En la Junta Local se demandó al clan Bracamontes Baz por injusticia laboral… Los trabajadores ganaron y los actuarios se hacen “patos” para notificar el laudo… La calaca enfureció y los llamó a todos, patrones y funcionarios, para reclamarles su bajeza… Al final los dejó en el panteón para que solo ahí disfrutaran de la mal habida riqueza…
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Desde Los Pinos se negoció el futuro del petróleo… El Congreso aceptó privatizarlo sin consideración, lo que el pueblo calificó como artera traición y llamó a la calavera para que se los llevara directo al panteón, donde gritan, patalean y claman compasión… Nadie los escuchó y ahí siguen pagando la criminal acción…
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Diputados y senadores subieron los impuestos de manera brutal… La catrina se enojó de tanto mal y aunque trató de disuadir a ese puñado fantasmal, ninguno la escuchó y los llevó al panteón para quemarlos envueltos en un costal…
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Soy dueño del Diario de México… Soy influyente y por lo tanto intocable frente a las autoridades… La calaca ocupada estaba con otros malosos, pero al escuchar las palabras de este ostentoso, preparó una morada especial en su reino y vino por quienes fraguaron contubernio…
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Discutían, discutían y discutían… Negociaban, negociaban y negociaban como mandar a la miseria a la muchachada con medidas parlamentarias… Finalmente acordaron enterrar las prestaciones sociales y llegó la calaca para prender fuego al recinto de los males…
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Los legisladores terminaron sus negociaciones con inhumanos sacrificios para el pueblo… La calaca trinó de muina, vino por ellos y se los llevó al panteón con todo y tribuna
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