Los senadores del PAN, Mariana Gómez del Campo Gurza y Ernesto Ruffo Appel indicaron que la Cámara Alta y el gobierno federal no pueden ser omisos o indiferentes ante la crisis política y social que se vive en Venezuela, que ha traído consigo la constante violación de los derechos humanos y la limitación de las libertades para los ciudadanos de ese país.
“Estamos obligados a alzar la voz cuando, por el simple hecho de salir a las calles a manifestarse, al menos 39 personas han fallecido, cuando la cifra de heridos asciende a 600 personas, más de 2 mil han sido detenidos o cuando hay evidencia de tortura y abuso de autoridad”, expresó Gómez del Campo Gurza, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe.
Recordó que durante el siglo XX la política exterior mexicana se basó en la rígida interpretación del principio de soberanía y de no intervención, sin embargo, a inicios del siglo XXI México comenzó a pronunciarse sobre las violaciones a los derechos humanos y políticos, e incluso abrió sus puertas al escrutinio de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), por lo que, dijo, la defensa y promoción de los garantías individuales se convirtió en otro pilar de nuestras relaciones con el mundo.
Durante la conferencia “Voces de Venezuela, el rol del Poder Legislativo ante la Crisis”, la senadora por el Distrito Federal señaló que ante la crisis venezolana preocupa un posible regreso a la tradicional y cómoda postura de soberanía y no intervención por parte del gobierno federal, para guardar un silencio que podría convertirse en cómplice.
“Nuestra Cancillería debe hacer su trabajo y actuar conforme esta nueva época lo reclama”, agregó la Legisladora.
Gómez del Campo celebró que senadores de todos los partidos se hayan sumado a una carta de condena por los atropellos en contra de legisladores de la oposición venezolana, “pues en el Senado de la República no podemos ser omisos o indiferentes ante una realidad que le duele a Venezuela, a América Latina y a nuestro país”, dijo.
“Quiero dejar en claro, que en el Senado nunca hemos hablado de posturas ideológicas, porque no se trata de una cuestión de izquierda o derecha sino de democracia, libertad y de respeto a los derechos humanos”, dijo.
En su intervención, Ernesto Ruffo Appel indicó que los senadores están preocupados por la crisis política y social que sucede en un país hermano, como es Venezuela, “por lo que se debe prestar mucha atención en que en ese país exista el respeto a las libertades y a los derechos humanos”.
Comentó que, a pesar de que el Senado de la República está inmerso en un proceso de análisis de leyes reglamentarias a reformas constitucionales, esto no puede ser pretexto para “apartarse de los sucesos mundiales y, particularmente, de lo que pasa en Venezuela”, dijo.
Al hacer entrega de un informe elaborado por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, en el que se documentan las graves violaciones a las garantías individuales de los venezolanos, el diputado venezolano Williams Dávila Barrios solicitó a la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y El Caribe un “energético pronunciamiento de defensa del orden público democrático, de los derechos humanos, de la libertad de expresión, que han sido transgredidos por el gobierno venezolano; yo le solicitó al Senado mexicano ese enérgico pronunciamiento”.
Asimismo demandó a la comunidad internacional y a los organismos internacionales, como la OEA, la ONU y UNASUR, a no permanecer en silencio ante los gravísimos acontecimientos que se viven en Venezuela.
“La política del aislacionismo que pudiera equipararse al principio de autodeterminación de los pueblos ha sido una doctrina latinoamericana, pero eso no puede significar quedarnos callados ante esas violaciones de los derechos humanos, porque hoy en día los derechos humanos son un valor universal que legitiman una democracia, y la comunidad internacional tiene que sustentarse sobre valores”.