Por Leticia Puente Beresford
Nueva York.- Septiembre de 2013.- Queremos cuentas claras y que nos paguen, así de simple, dice la activista Rosa Marta Zárate Macías durante su estancia de braceros (su “plantón” decimos los mexicanos) frente a la sede de las Naciones Unidas en esta capital del mundo.
Se nota de inmediato el cansancio de los cuerpos de quienes se manifiestan aquí y que fueron brazos errantes, contratados legalmente mediante un convenio binacional México y Estados Unidos, y que viajaron hasta acá en condiciones infrahumanas durante los años 40 y hasta 1967, para ser tratados de igual forma, inhumanamente.
Son brazos de mexicanos y mexicanas que sostuvieron la producción de este país, desde el escalón más básico, fundamentalmente en el trabajo agrícola, y que convierten en protesta todo el sufrimiento y el llanto de entonces, que trasmutan las dolencias de antaño en indignación.
Explica Rosa Marta que fueron más de cinco millones de seres humanos los que se contrataron para trabajar así y que hoy, adultos mayores, de los 70 hasta los cien años, continúan pidiendo justicia. “Estamos aquí porque ya no quieren que les jueguen ‘chueco’... Todos los gobiernos mexicanos y estadounidenses son parte de este fraude”, dice.
Quieren que sea un tercero internacional, la ONU, quien ponga un alto a tantos años de injusticia, por eso se plantan frente al organismo internacional y también frente al consulado mexicano.
Quieren también ir a Washington, que les abran la puerta de la Casa Blanca para solicitar a Barack Obama, de viva voz, su intervención para que les sean entregados todos los papeles de contratación. Quieren saber cuánto dinero entregó el gobierno estadounidense al mexicano, a quién se lo dieron. Quieren que interceda para que les paguen lo que les deben y que por ley corresponde.
Al fondo se escuchan las consignas, en este viernes 13 de septiembre frente al consulado mexicano: “¡Aquí y allá el bracero denunciará!, ¡Si Zapata viviera con nosotros estuviera!”, y recuerdan también a César Chávez...
Zarate Macias explica: Requerimos el apoyo a la investigación sobre las violaciones que se han cometido contra estos miles y millones de familias que han estado reclamando un fondo de ahorro. Enrique Pena Nieto los borró del programa y el del presidente Fox, nos metió a su rancho y negociamos un proceso de pago del 10 por ciento que les quitó el gobierno de Estados Unidos.
Fox muy zorro y muy sagaz se sacó de la manga un apoyo social, una ley detalla Zárate. Creó un fideicomiso excluyente, el 2106, que exigía a los ex braceros entregar documentación estadounidense para comprobar que fueron braceros y para entregarles solamente 38 mil pesos. Y bajita la mano, cuando el bracero recibe sus 38 mil pesos, hay una clausula que dice: ahora y para siempre renuncio al reclamo de mi fondo de ahorros. ¡Imagínate! Los 150 mil braceros recibieron los 38 mil pesos, es un crimen, una violación.
- ¿Si ganaban en dólares, por qué el gobierno les pagó en pesos mexicanos?
- Porque el acurdo así estaba. Ellos venían como trabajadores temporales. Llegaron cuando inició la Segunda Guerra Mundial y se dedicaron a producir los alimentos para las tropas estadounidenses y sus aliados que estaban ocupados en pelear, por eso vivieron a prestar sus brazos. También construyeron las vías de ferrocarril para el transporte de armamento.
La activista no responsabiliza al ex presidente Fox por la escasa entrega del dinero, ya que son deudas nacionales, dice, resultado de un convenio binacional. Estados Unidos firmó un contrato individual con cada bracero, le quitaron a cada uno 10 por ciento y lo mandaron al gobierno de México, que nunca lo entregó a los trabajadores...
-¿Estamos hablando de que el gobierno de México les robo su dinero?
- Sí y Estados Unidos es cómplice del fraude. Estados Unidos debió de estar atento y, después de tanto reclamo, debería de tomar una postura frente a este fraude contra cuatro a seis millones de trabajadores a quienes no les dieron su dinero.
Señala Rosa Marta Zárate que ya acudieron ante el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, entregaron un documento y ellos dieron instrucciones para que les dirijan una carta de acuerdo con el protocolo.
Hasta ahora, lamenta Zárate, no tenemos confianza en ningún gobierno, ni al de México ni al de Estados Unidos, por eso vamos a necesitar la intervención internacional e iremos al Tribunal Permanente de los Pueblos, con sede en Italia, y ya recibimos apoyo para iniciar el caso ahí, en el 2014. Tendremos pre-audiencias en California el 23 de noviembre y el 1 y 2 de noviembre en Guadalajara, México. Y si esto avanza, pasado mayo de 2014 habrá una audiencia donde un jurado moral internacional dictará en Italia sentencia contra quien resulte responsable.
El pasado domingo salieron rumbo a Washington, donde esperan ser apoyados por congresistas para que los reciban en la Casa Blanca y esta les entregue las listas de los braceros, “las cuentas”, cuánto entregaron a México y cuándo, información que las autoridades mexicanas se han negado a darles porque “no existe” o “se perdió en el terremoto”.
Y resume: Ni Vicente Fox, ni Felipe Calderón ni Enrique Peña Nieto responden qué es lo que paso con el dinero. Hemos ido al banco nacional y dicen que no hay record de ese dinero. “Los gobiernos priistas son los que se chingaron el dinero”.
QUIÉNES SON LOS BRACEROS
La mayoría de los braceros mexicanos a quienes no se les dio el dinero que reclaman eran indígenas, gente pobre, a quienes los consulados mexicanos jamás registraron, a diferencia de los trabajadores de Puerto Rico, que están enlistados en los archivos de su gobierno.
Si algún mexicano quería registrarse y recibir los 38 mil pesos que les descontaban, el 10 por ciento de cada dólar ganado, tenían que viajar a la frontera, no una, sino cinco o seis veces, y no les daban nada s les faltaba un documento, una “jota” en sus papeles. Solamente 150 braceros pudieron calificar en los consulados para entrar en una demanda de clase, que incluye de 1942 a 1949.
-¿Qué buscan con tantos acuerdos, arreglos, conferencias, tantos pactitos y demas que es lo que ustedes realmente van a lograr aquí?
-Varias cosas: los braceros son una luz roja en la reforma migratoria, porque son evidencia de las violaciones que se comente contra los trabajadores en los programas temporales entre ambos países, que son, nada más y nada menos, que la legalización de la trata de esclavos, mecanismos para que los empresarios jueguen con la miseria de los pueblos, gente obligada por hambre, por violencia a migrar
A los braceros los desnudaban al llegar a Estados Unidos, les revisaban las manos y si no tenían callos los regresaban, no los marcaban con fierro como a los esclavos, pero les introducían un dedo en el año, les revisaban sus genitales, los fumigaban con DDT, todos juntos en un cuarto eran fumigados.
De México llegaban en vagones del tren, parados durante tres o cuatro días y ahí mismo hacían sus necesidades fisiológicas. Cruzaban el desierto y muchos murieron de hambre, comían cartón, tierra, arena, yerbas. Esperaban en la línea tres o cuatro meses, como ganado, 30 mil braseros en el desierto.
Ahora no es tan diferente explica la activista, ahora hay gente que negocia con trabajadores temporales. Por ejemplo en North Carolina, las mujeres que vienen de Tabasco a abrir la jaiba se lesionan las manos y se les hacen tiesas, rígidas y muchos hombres quedan inmóviles de los brazos, pero no pueden reclamar ningún beneficio, ninguna ayuda social.
Los programas de trabajadores temporales es son la venta y compra de esclavos y la gente tiene que saber que un acuerdo migratorio tiene esa forma de contratación, un método de ayer que está hoy vigente y viola derechos humanos.