Contra lo que se afirma en el gabinete presidencial, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens Carstens, acaba de declarar que la violencia del narcotráfico que se registra en México y otros crímenes sí están frenando el crecimiento del país.

Al participar en un panel de la agencia de noticias económicas y financieras Bloomberg, el titular del Banxico dijo textualmente: “Sin duda la violencia ha sido un factor negativo. Este es un problema que México ha estado atacando en los últimos años. Es un problema profundamente arraigado”.

En las instalaciones de esa agencia informativa en México, y frente a directores generales de compañías e instituciones líderes, así como con altos ejecutivos del gobierno, Carstens citó la encuesta a especialistas del sector privado –publicada el 3 de octubre pasado– en la que aparece como el principal del país el de la inseguridad pública, Carstens habló claro y sin tapujos.

La violencia, dijo el funcionario, tiene “graves” consecuencias para las personas en las comunidades afectadas, mientras que no es un problema significativo para los inversionistas en el sistema financiero.

Añadió que las autoridades mexicanas están lidiando con el problema de la violencia y es probable que se controle con el paso del tiempo.

Y enseguida se preguntó: “¿Qué puede hacer el Banco de México? No mucho”, se respondió él mismo, y agregó: “Sólo hacer nuestro trabajo y básicamente no tener otra fuente de incertidumbre en la economía”.