Por Pedro y Tomás Flores

El fútbol americano desde aquel infausto segundo clásico en el Estadio Azteca, ha acumulado una serie de enemigos, que lo han marginado de todo tipo de benéficos, sino es el de la tradición y el esfuerzo de muchos  es jugadores que vivieron los días de gloria y que ahora son funcionarios en diversos niveles en provincia  y han dedicado su tiempo a fomentar el deporte de sus amores.

Los días en que en el Distrito Federal y en Monterrey se vivían emociones por ver el clásico Poli-Universidad o Tigres  -Borregos Monterrey, parece que están pasando a la historia y tal vez ya nada más queden como anécdotas en algún libro escrito por viejos aficionados.

Los problemas que se vivieron en la última década en el fútbol americano concluyeron con una división de ligas, la de nosotros los pobres ONEFA y la de ustedes los ricos la CONADEIP, cuyo presidente sigue después  de mes y medio sin contestar llamadas y mantiene en total abandono a los medios de comunicación, ya que ni en su Nextel contesta, menos en la Ibero, en donde su secretaria asegura que siempre está ocupado y en juntas.

Y fue precisamente en la presentación de la llamada Liga Premier en donde se le preguntó si se podrían hacer juegos con Onefa y dijo que su liga sería incluyente. Creo que es hora de que demuestre que  tienen palabra y se acerque en forma real y propositiva al fútbol americano para restablecer de alguna forma los tazones interligas que atraerían un gran número de aficionados.

Por su parte, ONEFA asegura que mientras se respete el acuerdo de no piratearse jugadores, ellos están en disposición de establecer pláticas, pero de mantener la Conadeip y la Liga Premier en lo particular una actitud de mutismo, no beneficiará en nada sobre todo después de las bravuconadas de Eric Fisher a Pumas, la cual no tuvo eco ni en su liga.

Mientras esto sucede, los aficionados esperan con  la realización de un verdadero clásico entre las selecciones de PUMAS e IPN y en el norte del de Tigres-Tec, que por cuestiones de política interna de las instituciones y ligas no se dan y sólo matan a los verdaderos seguidores del fútbol americano... Aquí se puede aplicar eso de que no hay más ciego que el que no quiere ver