¿Ahora se entiende…?
El doctor Héctor Armando Murguía Guitrón, del Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado de Jalisco, afirmó que la salud mental constituye un serio problema que no ha sido correctamente abordado, pues el marco normativo no contempla los elementos para atenderla, como disponibilidad, accesibilidad, calidad, consentimiento informado y tutela especializada.
Al participar en las Jornadas de Salud Mental “Psicología, Instituciones y Sociedad”, aseguró que el Poder Legislativo y el Ejecutivo deben analizar los instrumentos internacionales, a fin de adecuar la legislación nacional y las políticas públicas, las cuales tampoco han cubierto las obligaciones del Estado mexicano en la materia, “por lo cual podría estar incurriendo en responsabilidades por incumplimiento”.
Indicó que estos padecimientos no están totalmente integrados a programas de atención a la salud; el trabajo multidisciplinario es insuficiente y no hay programas específicos para los problemas mentales de adultos mayores, ni de la niñez, lo que impide su detección y atención oportuna.
En su presentación “El Derecho a la Salud Mental, ¿exigencia o justicia?”, Murguía Guitrón propuso un modelo de atención sustentado en el respeto a los derechos humanos del paciente, sin estigmas ni discriminación, que integre programas de promoción y prevención, estandarizar procesos de cuidado y fortalecer el financiamiento de estos servicios.
Además, fomentar la investigación y la especialización de profesionales en la materia, pues actualmente sólo 5 por ciento de la población tiene psicólogo; no hay actividades de promoción a la salud mental y prevención de trastornos de conductas; son pocos los programas de atención a personas con discapacidad mental, para que accedan a un trabajo remunerado con prestaciones sociales.
Mencionó que el presupuesto destinado a este rubro está por debajo de la media internacional, que es de 3.5 por ciento; además, su distribución es inadecuada, porque el 80 por ciento de los recursos se canalizan al mantenimiento de hospitales.
Enseguida, Miguel Ángel Castillo, presidente del Colegio Mexicano de Psicología Forense, en su ponencia “Juventud al borde del Abismo”, indicó que el modelo económico actual impone factores excluyentes en lo laboral y educativo a esta población, aumentando la pobreza y la marginación.
Todo ello tiene efectos devastadores relacionados con frustración, depresión, ansiedad, inseguridad, incertidumbre y sentimientos de culpa, como respuesta a la negación de sus aspiraciones; además de que se genera un problema de integración social y discriminación.
Además, ataca la autoestima y la estructura de la personalidad de los jóvenes, lo cual incrementa la agresión en sus relaciones familiares “y los lleva a tocar y a abrir puertas falsas, como el consumo de alcohol, drogas, suicidio, prácticas autodestructivas y trastornos psicosomáticos”.
Aseguró que quienes se enfrentan a la exclusión realizan actividades que los destruyen y los llevan a una muerte social muy lenta; se agrupan en culturas, con lenguaje, rituales, formas de vestir e interactuar específicas, para expresar su visión del mundo y la vida, sin responder forzosamente a las exigencias sociales.
“Ellos deben ser factor de cambio, transformadores, intervenir en los procesos, pero muchas veces la respuesta que tienen cuando alzan la voz para expresar sus demandas es la represión”, enfatizó.