Por Guillermo Pimentel Balderas

Wilfrido Hernández Jarquín, vocero de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional (CNPA-MN), advirtió que no puede ser visto al campesino como parte de un “almacén de votos” a conveniencia en tiempos electorales.

Por ello, anunció el inicio de la campaña de concientización en el medio rural para la democratización de conciencias y el voto razonado, luego de recordar un aniversario más de la represión del Estado contra estudiantes el 10 de junio de 1971 y tras determinar su incorporación autónoma al movimiento estudiantil “#Yo soy 132”.

En conferencia de prensa, Wilfrido Hernández Jarquín, miembro de CNPA MN, puntualizó que lo anterior responde a que las organizaciones campesinas cuentan ya con toda una estructura que les permite llegar a las zonas rurales más alejadas del país para hacer su trabajo de concientización y democratización que difícilmente pueden realizar los estudiantes de más de 40 universidades públicas y privadas que se agrupan en el movimiento “#Yo soy 132”.

Hernández Jarquín y Alberto Galindo García, dirigentes campesinos, luego de detallar que participarán en la marcha del próximo domingo, a realizarse en la Ciudad de México, con motivo de 41 Aniversario de la matanza de más de un centenar de personas, entre ellas estudiantes, en la Calzada México-Tacuba, dejaron en claro que su incorporación al movimiento “#Yo soy 132” no es una actitud “oportunista, toda vez que la convocatoria inicial surgió a través de las redes sociales pero además la demanda de democracia en el país es una exigencia social irrenunciable.

Ante los representantes de los medios de comunicación, los líderes de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional, coincidieron en señalar que la batalla es en contra de la represión y debido a que, en este caso, el campo mexicano ha sido relegado y sólo es considerado desde la óptica de la mano de obra barata, del bracero ó del “almacén de votos” en tiempos electorales.

Wilfrido Hernández Jarquín, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional recordó que el 10 de junio de 1971 es muestra de  la represión violenta hacia el movimiento social con demandas claras como la “liberación de los presos políticos  y la democratización de la enseñanza”.

Sostuvo que “es evidente que desde hace muchos sexenios el campo no es importante para los políticos y tecnócratas; su política nos ha condenado  al rezago social, a la pobreza, a la miseria, a producir mano de obra barata y como país a la dependencia alimentaria; solo ha sido importante como  proveedor de votos cautivos donde  la miseria ha sido el mejor estado y se han esforzado por mantenerlo y fomentarlo”.

Hizo un llamado a las fuerzas progresistas a fortalecer esta lucha histórica que como hemos visto no es reciente  y por la cual cientos han muerto o han sido desaparecidos;  “los recordamos, honramos su memoria  y  también continuamos el camino escarpado y agreste de la lucha por la democracia”.