Javier Esteban Hernández Valencia, representante en México de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, exigió a los diputados mexicanos a velar por la reivindicación y redignificación de las víctimas de abuso sexual y pidió cerrar filas en torno a las responsabilidades de autoridades y el Estado para restituir su dignidad.

“El tema siempre resulta interesante, pero es necesario romper el círculo de impunidad donde no se tiene a personas que den cuenta de lo que hicieron y respondan y paguen por sus crímenes”, precisó con puntualidad, lo que sacudió conciencias entre algunos integrantes del sector político mexicano.

A los pedófilos se les debe aplicar la justicia común

Por su parte, en conferencia magistral, Sara Oviedo Fierro expuso que el informe y las recomendaciones respecto a los casos de pederastia que se emitieron a la Iglesia, constituyeron un acto de valentía, algo que “no salió del bolsillo, sino que es un trabajo serio de investigación y compromiso que marca una ruta para la Santa Sede”.

Destacó que con este documento, la Organización de las Naciones Unidas reconoció la existencia de las violaciones y denuncias de abuso sexual, dando un respiro tranquilo a las víctimas y a la humanidad que adolecía esta herida, e hizo consciente al mismo Vaticano.

Señaló que la Iglesia Católica no ha tenido en cuenta el interés superior de los derechos del niño, piedra que dificulta el proceso de su protección y de denuncia a los infractores.

Esto se nota en el hecho de que la Santa Sede no obliga castigar penalmente los abusos sexuales de curas, únicamente implementa procedimientos confidenciales que dejan impunes a los culpables, como las transferencias de sacerdotes de una parroquia a otra y el soborno a las víctimas a cambio de silencio, factores que “han permitido seguir con los abusos”.

Explicó que la dificultad en la que se encuentra la Santa Sede no fue asunto que las victimas ni los denunciantes buscaron, pues, dijo, se pensó que la iglesia tomaría cartas en el asunto, empero, permitió que esto siguiera creciendo.

“A los pedófilos se les debe aplicar la justicia común, son los responsables únicos. La Iglesia, como institución, propició el debate y las hipótesis al no denunciarlos. Salió en su defensa y protección, por lo que se habla de complicidad y encubrimiento”, destacó.

Por tanto, consideró que la institución religiosa puede recuperar su liderazgo moral si asume el reto que le corresponde y encabeza las denuncias a los criminales. “Es una oportunidad, este delito se da en todos lados, pero la iglesia fue quien se involucró”, reiteró.

Oviedo Fierro expresó dudas en torno a las acciones que pueda llevar a cabo la iglesia para combatir la pedofilia, dado que hay muchos intereses de poder, muchos años en los que no se ha dado respuesta, lo que “ha complicado el problema”.

Sostuvo que como Comité de Derechos del Niño de la ONU ha cumplido rol que le compete y “seguiremos atentos a los mandatos, preguntando a los gobiernos qué han hecho respecto a las denuncias de pederastia”; sin embargo, el cambio debe venir de la coordinación entre asociaciones civiles y los poderes de gobierno.

Es necesario, explicó, entrar en otro nivel de respuesta, metiendo a actores como las asambleas, los congresos, el gobierno local en conjunto con las asociaciones, para lograr que las demandas de estas últimas se instale en las agendas políticas para coordinar a nivel global un frente común.

Por otro lado, instó a dar seguimiento a la Comisión creada por el Vaticano para resolver los casos de pederastia, para comprometerla y respaldarla en sus decisiones, y que sienta por igual que hay ojos mirándola en todo el mundo y mucha esperanza de cambio.

De este punto, aclaró que a la comisión “no se le puede dejar sola o desconocerla, sabiendo que está en juego la vida de cientos de miles de niños. Debemos reaccionar maduramente y dar voto de confianza a las funciones que le corresponden y señalar errores cuando sea necesario”.

Asimismo, invitó a los asistentes, a difundir las recomendaciones del Comité de Derechos del Niño de la ONU, en todos los medios, “pues sólo conocerlas es ya algo importante”, y a vigilar que las decisiones de la Santa Sede respecto a la denuncia de padres pederastas se han cumplido.