El México de hoy cuenta con un bono demográfico. Una gran población de jóvenes, que de no tener posibilidades laborales, se convertirían en un “pagaré demográfico”, aseguró el investigador Manuel Ordorica Mellado.
Estos jóvenes -que conforman una población mayor a la de adultos y niños- buscan incorporarse a la educación, tener acceso al empleo y participar en las actividades políticas; reclaman además una atención que se les debe dar para convertirlos en un activo de la nación.
Del otro lado, indicó el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, que tenemos un incremento de la población de personas mayores, marcado por la disminución en las tasas de natalidad y de mortalidad y, en consecuencia, por un aumento en la esperanza de vida, que requiere de servicios y de un eficiente sistema de pensiones.
“En México y muchos países en el mundo no estamos preparados para el envejecimiento de la población. Al tema de las pensiones, por ejemplo, no sabemos como hacerle frente y será un problema grave en el futuro. Vamos a necesitar atender esa situación con la ayuda de todos los científicos, de los demógrafos, sociólogos, economistas y biólogos”.
Mencionó que dentro de esta población de adultos mayores habrá un alto porcentaje de mujeres, debido a que tienen una mayor esperanza de vida -en promedio cinco años más que los hombres (78 años)-, pero si a esto se le suma la variable de que no tuvieron posibilidad de acceder a la seguridad social, enfrentarán entonces condiciones deprimentes de vida en las edades avanzadas.
Los comentarios del investigador de El Colegio de México se enmarcan en la reciente declaración Población y Consumo de la Red Global de Academias de Ciencias (IAP, por sus siglas en inglés), que llama a gobiernos y organizaciones internacionales a reexaminar el tema, pues el propósito es mejorar la actual calidad de vida de la población en el mundo como la de futuras generaciones.
Ordorica Mellado señaló que a nivel mundial se producirán cambios muy importantes en el tema de la población, y en su opinión México no está preparado para ellos.
“Uno de esos cambios se refiere a la estructura de edades. En la actualidad en el planeta disminuyen la fecundidad, la mortalidad así como el número de niños y de jóvenes, pero está aumentando el de la población de personas mayores”.
Reconoció que la velocidad de cambio en la estructura de edades será vertiginosa, produciendo un envejecimiento de la población sin precedentes, al tiempo que aumentará en muchos de los países de bajos ingresos la población de niños y jóvenes, quienes al final pasarán a formar parte del envejecimiento de la población.
Por otra parte, señaló que dentro de 40 años, según estimaciones, habrá en el mundo entre 8 y 11 mil millones de habitantes en el mundo, de ellos serán entre 140 y 150 millones de mexicanos.
“En México nacen alrededor de dos millones de niños al año y mueren aproximadamente 500 mil personas, por lo que hay un incremento anual de 1.5 millones de habitantes. Es un hecho que va a seguir creciendo el número, esto no se puede detener porque la población tienen su inercia en su estructura por edades”.
Mencionó que un elemento que está vinculado con el crecimiento de la población, que tiene efecto sobre otras variables y que influye en la movilidad de la misma, son los movimientos migratorios, sobre todo el que se da del campo a las ciudades, aunque se advierte un aumento de la migración internacional, entre los países.
En México esta situación, dijo el especialista en demografía matemática, la migración es de áreas rurales a zonas metropolitanas e intermedias, y hacia Estados Unidos.
Sobre este tema en el contexto nacional, dijo que se tiene que actuar para retener a esa población migrante, y la clave para ello es la generación de empleos, “pero debemos buscar también que, por ejemplo en Estados Unidos, sean bien tratados. Los migrantes en los países desarrollados son importantes”.
En cuanto a la población urbana, Manuel Ordorica Mellado recordó que existe una proyección mundial que indica que el para el año 2050 vivirá en las ciudades el 70% de la población, provocando con ello concentraciones enormes, lo que dejará con pocos habitantes a las zonas rurales, un factor negativo para la producción de alimento, como ya lo vive México.
“Tenemos que mejorar las políticas para retener a la población. Reorientarla a donde haya mejores recursos, como son las costas, pues la tenemos concentrada en tres o cuatro zonas metropolitanas, por ejemplo, la zona metropolitana de la Ciudad de México donde está la quinta parte de la población total. Asimismo, debemos buscar una distribución equitativa en el territorio y redirigir los flujos migratorios hacia zonas que tengan capacidad para absorber población”.
El crecimiento de la población tiene un efecto sobre el proceso de urbanización y se hace necesario plantear políticas vinculadas al desarrollo urbano para encontrar equilibrio, economía y recursos, tres elementos que tienen que estar en balance para que produzcan efectos positivos en el desarrollo.
Para el demógrafo, dos aspectos fundamentales que también deben tener mayor atención son la educación sexual y la salud reproductiva entre los adolescentes, pues considera que la mejor píldora anticonceptiva es la educación, luego que se ha visto un crecimiento en términos de fecundidad entre los jóvenes.
“La regulación de la fecundidad es un elemento que puede ayudar no sólo a mejorar las condiciones de vida, eliminar la pobreza, reducir la desigualdad que existe en términos de género, sino a trabajar en la planeación familiar, salud reproductiva con respeto a las derechos humanos de las personas, porque a veces por cumplir metas se pueden violar estos derechos, principalmente de las mujeres”.
Asimismo, destacó que el crecimiento de la población puede ser un obstáculo al desarrollo y calidad de vida de las personas. Se observa que hay un crecimiento muy elevado de la fecundidad entre la población más pobre, haciendo que la pobreza se reproduzca, y si a ello se le agrega que no hay condiciones para que se les mejore la calidad de vida, se crea un círculo vicioso.
Por ello, jóvenes, fecundidad, salud reproductiva, migración y adultos en edades avanzadas, son temas que requieren estar en el centro de las políticas de Estado y después llevarlas a la acción, sostuvo.