El alcoholismo en México es enfermedad que paulatinamente se convierte en problema de salud pública y la padece el 65 por ciento de la población entre 17 y 65 años, advirtió la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez.
Añadió que con la última Encuesta Nacional de Adicciones 2011, se observa que en el año 2008, entre la población total de 12 a 65 años de edad, que el 61.3 por ciento aceptó haber consumido alguna vez bebidas alcohólicas; y para el año 2011, la cifra se incrementó 71.3 por ciento.
El inicio del consumo de alcohol sucede a edades cada vez más tempranas, comenzando en promedio a los 12 años, lo que refleja el gran problema que se avecina en el país.
“Hay que subrayar que la forma de consumo de alcohol, típica en la población mexicana, es de grandes cantidades: cinco copas o más para hombres y cuatro copas o más para mujeres, por cada ocasión de consumo, y que casi 27 millones de personas entre 12 y 65 años beben con este patrón entre menos de una vez al mes y a diario, indicando que aunque no beban con regularidad, cuando lo hacen ingieren grandes cantidades”, expuso.
Precisó que la edad promedio en que se inicia el consumo de alcohol también ha disminuido tanto para los hombres como para las mujeres que tienen 17 años de edad o menos.
Insistió en que dicha tendencia es preocupante, ya que los adolescentes no se encuentran ni física ni mentalmente desarrollados y dichas sustancias pueden influir de manera negativa en su actuación, provocando mayores accidentes no sólo de tipo automovilístico.
Las tendencias del consumo del alcohol en la población de 12 a 17 años son alarmantes ya que representan 4.9 millones de consumidores, lo que equivale al 10.8 por ciento de los hombres entre 12 y 17 años y al 1.8 de las mujeres de la misma edad.
En general, el consumo de alcohol afecta 4.1 por ciento de los adolescentes y el 6.6 de los adultos.
“Como podemos ver, el uso precoz de alcohol entre los jóvenes es muy común y los pone en riesgo de desarrollar alcoholismo.
De todos los jóvenes que comienzan a beber antes de los 15 años, casi la mitad se convierte en alcohólicos”, indicó.
Además, dijo, al consumir bebidas alcohólicas también los pone en riesgo en temas como el embarazo no deseado, contagio de enfermedades venéreas, las agresiones o ataques, depresiones traducidas en problemas con sus estudios y dentro del entorno familiar, entre otros.
El entorno familiar y círculo de amistades desempeñan un papel clave en el consumo de alcohol de los menores de edad. Lamentablemente, muchos menores de edad consiguen el alcohol por parte de los adultos o bien por otras prácticas.
Algunos de los efectos a largo plazo en su salud tienen que ver con cirrosis y cáncer de hígado, deficiencias importantes de vitaminas, problemas gastrointestinales, lesiones cardiacas o del sistema nervioso central, pérdida de la memoria y riesgo elevado de impotencia.