Inició operaciones el Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar, que tiene como objetivo generar una red de colaboración entre las instituciones de investigación en materia de energía solar y algunas empresas del país, para aprovechar el potencial de esta fuente de energía y así contribuir con la demanda eléctrica.

En este centro virtual participan cerca de 67 institutos de investigación; entre los que se encuentran el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, el Centro de Investigación en Materiales Avanzados y la Universidad de Sonora entre otras instituciones; y están coordinados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“El propósito de este Centro es transformar el conocimiento sobre el aprovechamiento de la energía solar en productos tecnológicos para la industria que sean innovadores. Es todo un reto para la comunidad científica mexicana porque no existen muchos ejemplos”, comentó el coordinador de dicho centro, Antonio del Río Portilla, quien también es director del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM.

Dentro de esta asociación se desarrollarán cerca de 22 proyectos estratégicos que estarán sujetos a una evaluación semestral por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, con el fin de obtener productos innovadores en 4 años; además, algunos de estos productos serán resultado de la colaboración entre las empresas y los investigadores.

Entre los proyectos se encuentran: Aplicación solar para desalar aguas, desarrollo de celdas fotovoltaicas con diferentes materiales, generación de calor térmico a través de concentradores solares parabólicos o a través de refrigeración solar.

“Esto significa un gran reto para nosotros pues es difícil generar productos innovadores desde la ciencia, ya que generalmente las empresas son las que producen el efecto de ‘jalar’ desde las industrias de acuerdo con sus necesidades. Si tenemos éxito estaríamos probando que la ciencia puede generar productos innovadores y que se vendan”, señaló el investigador.

Este centro está financiado por el Fondo de Sustentabilidad Energética, el cuál otorgó 450 millones de pesos. “Es la primera vez que el gobierno invierte en un proyecto largo y de carácter científico, tecnológico e innovador”, concluyó el especialista.

Este consorcio no tiene una estructura física, pero está coordinado desde las instalaciones del IER, con sede en Temixco, Morelos.