Por José Santos Navarro
La ola roja azotó Insurgentes Centro, justo en la sede del PRI nacional, donde hubo fiesta, bulla y júbilo como hace muchos años no la había. Priístas distinguidos, de alcurnia, de hueso colorado, herederos, todos, todos estaban ahí y, como un río rojo inundaron la explanada Benito Juárez.
El gozo estalló al arribo del primer priísta del país, el presidente Enrique Peña Nieto, quien recuperó la sonrisa y la confianza al sentirse entre los suyos; en la sede de su partido para refrendar la unidad y continuar la transformación de México.
Porras, gritos, fotos, sonrisas como hace mucho no se veían en el PRI nacional. El momento cumbre fue cuando Peña Nieto y César Camacho, líder nacional del tricolor, subieron juntos al estrado, con sus chamarras rojas, con la misma sonrisa, con la misma alegría, levantando la mano como en los viejos tiempos.
El Presidente fue conciso, apuntó que el PRI está decidido a mantenerse como la primera fuerza de transformación y de desarrollo nacional, pero, advirtió que la sombra del populismo y la demagogia amenazan al mundo con retroceder en sus transformaciones y, dio un “estate quieto” a los priístas acelerados que ya alzan la mano para el 2018, dijo categórico: “En estos momentos no hay espacios para proyectos personales porque es el momento de impulsar el proyecto de nación que queremos”.
La casa ardía, había aroma de nueva noticia y el Jefe del Ejecutivo dijo frente a los ojos y el silencio de la multitud: "La historia nos ha enseñado que la visión populista, demagógica e irresponsables destruyen en unos días lo que llevó décadas construir, México debe estar consciente de esto", aseveró.
Lanzó una llamada de alerta a los priístas de todo el país para actualizar las organizaciones y la estructura, para que haya una nueva dinámica, porque apuntó que si algo distingue y caracteriza al PRI es la responsabilidad y seriedad.
Aseguró que “el PRI está decidido a mantenerse como la primera fuerza de transformación y de desarrollo nacional”, por lo que exhortó al tricolor ser el partido de la igualdad y la libertad.
Finalmente, sostuvo que el PRI tiene la obligación y la oportunidad de dar valor y prestigio a la política; y, las autoridades emanadas del PRI deben ser ejemplo de integridad.
César Camacho destacó las acciones del gobierno federal, enfatizó al señalar que el presidente Enrique Peña Nieto está haciendo lo correcto desde la administración federal, porque el primer mandatario “es un hombre de compromisos, de resultados y de Estado”, garantizó el líder nacional del PRI, quien nunca dejó de mostrar su sonrisa, su satisfacción y quizá el orgullo de ser priísta de hueso colorado y chamarra roja.
A la casa nacional de los priístas asistieron al evento denominado: “Unidad para continuar la transformación de México”, gobernadores; exgobernadores; expresidentes del partido; senadores, diputados federales electos y en funciones liderados por sus coordinadores parlamentarios; presidentes municipales; regidores y síndicos en funciones y electos; muy subrayadamente la fiel y comprometida militancia del partido.