La VI Olimpiada Mexicana de Historia 2012 tendrá como sede el estado de Tlaxcala, que recibe, desde este domingo y hasta el 20 de junio, a cerca de un centenar de jóvenes de 13 entidades del país, quienes ganaron su lugar para participar en la etapa nacional.
Tlaxcala, estado que desde la primera edición de esta olimpiada viene participando de manera regular con sus jóvenes estudiantes, se estrena como entidad anfitriona de este concurso que organizan la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Fundación Televisa y la Secretaría de Educación Pública del estado.
La VI Olimpiada Mexicana de Historia (OMH) registró en la primera etapa a 171 mil estudiantes entre 12 y 16 años de edad, y tras el proceso de selección, que constó de dos exámenes a niveles local y estatal, se eligieron a los 100 mejores participantes para la fase nacional, a la que llegaron 91 jóvenes.
Los mejores estudiantes de historia del 2012 para la etapa nacional provienen de Baja California, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Guerrero, Estado de México, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Alfredo Avila Rueda, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM y quien desde este año asumió la coordinación de la OMH, informó que en el concurso a nivel nacional se abordarán temas de historia de México, fundamentalmente los que se han establecido en la competencia, que son los periodos Prehispánico, Colonial y siglos XIX y XX.
Explicó que habrá dos pruebas. La primera, a efectuarse el lunes 18 de junio, constará de la lectura de cuatro textos de historiadores actuales, quienes se han preocupado de manera significativa por la divulgación de los cuatro periodos mencionados.
Los estudiantes, dijo Ávila Rueda, deberán responder una serie de preguntas relacionadas con la lectura de esos textos y otras más sobre conocimientos que tienen de esas épocas de la historia de México.
Para el martes 19 de junio, segundo día de la OMH, los participantes serán divididos en dos grupos y realizarán un ensayo con dos posibilidades: A un grupo se le entregará un texto de historia colonial, del s. XVIII, en el que se describen las condiciones sociales de la época, y tendrán que elaborar el ensayo en el que reflexionen acerca de los cambios que ha tenido la sociedad a partir de esa lectura, pero también de su propia experiencia social y de sus conocimientos históricos.
El segundo grupo recibirá unos pequeños textos del s. XIX relacionados con las diversiones públicas, y se pedirá a los estudiantes que realicen el mismo ejercicio de reflexión.
Los miembros del comité organizador revisarán cada una de las pruebas para hacer la evaluación final, la cual considera varios aspectos: conocimientos históricos y capacidad de relacionarlos con los textos de lectura proporcionados; análisis de lectura, ortografía y redacción, ésta última de especial relevancia, porque los estudiantes deberán exponer claramente sus ideas.
Los cinco estudiantes que tengan la mayor cantidad de puntos serán los ganadores de la VI Olimpiada Mexicana de Historia, la de más reciente creación de la AMC, y pasarán a la gran final, la cual será televisada en cobertura nacional a través de Fundación Televisa, lo que resulta ser una experiencia emocionante para los jóvenes finalistas.
Ávila Rueda expresó su satisfacción por el crecimiento continuo que ha tenido esta olimpiada, luego que la primera convocatoria, en el 2007, reunió en su primera etapa a 56 mil estudiantes, y ahora, en su séptima edición, se registró un aumento de poco más del 200% respecto de la inicial.
“La cantidad de alumnos inscritos en la primera Olimpiada Mexicana de Historia en ese entonces nos pareció asombrosa, pero no está ni de cerca de lo que se ha tenido en las convocatorias siguientes. Esto demuestra un interés de nuestros jóvenes por conocer su propio pasado, por conocer la historia de México”, dijo
El comité organizador está integrado por los investigadores Soledad Loaeza, Erika Pani, Elisa Speckman, Graciela Márquez y Valeria Sánchez, del Centro de Estudios Históricos del Colegio de México; así como de Estela Roselló, Berenice Alcántara, Federico Navarrete, Iván Escamilla y Alfredo Ávila, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.