La Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos analiza exhortar a las secretarías del ramo federal y estatal a que garanticen los cuidados necesarios para preservar la integridad física, mental y social, con apoyo psicológico, tanto de las víctimas como de los autores del “bullying”.
En un punto de acuerdo, el diputado Luis Antonio González Roldán aseguró que cuatro de cada 10 niños en México sufre de acoso, principalmente en la escuela.
De acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar, a nivel mundial, en casos de “bullying” registrados entre estudiantes de secundaria.
Mencionó que el número de menores agredidos de forma psicológica, verbal, física e incluso sexual por sus compañeros va en ascenso, y desafortunadamente, se tiene registro de casos que han tenido como desenlace la muerte del afectado.
González Roldán detalló que el ciberbullying es otra de las prácticas que ha cobrado notoriedad entre menores y adolescentes. “Denostar a quien no es de su agrado mediante fotografías y publicaciones en las redes sociales, es la constante”, añadió.
Recordó que la Ley General de Educación contempla la obligación de la autoridad federal de combatir la violencia dentro del ámbito escolar, tal y como lo señalan los artículos 33 y 42 de ese ordenamiento legal.
Argumentó que en los últimos meses ha sido testigo de situaciones lamentables en donde menores de 6 a 15 años han sido agredidos por sus similares.
Refirió que el pasado mes de octubre, en Guanajuato, un niño de 12 años fue golpeado por sus compañeros por negarse a fumar. En Guadalajara, Jalisco, un grupo de niños mayores cortó a un menor el prepucio en los baños de una escuela primaria.
También en Jalisco ocurrió el asesinato de dos adolescentes de 15 años porque “maltrataron y se burlaron” de un compañero que era hijo de un narcotraficante en prisión.
Luis Antonio González afirmó que, en la mayoría de los casos, las agresiones quedan impunes y no se les da la atención psicológica o médica que se requiere; la víctima y el agresor sólo son canalizados a trabajo social o al psicólogo.
Mencionó que por lo general un niño o adolescente acosador proviene de un hogar en donde la violencia está presente entre padres y hermanos; de ahí la necesidad de emprender acciones que ayuden no sólo al menor, sino también a su familia a afrontar el problema y darle una solución.
Por ello, expresó la necesidad de que la Secretaría de Educación Pública federal y las estatales, en el ámbito de sus respectivas competencias, garanticen los cuidados necesarios para preservar la integridad física, psicológica y social de los estudiantes, brindando atención psicológica inmediata y gratuita tanto a las víctimas como a los agresores del llamado “bullying escolar”.