Por Leticia Puente Beresford
Nueva York octubre 2015.- ¿Qué más hacer, si ya buscaron la aplicación de la ley, hicieron manifestaciones, recurrieron a todas las organizaciones de derechos humanos y Nestora sigue en la cárcel?,se le pregunta a José Luis Ávila, esposo de Nestora Salgado, comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, presa desde el 21 de agosto de 2013, acusada de secuestro.
"Una cosa que no podemos hacer, es callarnos", tenemos que seguir, responde. Tenemos que seguir. El gobierno le apuesta a que uno se canse y olvide todo. Ella sigue ahí, en la cárcel, y yo no me puedo callar. Tenemos que seguir luchando. Así se pase el tiempo y el tiempo de mi vida, no me voy a callar.
Ávila, quien acompañó a las madres de Ayotzinapa de visita en Estados Unidos, dice que seguirá "tocando puertas donde sea necesario" y recorrerá las millas que sean necesarias para aclamar justicia para su esposa. "Qué bueno que hoy estamos aquí reunidos varias víctimas del gobierno mexicano para ver si podemos llegar a un consenso, para que juntos logremos algo, porque solos, separados, es muy difícil y el gobierno le apuesta a la división y a que callemos", afirmó.
-¿Piensa que el Papa podrá hacer algo para que el gobierno cambie su rumbo y se haga justicia en el caso de su esposa, de las madres de Ayotzinapa, de las víctimas de la guardería ABC?
- Pues sí, si llegan nuestras peticiones. Yo pienso que tiene el poder. Ojala y alcance a escuchar nuestro mensaje. Es una de nuestras esperanzas. Ya hemos abierto puertas con algunos de sus amigos. Algunas pequeñas puertas se nos han abierto, aunque otras se nos han cerrado. Pero como víctimas, tenemos que seguir luchando y siempre mantener nuestra esperanza.
-¿Cuál es el siguiente paso para conseguir la libertad de Nestora?
-Seguir luchando, tanto en lo político como en lo jurídico y en lo social, exigiendo justicia. Hay juezas que están actuando por consigna. Todos nuestros argumentos son rechazados. Estamos solicitando la atracción del caso a nivel federal. Según ellos, ahora Nestora no es una ratera, ahora es una asesina. La acusan de un homicidio en el que no tuvo absolutamente nada qué ver, porque tenemos las pruebas de que ella no estuvo en el área donde se cometió.