Por Guillermo Pimentel Balderas
En entrevista, Carlos Sandoval Miranda, especialista en Valuación de Anauatlali Pro Derechos de la Propiedad Rural A.C., aseveró que Semarnat apoya la conservación de los bosques con apenas mil pesos por hectárea anualmente, cuando en el mercado clandestino de madera se pagan entre 10 y 15 mil pesos por cada árbol que se vende a los taladores.
“Entonces, si cortando un solo árbol me gano 10 o 15 veces más de lo que me está dando un programa de conservación, no hay duda de hacia dónde se van a mover los productores”, expuso.
Indicó que tan sólo en 2011 el 40% del territorio mexicano registró la peor sequía en las últimas siete décadas y en materia de deforestación es más rentable la comercialización clandestina de madera que esperar el apoyo gubernamental
En cuanto a la Ley General de Cambio Climático, emitida por el Ejecutivo Federal la semana pasada, aseguro que tiende al fracaso desde el momento en que la realidad climática se ubica en estado de crisis; es decir, “en México se mantiene la desarticulación entre la producción agropecuaria y la conservación ambiental”.
Lamento que el tema ambiental y de producción alimentaria sólo está en la agenda de los políticos cuando se registra una situación de catástrofe o de alteración de ecosistemas.
Aseguró el investigador especializado en valuación rural que al analizar el tema del valor de la tierra rural y todo su entorno (agua, aire, suelo, subsuelo, comunidad y cultura, entre otros), destacan las cifras recientes del INEGI con motivo del Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía en la que se detalla que 48 millones de mexicanos sufren las consecuencias de la sequía en zonas áridas, semiáridas y sub húmedas secas.
“La realidad es que los suelos afectados por algún tipo de degradación representan el 45.2% de la superficie total del país y 64 de las 174 áreas naturales protegidas en el país se mantienen en riesgo por la sequía lo que demuestra que se habla más de lo urbano, de las ciudades sustentables, de las familias pero poco se habla del deterioro que se tiene hacia el medio ambiente”.
Por ello, dijo, con la nueva Ley General de Cambio Climático se crea el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático y “esperamos que no caiga en un esquema de letra muerta ya que actualmente hay un presupuesto asignado para este tipo de eventos muy bajo en materia de innovación y desarrollo tecnológico y en el tema de medio ambiente todavía es más insignificante, muy magra y a veces hasta parecen ridículos”.
Ante esta realidad, consideró que la conservación ambiental tiene que ir de la mano con actividades económicas de alto impacto a la comunidad y de alto impacto a la parte del bolsillo del productor.
Sostuvo que “mientras sean aislados, mientras que por un lado se quiera sacar provecho de lo ambiental y por otro lado se desvincule de la parte de la producción en la se aumenten los insecticidas y los transgénicos, ambas (conservación ambiental y actividad económica) tenderán a no generar valor agregado integrado”.
Sandoval Miranda, subrayo en que cuando se suman estos dos ingredientes: medio ambiente y producción rural, no es simple suma, se convierte en una multiplicación de posibilidades porque entonces a esto mismo se puede integrar la cultura, las etnias, la gastronomía y hablamos de multiplicar por cinco, por diez, por más de diez veces la producción de un productor común y corriente en el medio rural mexicano.