El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados señaló que el incremento en el precio del huevo no sólo se debió a las repercusiones de la gripe aviar (H7N3) registrada en los Altos de Jalisco, donde se genera cerca del 55 por ciento del total nacional, sino también por el aumento en costos de insumos para la alimentación animal.
Mencionó que de acuerdo con la Unión Nacional de Avicultores, en los últimos meses se ha observado un repunte en los precios al productor de los insumos para la alimentación animal, como el maíz y la soya, pues entre enero y julio han crecido en 18.4 y 3.5 por ciento anual, respectivamente.
A través del “Análisis mensual de productos básicos. Agosto de 2012”, indicó que los altos costos de transportación por el aumento del diesel y las gasolinas también han repercutido en el precio del huevo.
Detalló que el efecto negativo del incremento de los granos para la actividad avícola radica en que México es deficitario en la producción de granos para consumo animal, ya que cerca del 88 por ciento de cereales para este uso se importa de los Estados Unidos; además el 68 por ciento del costo de la producción de huevo corresponde al alimento para las aves, lo cual ha elevado los gastos de operación de la industria avícola.
El CEFP recordó que el reciente incremento en el precio del huevo ocasionado por la presencia de gripe aviar, ha puesto de relieve la importancia de la avicultura en México, puesto que la producción de huevo y carne de pollo han sido las ramas de la ganadería con mayor dinamismo en los últimos 22 años, al crecer a una tasa media anual de 4.8 por ciento.
Asimismo, informó que la producción de huevo en México representa el 23 por ciento del Producto Interno Bruto agropecuario y más del 40 por ciento del pecuario. En el entorno internacional, ocupa el quinto lugar como productor a nivel mundial, después de China, Estados Unidos, India y Japón.
Precisó que de esa manera se advierte que México es autosuficiente en la producción de este alimento pues, además, se produce casi el total de lo que se consume (dos millones 455 mil toneladas en 2011), en tanto que las importaciones anuales de huevo ascienden a sólo ocho mil 768 toneladas.
Conforme a la Asociación Nacional de Avicultores, se estimaba que para 2012 se tuvieron alrededor de dos millones 576 mil 209 toneladas de huevo; sin embargo, la contingencia de la gripe aviar obligó que se sacrificaran 11 millones de aves, lo que representa alrededor del 7.5 por ciento de las clasificadas como “ponedoras en producción”.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas argumentó que resolver el alza del precio del huevo por la supuesta escasez de este alimento en el mercado, llevó a que las autoridades federales autorizaran la liberación de cupos de importación de ese producto.
Se calcula que al 24 de agosto entraron al país dos mil 950 toneladas de este alimento y se espera importar un total de 235 mil 400 toneladas (entre uso industrial y consumo humano), cifra que se requiere para atender la pérdida de la producción, la cual representa aproximadamente el 10 por ciento de la producción nacional, “por lo que es difícil pensar en un desequilibrio del mercado que afecte los precios de venta de huevo”, dijo.
Abundó que ante ese panorama es predecible que el encarecimiento genere diversos problemas, como la caída en la demanda de carne de pollo y huevo, debido, tanto al temor al contagio como a los altos precios; incremento del producto en establecimientos de comida-restaurantes y/o en la fabricación de alimentos procesados que utilizan al huevo como insumo; mayor pérdida en el poder adquisitivo, especulación y acaparamiento por la escasez en establecimientos de venta.
En el documento, el CEFP también resaltó que no obstante la tendencia descendente que han observado en los últimos meses diversos granos y leguminosas, el encarecimiento de los alimentos sigue latente, ya que los precios continúan en niveles altos.
Subrayó que en lo que va de la presente administración, el precio de alimentos básicos como el maíz, frijol y arroz crecieron entre 70 y 90 por ciento; en tanto que los costos promedio de la alubia y la lenteja se incrementaron 115 y 128 por ciento, en ese orden. Esta tendencia contrasta con el aumento de 28.59 por ciento en términos nominales y el 0.42 por ciento real que registró el salario promedio mínimo general vigente.
Mencionó que en términos absolutos se observa que en los últimos cinco años y medio, la tonelada de arroz se incrementó en más de 10 mil pesos, al pasar de aproximadamente 11 mil 500 pesos, en diciembre de 2006, a 21 mil 800 pesos en julio de 2012.
La misma tendencia, agregó, se aprecia en el frijol, que a principios de la presente administración costaba cerca 10 mil 950 pesos la tonelada, cifra menor a los 18 mil 500 que costó en julio pasado; en tanto que la alubia chica es el alimento que más se ha encarecido, al pasar de 10 mil 500 a 24 mil pesos la tonelada, en el mismo periodo.
Resaltó que los elevados precios que aún mantienen productos básicos como el maíz y el frijol podrían descender un poco más en los próximos meses, por la posibilidad de un aumento en la superficie de siembra y del volumen de producción, aunque difícilmente alcanzarán los niveles de 2010, cuando tenían un precio de 3.82 y 15.59 pesos el kilogramo, respectivamente.
Sin embargo, precisó, en el caso del maíz habría que estar atentos a su precio internacional, ya que podría tener un efecto en los precios nacionales.