Todavía no es candidata oficial para contender por la Presidencia de la República en el 2012 y Josefina Vázquez Mota ya contaminó el escenario político con falsas acusaciones, lesivas remembranzas de lo ocurrido en el 2006 y malsanas posturas de poder electoral.
Esto es lo que provocó la precandidata panista al cometer el garrafal error de revelar que a las nueve de la noche de aquel primer domingo de julio del 2006, el entonces titular del IFE, Luis Carlos Ugalde, la llamó por teléfono para pedirle que le anunciara al candidato de su partido que ya era el Presidente de la República, porque le ganó las elecciones al perredista Andrés Manuel López Obrador y al priísta Roberto Madrazo Pintado.
Y tan contaminó el ambiente electoral justo en la antesala de la selección de candidatos, que Ugalde salió de inmediato para calificar a Vázquez Mota de mentirosa y falsa y todo un rosario de lindezas, porque “yo nunca le hablé a Josefina, incluso, me negué a contestar una llamada telefónica del propio Calderón. Bueno, hasta mentadas de madre me llovieron en el cuartel panista aquella noche”.
Palabras textuales que expresó Luis Carlos Ugalde el jueves pasado, para poner quieta a Josefina Vázquez Mota que, a pesar de que intentó rectificar sus palabras, el daño está hecho y, quiérase que no, en caso de que sea la candidata del PAN a la Presidencia de la República, tanto priístas, pero principalmente los perredistas, capitalizarán este escenario y pondrá a sus estrategas a trabajar con todo para inyectar entre el electorado nacional que con esa revelación de la llamada telefónica, se confirma la sospecha del robo en las urnas.
Obviamente que López Obrador se desgañitará, a lo largo y ancho del país, para exhibir el video en que Josefina confesó, micrófono en mano ante un grupo de panistas hidalguenses, que Luis Carlos Ugalde la llamó a las nueve de la noche del domingo de las elecciones presidenciales del 2006, para darle la primicia de que Felipe Calderón ya se podía considerar el relevo del también panista Vicente Fox quesada en Los Pinos.
Pero los priístas, maestros en capitalizar tras bambalinas errores de esas magnitudes, se encargarán de alimentar esa estrategia perredista y por abajo del agua le ayudarán a construir los escenarios que necesitarán para inyectar entre el electorado nacional la idea de que los azules robaron la Presidencia de la República.
Recuérdese que tanto se repite un hecho con frases alusivas y remembranzas espectaculares, que terminan por confundir y sembrar los efectos sociales buscados; es decir, con mentiras o verdades se lleva a la gente hacia donde se quiera.
Recuérdese también que la política es de estrategias y quien mejor las construye, mejores resultados alcanza.
Así las cosas, si el presidente Felipe Calderón se empeña en imponer a Vázquez Mota, correrá el riesgo de terminar con un desastroso escenario político en julio del 2012, similar al que sufrió el PRI en el 2006, y si decide mandar al impoluto Ernesto Cordero, lo único que logrará llevar a la arena electoral, serán discursos técnicos, tediosos y carentes de motivación social, pues también sus contrincantes le restregarán en la cara aquello de que con seis mil pesos mensuales una familia puede pagar casa, vestido, sustento, carro y hasta colegiatura.
Tal parece que a los panistas del momento se les olvida que el senador con licencia Santiago Creel Miranda, estuvo a punto de ganarle a López Obrador el gobierno del Distrito Federal en las elecciones del año 2000 y que en esta última década ha jugado en las ligas mayores de la política.
Quiérase que no, este ex secretario de Gobernación, ex consejero electoral y ex líder de los senadores azules de la 60 Legislatura, es la mejor carta que tiene Calderón, aunque no sea de su grupo político dentro de su partido.
¿O se aventurará con esa vacilada de postular a un candidato externo? La política es para los políticos y la tecnocracia tiene que atender mecanismos viables de administración pública.
Que quede para la reflexión.