El Sistema Nacional Anticorrupción puede significar un avance en la forma de coordinar a las instituciones encargadas de combatir a la corrupción, pero sin duda quedan grandes pendientes, principalmente en materia del fuero y conflicto de interés, sostuvo el senador Armando Ríos Piter.
Al posicionar a nombre del Grupo Parlamentario del PRD sobre el dictamen por el que se crea el Sistema Nacional Anticorrupción, el senador señaló que éste no responde a las demandas de transparencia y combate a la impunidad que los recientes acontecimientos han generado en la población.
“Esta minuta, que estamos a punto de votar, se queda corta para darle respuesta a tantos millones de hombres y mujeres en este país (…); esta minuta sin duda se queda corta frente a la crisis de credibilidad que tenemos, pero no comparto que por eso haya que desecharla”, dijo.
El secretario de la Comisión de Gobernación destacó que el dictamen presenta un avance también en la facultad de la Auditoría Superior de la Federación para supervisar las partidas presupuestales de las entidades federativas.
No obstante, agregó que contiene omisiones como la integración de un sistema nacional ciudadano que sea la parte crítica y fundamental que “eche a andar esa voluntad que es la que hace que se muevan las instituciones”.
Además, “está el tema del fuero, he venido señalando que llamar a esta minuta un verdadero Sistema Nacional Anticorrupción sería incompleto si no logramos quitar el fuero, el fuero para senadores y senadoras, el fuero para legisladores, el fuero para presidentes municipales como José Luis Abarca, o el fuero incluso para el Presidente de la República”.
En ese sentido, Ríos Piter advirtió que se corre el riesgo de perpetuar un modelo en el que los candidatos llegan a puestos de elección popular con prácticas corruptas como malversación de recursos o tráfico de influencias y conflicto de intereses.
“¿Cómo se les premia a aquellos que muchas veces han violado la ley?, pues se les premia con fuero”, subrayó.
Finalmente, pidió a los senadores comprometerse a que en un periodo de un año se trabaje para tener la “verdadera primavera mexicana” con un verdadero sistema que combata a la corrupción y a la impunidad.