El Director en Jefe del Registro Agrario Nacional (RAN), Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez se pronunció por la apertura de la información en torno al Catastro Rural y estatus jurídico de la tenencia de la tierra en México para dar certeza jurídica a los campesinos e impulsar el desarrollo integral de este sector.
Al dictar la conferencia: “La Política de la Tenencia de la Tierra en el Estado Mexicano” ante generales y altos mandos del Colegio Militar, señaló que podrían concentrarse en un solo Sistema Nacional de Información todos los datos relacionados con la tierra.
No podemos seguir creciendo de manera desordenada, ni a costa de los ejidos y comunidades. Actualmente existen más de 20 conflictos agrarios debido a la falta de información y falta de claridad en qué es lo que se debe hacer.
Esta información es del Estado Mexicano, es de la gente y lo que buscamos es que las otras instancias del gobierno de la República, los registros públicos y catastros, así como los datos y documentos que existen en el Archivo General Agrario (AGA) estén disponibles para hacer los “cruces” necesarios y tener un panorama puntual del territorio y saber qué es lo que se puede y se tiene qué hacer.
Ejemplificó que en el caso del sector minero, existen figuras jurídicas que pueden resolver las disputas entre empresas y ejidatarios, que les permitan convivir en armonía como es la Aportación de Tierras a una Sociedad Mercantil.
Esto permitiría, explicó, que en lugar de dar dinero en efectivo a los ejidatarios y comuneros para deshacerse de sus tierras, convertirlos en socios a través de distintos tipos de acciones que les permitan tener una renta permanente que motive a las dos partes a cuidar la empresa y cortar así la extorsión de despachos que han hecho de esto un negocio.
Lo que tenemos que hacer es darle a todos certeza, claridad, rumbo a la producción y donde todos queden en igualdad de condiciones.
Más de la mitad del territorio nacional, dijo, corresponde a Propiedad Social (ejidos y comunidades); por lo tanto, no podemos seguir segregando el tema agrario, porque es el mismo suelo y hoy hay ejidos afectados por la mancha urbana y que no se han regularizado.
Acosta Gutiérrez apuntó que contra la creencia general, en México no se ha dado un proceso de privatización de la tierra y cuando mucho, sólo ha pasado a propiedad privada el 9% de los ejidos. Por tanto, lo que necesita este sector, es mayor apoyo económico, científico y tecnológico para acompañar el crecimiento general del país.
Hay más de 5 millones de familias que está en territorio de propiedad social, en Núcleos Agrarios; 22.6% de la población nacional habita en estas zonas, donde se concentra además el 81% de la biodiversidad y riquezas naturales. El 92% de los Núcleos son ejidos y el 8% corresponde a comunidades.
En México, los ejidatarios eligieron seguir siendo ejidatarios y los comuneros optaron por seguir siendo comuneros. Entonces, el punto es que tenemos que llevar el desarrollo agrario al campo mexicano.
Sí, es muy importante ordenar y certificar la tierra, pero también lo es el dar vocación al uso de la tierra”; tener la claridad, como Estado. Definir si determinada área es forestal o de reserva y enseñar al ejidatario que sí pueden obtener recursos protegiendo el medio ambiente.
Al dar vocación al uso de la tierra, insistió, podemos planificar y dar al país un crecimiento más ordenado, armónico y equilibrado; no podemos pensar que todo es para vivienda o todo es para desarrollo urbano. Tenemos que darle sentido, apoyos e incentivos al ejidatario y comunero.
En este sentido tenemos un gran reto en el ordenamiento territorial pues, en pleno siglo 21, nos encontramos en la disyuntiva de que en las 56 zonas metropolitanas, en todas, incluido el Distrito Federal, tienen conflictos con Núcleos Agrarios sin regularizar.