El Premio Nacional de Ciencias y Artes se entregó por primera vez el 20 de diciembre de 1945 al escritor Alfonso Reyes por sus aportaciones a la literatura, en particular por su obra La Crítica en la Edad Ateniense.
A 70 años de existencia, “este reconocimiento es el más importante del país en las diferentes áreas de las ciencias y las artes, y el Consejo de Premiación de cada una de las áreas está integrado por jurados de alto nivel”, dijo en entrevista Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Este reconocimiento lo han recibido diferentes integrantes de la Academia, entre ellos 19 de los 32 investigadores que han sido presidentes de esta institución, mencionó Urrutia, quien fue reconocido con esta distinción en 2009, en el área de ciencias físico-matemáticas y naturales.
Cabe destacar que el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, que fue creado en 1994 como un órgano asesor en la formulación de políticas y programas para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, está integrado por investigadores –a la fecha son 124– que han sido galardonados con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Desde 1984 el Premio se entrega en seis campos, sin embargo, en los primeros años se otorgaba a una personalidad distinguida y en una sola área. Así, en 1946 José Clemente Orozco recibió el premio en el campo de las bellas artes, y en 1947, el músico y compositor Manuel M. Ponce fue galardonado en esta misma categoría.
Un año después se premiaron, en 1948, las aportaciones en el campo de las ciencias físico-matemáticas y naturales, el reconocimiento fue para Maximiliano Ruiz Castañeda, quien colaboró con el doctor Hans Zinsser de la Universidad Harvard para elaborar la vacuna contra el tifus.
En 1958 el Premio se otorgó en dos áreas al mismo tiempo: a Martín Luis Guzmán en lingüística y literatura, y tanto Carlos Chávez como Gerardo Murillo-Doctor Atl, fueron galardonados en el campo de las bellas artes. Posteriormente, en 1967, la distinción incluyó tres áreas al mismo tiempo: lingüística y literatura, bellas artes, y ciencias físico-matemáticas y naturales; dos años después, en 1969, se agregó el reconocimiento en el área de historia, ciencias sociales y filosofía.
La categoría de tecnología y diseño se entregó por primera vez en 1976 y, finalmente, en 1984 se reconoció el impulso que se le da al arte y a las tradiciones populares. Desde entonces, el Premio se ha entregado a mexicanos excepcionales en seis campos: 1) lingüística y literatura, 2) bellas artes, 3) historia, ciencias sociales y filosofía, 4) ciencias físico-matemáticas y naturales, 5)tecnología, innovación y diseño, y 6) artes y tradiciones populares.
“En lo que respecta a las candidaturas, estas deben ser propuestas por las instituciones públicas y privadas del ámbito cultural, científico y académico de prestigio a nivel nacional. Además, los jurados en las diferentes áreas son autónomos y conducen la evaluación de las candidaturas con estrictos criterios de calidad, analizando la trascendencia y alcance de las contribuciones y la trayectoria de quienes son propuestos”, señaló Urrutia Fucugauchi.
El Consejo de Premiación es presidido por el secretario de Educación Pública, y está integrado por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el de la Universidad Autónoma Metropolitana, los directores generales del Instituto Politécnico Nacional y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y por representantes de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior y El Colegio Nacional; así como por los directores generales de Culturas Populares, de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías.