Ojo cochinos
La diputada Laura Esquivel Valdés (Morena) impulsa un punto de acuerdo para exhortar a diversas dependencias a promover campañas entre los fabricantes de goma de mascar, para evitar que los consumidores desechen el producto en la vía pública, ya que además del alto costo para su limpieza, implica un alto riesgo sanitario y ambiental en detrimento de la salud de la población y la imagen urbana.
Refirió que el Departamento de Bioquímica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, determinó en un estudio del 2012 que cada chicle depositado en el espacio público es un gran foco de infección y un riesgo para la salud de los habitantes, ya que puede albergar hasta 10 mil bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se encuentra.
Además, agregó, cada chicle es un medio de contaminación, ya que contiene los microorganismos de la propia persona que lo masticó. Si alguien padece tuberculosis, salmonelosis o un estafilococo, que al desechar el chicle en el piso, esas bacterias se esparcirán en el aire, y también será un acumulador de polvo, tierra e inmundicia de la ciudad, señaló.
Aseguró, por ejemplo, que el 20 por ciento de la superficie del Centro Histórico de la Ciudad de México está cubierta por manchas negras de chicles. Se utilizan equipos especiales para desintegrarlos y removerlos del suelo, pero es tal la cantidad que el costo económico es muy alto.
Sin embargo, añadió, las labores para el retiro de chicles son insuficientes, por el exceso de residuos, para poder llevar a cabo la limpieza de los espacios.
Precisó que sobre la calle de Francisco I. Madero, vía peatonal de la Ciudad de México, se han llegado a contabilizar hasta 150 mil chicles sellados en el piso, “desde la calle de Monte de Piedad, a un costado de la Plaza de la Constitución, hasta el Eje Central Lázaro Cárdenas. Estamos hablando de tan sólo cinco cuadras”.
Enfatizó que en las zonas con mayor densidad de chicles pegados en el suelo, se han contabilizado hasta 75 por cada metro cuadrado. Si esta cantidad se uniera en una sola mancha, ocuparía alrededor de un tercio de ese espacio.
La legisladora mencionó que el costo unitario integrado (maquinaria, consumibles, transporte, personal) por el retiro de cada chicle puede significar hasta poco más de 2 pesos. Si se considera que una goma de mascar cuesta en promedio 50 centavos, “es evidente el importante gasto que su retiro representa para la población, ya que la erogación es con cargo a los impuestos que paga”, señaló.
Por ello, planteó exhortar a los titulares de las Secretarías de Salud y del Medio Ambiente y Recursos Naturales, y al titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios Cofepris, promover ante los fabricantes de goma de mascar la inserción de una leyenda en el empaque para concientizar al consumidor a usar la envoltura para arrojar el chicle a la basura.
Asimismo, realizar campañas publicitarias alusivas a dicha concientización para evitar los riesgos sanitarios y ambientales que representa arrojar el producto al piso, en beneficio de la salud de la población e imagen urbana, aunado al alto costo de su limpieza.