merezca una palabra de mí parte, porque no puedo venderme absolutamente ante nadie.
Yo tengo mis convicciones muy fijas, en cuestión a lo que quiero. Y lo que hago. Para mí lo más importante es dar a conocer este tipo de temas sociales, tan espinosos, tan escabrosos que siempre tienen a la población, al ciudadano, por debajo.
De alguna manera quiero ser un poco la voz o el vehículo que lleve a dar a conocer sus clamores de justicia, su sed de oportunidades, que salgan un poquito del anonimato, de la opresión a la que muchas veces nuestros gobiernos, nuestros sistemas lo tienen.
Es muy difícil decirte sobre el periodismo independiente, porque va a depender de cada quien, pero sí creo que cada día se ven más periodistas independientes, cada día veo más documentalistas y el documentalista casi o siempre viene del periodismo.
Ojalá y que hubiésemos más, pero que tuviéramos esas convicciones firmes, fijas de que lo que estamos haciendo lo estamos haciendo por una causa. El que se dedica a ser periodista independiente o a ser documentalista, generalmente es soltero, no tiene familia, porque de esto no se vive, no se come. Se goza, es una satisfacción muy grande al presentar tus proyectos.
Sabes qué, estoy cambiando una mente, estoy llevando un mensaje, pero no vives de esto. Yo no puedo vivir de esto. Yo soy fotógrafo, aparte. Hago muchos trabajos de fotografía. Radico en Nueva York, entonces me vienen en ocasiones trabajos de fotografía para revistas, hago fotografía para firmas de publicidad.
Y hago lo que le llamamos el free lance, que es periodismo independiente también, pero para televisoras de Latinoamérica. O sea, trabajo con mucha gente, pues ya tengo 20 años como periodista en Estados Unidos, entonces, pues ya estoy bien establecido, me distinguen bien y me dan muchas chambitas y de eso vivo.
Este profesionalismo que le imprimes a tu periodismo, como lo que nos comentabas, de acciones de ir hasta El Salvador y ver cómo vive esta persona. Hasta donde se ha ido perdiendo o pervive este periodismo de fondo, de rigor, de investigación...
Es que la gente tiene familias y tiene que comer. Entonces, otros periodistas no pueden hacer las cosas que yo hago. Yo soy soltero. Mira, lamentablemente hasta mis padres han muerto. Mi madre, mi padre era mi razón, por lo que me detenía para muchas cosas. Ya no tengo, soy el más chico de todos mis hermanos y todos ellos están casados y tienen hijos y a ellos les importan primero sus hijos y sus esposas que el hermano menor.
Yo ya tengo 42 años de edad. Yo soy muy apasionado en esto que hago, estoy muy comprometido. Y antes de comprometerme con una de estas historias llego a conocer a los personajes y me comprometo con ellos, mira ahorita estoy trabajando en el documental de la guardería ABC.
Antes de irme a filmar a Sonora, que me pase buen tiempo en el verano con calorones de 50 grados que odiaba. Pero antes de eso conocí a varios de los padres, de los niños de la guardería y me comprometí con ellos cuando conocí sus historias a fondo, cuando vi lo que estaban pasando, lo que estaban viviendo y cuando conocí esos efectos, que continuaron después de la tragedia, efectos de familia, intentos de suicidio de parte de los padres, alcoholismo, drogadicción, separación de familias por la frustración, por la sed de justicia, por el coraje de que sus niños murieron en el lugar donde tenían que ser cuidados.
Yo no puedo permitir que no se haga nada más, que ya vaya para tres años y nadie más hable de esto. Y vamos dejando las cosas al olvido, y vamos dejando las cosas, consciente de que el tiempo es el que cura cualquier herida. Acá no se pueden curar heridas. Pero mientras más pasa el tiempo más se olvida.
Me comprometí con ellos a hacer un documental. Tuve que sacar dinero de mi bolsa y conseguir dinero con mis amigos y lo que van a ver en el documental es eso, es la pasión de una persona que recibí amenazas, persecución, hostigamiento de las autoridades, papelitos en mi auto, amenazándome.
Hostigándome, más que nada. Ninguna amenaza de muerte, pero si... ten cuidado con lo que estas haciendo, sabemos dónde estas y quién eres. No iba a ninguna parte en Sonora, sin tener un vehículo que me andaba siguiendo en alguna parte.
La señora que me estaba alquilando ya no me quería alquilar, porque me decía, yo no sé en que está usted metido, pero siempre hay alguien vigilándolo. Entonces, enfrentarte a este tipo de cosas por nada, simplemente porque te gusta, no sabes que, por qué me comprometí con los padres. Así como cuando vine a conocer a los migrantes, es cuando dije, yo no puedo, tengo que hacer algo más para esto.
Y seguramente va a ver otras cosas más que voy hacer a futuro, pero es por una pasión muy grande que tengo y un compromiso de alguna manera con la sociedad oprimida... y cada día me escuchan un poco más, ya puedo atraer personas como el padre Solalinde, como Álvarez Icaza, a gente muy importante que tienen un poder de convocatoria mucho más alto.
Ya vemos televisoras, vienen medios. Entonces, como que está funcionando lo que hacemos y eso me motiva para seguir trabajando más, aunque cada vez esté más metido en deudas.