*Los expulsados
Arrojados al precipicio del miedo
Bañados en la sangre de nuestros muertos
Sentimos lo que dicen sintió Adán
Al ser arrojado del Paraíso
Temeroso y desnudo
A la Espada Encendida
Que refulge vibrante y acechadora
Como si no hubiese pasado el tiempo
Sobre nuestras cabezas
Indefensas y sorprendidas
En donde el corazón parece detenerse
Por el miedo de ver como caen
En nuestros entorno, nuestros iguales
Y que seguramente, en cualquier esquina
Aguarde ese puñal criminal e impune
Nuestro desasosegado paso
Sin permitirnos la última oración
Dentro del espanto
Acompasado con los estertores mortales
En el precipicio en que nos arrojaron
Los usurpadores de la Voluntad Divina
Esos abusadores de la razón de la fuerza
Temerosos, también con mucho miedo
Del Despertar del Hijo del Hombre
Que les lleve a cuentas
Por tanto muerto, tanta sangre
Tanta infamia
Distribuida democráticamente
Un pensamiento que conduce a la Esperanza
De que tal vez mañana
Si podemos despertar
Sea distinto a este pesar que nos embarga