Desde el punto de vista energético, el horario de verano en México sí ha generado beneficios porque se ahorra, en promedio, uno por ciento de la energía que consume nuestro país cada año, afirmó Manuel Martínez Fernández, del Centro de Investigación en Energía (CIE) de la UNAM.
Algunos consideran que es poca, pero cualquier cantidad es bienvenida, porque equivaldría a la energía que consume Tlaxcala, detalló.
En México, esta medida se comenzó a aplicar en 1996, pero en la actualidad, alcanza a alrededor de 100 países, lo que equivale a poco menos de la mitad de las naciones del mundo, apuntó el investigador universitario.
Sin duda, aseveró, éstas son convenciones que debemos hacer si queremos comunicarnos en un mundo global, porque ya no estamos en la época en la que los horarios locales que regían en los territorios correspondían al horario solar verdadero.
Se trata de convenciones a las que hemos llegado para permanecer comunicados en forma apropiada desde cualquier país, aunque esto inició muchos años atrás, con los tiempos de los trenes, para que los pasajeros supieran a qué hora deberían estar en cada estación, comentó el especialista en planeación energética.
Otros beneficios
Adicionalmente, señaló, se han hecho estudios que analizan este cambio desde el punto de vista de la salud y en lo social, y en términos generales, los resultados no producen efectos negativos.
Martínez reconoció que algunas personas son más sensibles y resienten la modificación en aspectos como la concentración o presentan alteraciones en alguna de sus funciones biológicas, pero por lo regular se adaptan en un máximo de dos semanas.
“En un principio, se pensó que podría haber muchos problemas, pero con los años ha habido un proceso de adaptación. En Sonora, por ejemplo, no se aplica, porque tiene un comercio fuerte con Arizona y en ese estado no existe el de verano”, refirió el también experto en estudios para el desarrollo sustentable.
También, explicó que la duración del día solar, es decir, de cuánta iluminación tenemos, depende de sólo dos parámetros: la latitud y la estación del año.
Los países europeos, al estar más cerca de los polos que México, les conviene más ahorrar energía durante el verano y realizar más actividad en el día con iluminación natural; lo que debemos hacer es aprovechar mejor esas horas, concluyó.