El senador perredista Fernando Mayans Canabal reseñó el martes pasado desde la tribuna legislativa un terrorífico episodio que atestiguó y que confirma que el Instituto Mexicano del Seguro Social no solo es deficiente, sino inhumano en el trato de los pacientes.

Aquí sus palabras textuales: “Sobre el tema del VIH y la salud perinatal, les quiero platicar una anécdota para conscientizar y que podamos apoyar a este dictamen de las comisiones unidas de Salud y Estudios Legislativos.

“En un hospital del sureste del país, un día llegó una paciente, con un diagnóstico extraño, no queríamos o no se quería aceptar el diagnóstico de sida.

“Tenía un cuarto aislado y las enfermeras, las trabajadoras sociales, los médicos, pues no tenían los cuidados, no usaban la bata protectora, cubre bocas, guante, hasta que haciendo un análisis de fondo, de cuál era la sintomatología, el cuadro clínico que presentaba esta paciente, redacté una noche, una madrugada, de guardia, una cuartilla, basado en la experiencia que tuve de laborar en el Hospital de Infectología de la Raza, y puse que la paciente tenía diagnóstico de VIH Sida.

“Salí de guardia a las siete de la mañana, y al día siguiente al regresar al hospital, me percaté que la paciente había sido dado de alta.

“Pregunté por qué, cuáles eran las condiciones de esa paciente, y la información que me dieron era que no, que la paciente había mejorado drásticamente y que había sido egresada del hospital.

“Pasó el tiempo, y a los siete meses, estando de guardia también, llega una paciente, en trabajo de parto. Con sufrimiento fetal, entra la paciente al quirófano de urgencia, se le hace una cesárea, sangre regada por todos lados, y resulta que esa paciente, que se le había hecho la cesárea, era la misma paciente que había estado hospitalizada siete meses antes con VIH Sida, y no se le había aplicado el tratamiento, ni al niño, ni los médicos, ni enfermería habían tomado las precauciones y los cuidados necesarios para el manejo de la sangre y de una cirugía de estas características.

“Eso nos debe hacer conciencia que tenemos que entender que esta enfermedad vive con nosotros. Que efectivamente sigue el número cada día ascendiendo más, de padecimientos como estos. Que tenemos que buscar todas las formas de prevenir, a través de la cultura, de la educación y del uso del condón.

“Todavía, al día de hoy, a veces en algunas farmacias, llegan las personas y piden, me da usted un condón. Y el despachador se ríe, y dice, es que es un preservativo.

“Y yo insisto que los preservativos es aquello que preservan los alimentos. Hay que llamarles condón y hay que aceptar cuál es la medida y las formas de transmisión de esta grave enfermedad que prevalece el día de hoy con nosotros.

“Al igual que a las instituciones de Salud, para que existan los esquemas completos de tratamiento, ya que al faltar algunos de los medicamentos, retrocede en la enfermedad y el padecimientos y aunado a esto, obviamente, los altos costos que conllevan la falta de estos medicamentos.

“Así que, el evitar este traspaso del virus de la madre al niño, es algo básico y fundamental que tenemos que trabajar en ello”.