Conocimientos, disciplina y concentración serán fundamentales para que 191 estudiantes de preparatoria provenientes de todo el país superen con éxito las exigentes pruebas a las que se enfrentarán en la XXIV Olimpiada Nacional de Química (ONQ), a celebrarse en Guadalajara, Jalisco, del 16 al 19 de este mes.
Dicha competencia, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias, consta de varios exámenes: teóricos, que se presentarán en los salones del hotel sede la competencia, Villa La Primavera; uno experimental, el cual se aplicará en los laboratorios del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería de la Universidad de Guadalajara; y otro más denominado internacional; las pruebas abordarán cuatro principales áreas: química analítica, química inorgánica, físico-química y química inorgánica.
La doctora Antonia Dosal, coordinadora de la ONQ junto con el doctor Mauricio Castro, explicó que hay dos niveles de exámenes que se ajustan al grado que estén cursando los jóvenes, pues mientras algunos están próximos a entrar a la universidad, a otros todavía les falta un año o dos de bachillerato. Un nivel se enfoca a estudiantes que tengan conocimientos de química general y profundiza en química orgánica, y el otro nivel es para quienes tengan conocimientos de química general y no hayan participado en olimpiadas de años anteriores.
La fase teórica servirá para determinar qué estudiantes avanzarán a la prueba de laboratorio, la cual consta de dos a tres ejercicios prácticos en los que los alumnos podrán mostrar sus habilidades para obtención de datos, así como contestar problemas teóricos relacionados al experimento.
Por su parte, el examen internacional da la posibilidad de salir de los temas preuniversitarios, para ello se les da una pequeña explicación de manera que puedan resolver las preguntas planteadas. En esta prueba su busca identificar a los alumnos con capacidad para atacar un problema rápidamente, lo que hace de esta fase decisiva para integrar una preselección.
Los ganadores de las medallas de oro de la fase nacional y los seleccionados en el examen internacional recibirán un entrenamiento que posteriormente permitirá integrar a dos equipos, uno que participará en la 47 Olimpiada Internacional de Química, a celebrarse a finales de julio próximo en Bakú, Azerbayán, y en la XX Olimpiada Iberoamericana de Química, que tendrá lugar en Teresina, Brasil, apenas semanas después.
La exigencia de estas pruebas va más allá de los conocimientos que hayan adquirido los jóvenes, reconoció Antonia Dosal: “Para llegar a un examen internacional no es suficiente con que los chicos sean muy estudioso y hayan aprendido muy bien todo lo que les enseñaron en la escuela; nosotros buscamos, entre otras cosas, capacidad de concentración pues no todos soportan realizar un examen de cuatro horas continuas, ni tiene la capacidad para comprender a cabalidad los problemas planteados ni de aprender todo que se verá en la etapa de preparación”.
Para adjudicarse alguna de las medallas –agregó-, los jóvenes tienen que ser competitivos y dedicados pues desde ahora y hasta julio, que comiencen las pruebas internacionales, tendrán que dedicar un tiempo extra al estudio de la química, sin embargo, aclaró que la intención no es alejarlos de sus actividades normales, “queremos que sepan que necesitan disciplina, que sean autodidactas y organizados porque en los 15 días que los preparamos, lo único que logramos es darles un empujón pero ellos tendrán que estudiar por su cuenta”, concluyó.