El diputado federal Ricardo Mejía Berdeja promueve una reforma al artículo 4 de la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), a fin de que éste diseñe, implemente y ejecute programas destinados al aprovechamiento de las capacidades y potencialidades de los jóvenes, a través del deporte.
Consideró necesario que el Imjuve cuente con elementos que le permitan implementar políticas orientadas a las nuevas generaciones e incorporar la actividad física como un elemento para garantizar una mejor calidad de vida.
Explicó que nuestro país tiene altos índices de criminalidad, donde la juventud es “la carne de cañón” y el sector más vulnerable para los grupos delincuenciales.
Además, refirió que actualmente los jóvenes, a edad más temprana, consumen alcohol, tabaco y drogas, sin información previa sobre los efectos y consecuencias de esas substancias.
Estimó que se debe contemplar a los jóvenes como un factor estratégico para el progreso del país, lo cual conlleva implementar políticas de Estado y contar con instituciones, planes y programas que garanticen su desarrollo integral en condiciones de igualdad, de no violencia y tolerancia a la diversidad.
Por ello, consideró que el deporte es motor fundamental para el desarrollo de los jóvenes, pues constituye un pilar básico de la cohesión y equilibrio social.
Sostuvo que la actividad física, en sus múltiples manifestaciones, es un medio con amplia facultad de atracción y capacidad de convocatoria, que coadyuva a la formación de los ciudadanos y a tener un contexto social armonioso y pacífico.
Según el Instituto Mexicano de la Juventud, comentó, el 51 por ciento de jóvenes del país usa su tiempo libre para ver televisión, 41.6 por ciento escucha música, 30.3 por ciento duerme o descansa y sólo el 15.7 por ciento dedica tiempo a la actividad física.
En ese contexto, destacó la necesidad de impulsar el deporte en cualquiera de sus formas, como un elemento social clave, capaz de fomentar un amplio abanico de valores, carácter y liderazgo entre la juventud.
Expresó que se requiere un Estado de derecho responsable, justo y equitativo, donde la actividad física constituya un elemento esencial para contribuir al progreso de los jóvenes, aportándoles salud mental y física.