A once años de su fundación, y con más de 260 proyectos de investigación realizados, la Torre de Ingeniería (TI) de la UNAM se consolida como un espacio único en su tipo, con operación autofinanciable y objetivos estratégicos para resolver problemas de los sectores productivo, social y de servicios, mediante la aportación de soluciones innovadoras.
Desde su creación, ha tenido como propósito integrar las capacidades de la Universidad en el campo de la ingeniería a favor del país, mediante proyectos tan diversos como seguridad industrial y análisis de riesgos; desarrollo de sistemas para el tratamiento de aguas residuales; investigación en torno a la desalación de agua de mar con fuentes de energía renovables; diseño de sistemas de identificación, control y registro de vehículos automotores por radiofrecuencia, así como inteligencia artificial para la predicción de plagas y enfermedades en frutas y hortalizas, entre otros.
Para poner en marcha estas iniciativas unen esfuerzos cinco entidades universitarias: los institutos de Ingeniería (II) y de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (IIMAS); las facultades de Ingeniería (FI) y de Química (FQ), y el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET), con la colaboración de las secretarías General y Administrativa, además de la Tesorería y la Coordinación de la Investigación Científica.
Los proyectos han contado con el patrocinio de instituciones como Petróleos Mexicanos (PEMEX), Comisión Federal de Electricidad (CFE), Instituto Mexicano del Seguro Social, Gobierno del Distrito Federal (GDF), Aeropuertos y Servicios Auxiliares, las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT), y de Seguridad Pública (SSP), además de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), entre otras.
La visión de la torre va orientada a fortalecer la colaboración entre las instancias que la integran, e incrementar la interrelación de los diferentes grupos de trabajo en los diversos proyectos a realizarse, aseguró Jorge Vázquez Ramos, presidente en turno del Consejo Directivo de la TI.
Con ello, dijo, se cumple uno de los propósitos fundamentales de este espacio: integrar las capacidades de la UNAM para la solución de los problemas nacionales.
Se trata, insistió Vázquez Ramos, en poner al servicio de la sociedad mexicana las habilidades y el conocimiento en esta materia, por lo que, adelantó, se organizarán simposios y otras actividades destinadas a robustecer el trabajo multidisciplinario en los diferentes proyectos.
Actualmente, Vázquez Ramos, director de la Facultad de Química, encabeza la presidencia del Consejo Directivo de la TI, la cual es rotatoria cada seis meses, entre los directores de las entidades académicas participantes, con posibilidades de reelección una vez en forma consecutiva.
La TI se ha consolidado como un espacio de vinculación entre académicos, profesionistas, empresas y estudiantes de las distintas ingenierías, que facilita el desarrollo de tecnologías y soluciones técnicas eficientes, además de coadyuvar a la formación de recursos humanos altamente capacitados.
La Unidad busca una modalidad académica de vinculación flexible y ágil con los sectores social, productivo y de servicios, tanto público como privado, a fin de reforzar las capacidades de la UNAM para participar en investigación y desarrollo tecnológico en beneficio de la sociedad.