En el último año, México registró una caída en los precios de sus granos básicos; tan sólo el maíz tuvo una disminución del 40 por ciento en el mercado internacional, sin que se observen medidas claras por parte de las autoridades para auxiliar a los productores agrícolas, denunció la diputada Verónica Beatriz Juárez Piña.
Destacó que también el precio del trigo cayó 30 por ciento, el de sorgo 33 y el del frijol un 50 por ciento.
Ante esta situación, la legisladora impulsa un punto de acuerdo por el que exhorta a la Secretaría de Economía a llevar a cabo una investigación en el mercado nacional sobre la especulación de los precios de los granos básicos, especialmente del frijol y el maíz.
Solicita también a la Sedesol implementar un sistema nacional de compras para adquirir al menos un 30 por ciento de la cosecha de maíz, frijol y trigo a precios justos para los productores.
La propuesta, suscrita además por los diputados Trinidad Morales Vargas y José Antonio León Mendívil, demanda a la Secretaría de Economía y a la Sagarpa establecer medidas urgentes y efectivas, a fin de acudir en ayuda de los productores de granos básicos.
El documento detalla que la baja de precios en el mercado internacional afecta al 95 por ciento de la producción agrícola nacional, ya que prácticamente representa el conjunto de esos tres granos.
Sólo para dar un ejemplo, detalló Juárez Piña, el maíz, el principal cultivo de México, tiene un precio en la bolsa de Chicago que ronda los 170 dólares la tonelada, lo que significa, en promedio, una pérdida de más de 100 dólares por tonelada.
Si se considera que México produce en promedio 22 millones de toneladas de maíz al año, continuó, ello significa una pérdida para el sector arriba de 2 mil 200 millones de dólares; es decir, una pérdida de 28 mil 600 millones de pesos, lo que es igual a más de 2 veces del total del presupuesto destinado al Proagro Productivo en 2014.
Recordó que el Programa Sectorial de Desarrollo Agropecuario, Pesquero y Alimentario 2013-2018 propone como metas un incremento en la producción de maíz blanco hasta en un 24 por ciento y 67 por ciento de maíz amarillo; además, establece incrementar la producción de trigo en un 9 por ciento; frijol, 18 por ciento, y sorgo en un 17 por ciento.
Estas son metas loables, expresó, orientadas a garantizar con producción nacional al menos un 75 por ciento del mercado agroalimentario, el mínimo necesario establecido por la FAO, cuando actualmente importamos cerca del 50 por ciento de los alimentos que México requiere.
Enfatizó que el sector agrícola es uno de los más vulnerables de nuestra economía, donde los efectos del cambio climático son devastadores. Si a ello, explicó, agregamos el aumento en los precios de fertilizantes, semillas y maquinaria que requieren, además del diesel y la gasolina e impuestos nuevos como el del uso de agroquímicos y de la energía eléctrica para sistemas de riego, nos encontramos con productores cada vez más dañados.
Destacó que lo anterior ha generado que productores agrícolas de diversos estados comiencen a protestar a fin de buscar una solución al pago justo de sus cosechas, tal como sucede en Zacatecas, Chiapas, Jalisco, Guanajuato y la Ciudad de México.
Esto, dijo, a pesar de que el Estado tiene las facultades constitucionales y legales para atender esta emergencia en la producción y comercialización de granos básicos, ya que, de acuerdo al artículo 25 constitucional, es “quien planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará a cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general”.