*A 18 años de haber sido sacrificado

Este 23 de marzo se cumplen 18 años del brutal asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta y aunque parece un caso olvidado, aparecen señales de que otro de los motivos de su muerte pudo haber sido el anuncio de que evitaría crear nuevos privilegios de grupo o de región.

Y es que durante el discurso de aquel 6 de marzo de 1994, el entonces candidato presidencial del PRI dijo textualmente: “Mi compromiso es con todos los mexicanos; mi compromiso es luchar contra la desigualdad y evitar crear nuevos privilegios de grupo o de región”

Sobre este tema nuestro hermano periódico digital Dossier Político, del estado de Sonora, tierra natal de Colosio, publicó el siguiente trabajo informativo que, por su importancia histórica, reproducimos a continuación:  

Transcurrían los meses del año 1999, cuando los reporteros sonorenses aún nos resistíamos a creer la gran fábula creada por los promotores extranjeros del Tratado de Libre Comercio y el Gobierno de la República que, una y otra vez, nos bombardeaban con la figura del “asesino solitario” en la persona de Mario Aburto, sentenciado en el 1995 a 40 años de cárcel.

Para el año 2000, con la asunción de Vicente Fox a la Presidencia de la República, era más común escuchar la versión de que la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta había sido producto de un complot, orquestado luego de aquel memorable discurso del 6 de marzo de 1994 frente al Monumento de la Revolución:

“¡Yo veo un México con hambre y con sed de justicia! Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

“Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.

“Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.

“Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar.

“Manifiesto mi más profundo compromiso con Chiapas. Por eso debemos escuchar todas las voces, no debemos admitir que nadie monopolice el sentimiento de los chiapanecos.

“Expreso mi solidaridad a todos aquellos chiapanecos que aún no han dicho su verdad, a todos aquellos que tienen una voz que transmitir y a todos aquellos que tienen una palabra que expresar.

“Debemos de asumir y debemos de decidir. Debemos de decidir si nos asumimos plenamente como una sociedad plural o si concesionamos sólo a algunos la interlocución de nuestros intereses.

“Chiapas es un llamado a la conciencia de todos los mexicanos. Pero nuestra propuesta de cambio no se limita a responderle solamente a Chiapas. Le queremos responder a todos los mexicanos, a los de todos los pueblos, a los de todos los barrios, a los de todas las comunidades.

“Queremos cumplirle a los chiapanecos, pero también a los mexicanos de la Huasteca, a los de La Laguna, a los de la Montaña de Guerrero, a los de la Sierra Norte de Puebla, a los de Tepito o a los de las barrancas de Álvaro Obregón, aquí en el Distrito Federal; a los del puerto de Anapra, en Ciudad Juárez, Chihuahua; a los de la Colonia Insurgentes, en Guadalajara, Jalisco; o a los de San Bernabé, en Monterrey, Nuevo León.

“Mi compromiso es con todos los mexicanos; mi compromiso es luchar contra la desigualdad y evitar crear nuevos privilegios de grupo o de región”… Fueron palabras textuales de Colosio.

Los primeros meses del 2004 y durante el Gobierno del Cambio, el Noticiero Esferas que se transmite en Guadalajara, Jalisco, develó una grabación donde se presume que Colosio Murrieta recibió un segundo disparo dentro de la camioneta en la que era trasladado por el personal del Estado Mayor Presidencial de Lomas Taurinas al hospital.

El periodista Gastón Pardo expone un hecho que no podemos dejar de lado, este hecho cimbró a los asistentes a la III Cumbre de la Unión Europea y América Latina por la grabación en el que estarían involucrados miembros del Estado Mayor Presidencial que tenían a su cargo la seguridad de Colosio, encabezados por el general brigadier Domiro Roberto García Reyes.

En cámara lenta, se aprecia el caos que hubo para el traslado de la víctima desde el sitio donde se le dio el primer disparo en la cabeza, hasta la camioneta que usaba en su gira, así como la intromisión en la escena de varios extraños; Colosio, ya herido, es subido a la camioneta por la portezuela derecha trasera, y es ahí cuando el conductor de noticiero señala:

“Observen al individuo que está atrás de la camioneta; un tipo de corta estatura, de lentes, pelón, que luego se le ve por la portezuela trasera izquierda y luego se oye el clarísimo ruido de la detonación y el destello del fogonazo que ésta produce”.

A continuación, el periodista, que pide se pase en cámara lenta la videograbación, va narrando punto por punto los hechos y encerrando con un círculo el destello que produce el fogonazo de la segunda arma utilizada contra el sonorense.

Y para no dejar ningún lugar a dudas, el narrador establece que:

“Entonces si el balazo no se lo dieron en el sitio del primer atentado, cuando iba cayendo al piso; se lo dispararon en el interior de la camioneta, y con ello se refuerza la teoría del complot en contra del candidato del PRI a la Presidencia de la República”.

Esto concuerda con la primera postura que se dedujo del informe forense de la doctora Patricia Obanel, especializada cardióloga, quien el día de los hechos participó en la autopsia realizada al asesinado y que al salir del Hospital Regional de Tijuana, perturbada, declaró que no sólo había sido una herida, sino que tenía más y dejaba entrever que no fue uno el atacante sino varios.

Al respecto, el fiscal federal dijo que en su oportunidad fue investigada la versión de la doctora, pero que ésta retiró su declaración argumentando que fue producto de la confusión.

Ni Aburto ni Othón Cortés

La recuperación de la libertad de Othón Cortés Vázquez, detenido y acusado por Antonio Lozano, cuando fue fiscal federal, como el segundo que disparó en el crimen de Lomas Taurinas, con lo cual se fortalecería la tesis del complot que manejó en su momento el subprocurador Pablo Chapa Bezanilla, que sería el puntal para llegar al Estado Mayor Presidencial (EMP), pues dejó abierta la posibilidad de que otro individuo haya hecho el segundo disparo.

Los peritos Alejandro García López e Isaac Manuel Urrutia Hernández emitieron una conclusión luego de analizar el certificado de la autopsia, un sin fin de dictámenes de balística y criminalística, diversas testimoniales, material audiovisual y juicios de colegas suyos:

“Única: Que es prácticamente imposible que Mario Aburto Martínez hubiera podido desplazarse a la izquierda y por detrás del licenciado Luis Donaldo Colosio momentos después de que se produjo el primer disparo, por la rapidez con que se suscitaron los hechos, la cantidad de gente agrupada y compactada en torno del hoy occiso, así como la acción inmediata de sometimiento de que fuera objeto Mario Aburto Martínez”.

Pero vendría un conflicto de constitucionalidad, Mario Aburto Martínez ya fue declarado asesino solitario y condenado como tal. Por tanto, para la Fiscalía no puede haber un segundo participante.

Esta tesis del asesino solitario, que resultó la más favorable para que la clase política mexicana consiguiera impunidad cerrando el paso a una investigación más profunda del asesinato, es echada por tierra por la videograbación presentada en Guadalajara, a la que se ha tratado de desestimar, lamenta Gastón Pardo.

El 17 de marzo del 2003, el periodista Jorge Ramos realizó una entrevista que dio la vuelta al mundo en 24 horas.

Era a Rubén Aburto, padre del llamado asesino solitario:

“Rubén Aburto, a sus 56 años, nunca antes se había subido a un avión. El primero lo tomó hace unos días para viajar de Los Ángeles a Miami y realizar esta entrevista.

“Rubén Aburto me había dicho por teléfono que estaba enojado, muy enojado, y que quería decirlo todo sobre su hijo, Mario Aburto, acusado de ser el único responsable de la muerte del candidato priísta a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio.

“Efectivamente, cuando empecé a hablar con él, Rubén Aburto venía enojado y lo dijo todo. Ni siquiera las fuertes medicinas que está tomando contra las úlceras y el dolor de espalda lo hicieron detenerse.

“Este hombre que solo terminó el sexto grado de primaria en Michoacán, México, y que vino por primera vez a Estados Unidos en 1972 es, desde 1986, residente legal de este país.

“Su esposa de toda la vida es María Luisa. Con la excepción de Mario, todos sus hijos -Rafael, Rubén Jr., José Luis, Elizabeth y Karina- viven en Estados Unidos desde 1995 debido a las amenazas de muerte que han recibido en México.

“Su esposa y una de sus hijas, dice Rubén Aburto, fueron obligadas a desnudarse en una de las tantas averiguaciones judiciales.

“Esa afrenta él no la perdona.

“Mario es el único de la familia Aburto que vive en México. Para ser más exactos, está en la prisión de Almoloya de Juárez donde cumple una condena de 45 años por el asesinato de Colosio.

“Desde 1994 hasta el 2000 estuvo totalmente aislado del resto de la población del penal de alta seguridad. Pero con la entrada de Fox a la Presidencia le han permitido comer y conversar con otros reos, y hasta jugar futbol y basquetbol en el patio de la prisión.

“Sin embargo, Mario Aburto aún duerme solo y está vigilado las 24 horas al día. Esto me lo contó su padre basado en las pláticas telefónicas que tienen.

“Rubén Aburto venía bien preparado para la entrevista. Me atrevería a decir que llevaba años pensando en lo que iba a decir.

“Me dijo que sospecha de los periodistas mexicanos porque, alguna vez, funcionarios de los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo se hicieron pasar por reporteros y que otros que sí eran periodistas no se atrevieron a publicar lo que él decía.

“Rubén Aburto me dio un montón de documentos que, a su entender, probaban una conspiración gubernamental para matar a Colosio, para encubrir el asesinato y para usar a su hijo, Mario, como chivo expiatorio del crimen.

“Los documentos, decenas de ellos, incluyen recortes de periódicos, fotografías del día del crimen -23 de marzo de 1994- y numerosos reportes de los cinco fiscales que nunca pudieron dar con un motivo por el asesinato ni con los autores intelectuales.

“Pero lo más importante que traía Rubén Aburto eran unos pequeños casetes -seis o siete- con las grabaciones de las conversaciones telefónicas que ha sostenido con su hijo durante casi nueve años. "Un día voy a hacer un libro", me dijo.

“Rubén Aburto no se separa de esos casetes. Los trata con una delicadeza como si su vida dependiera de ellos.  Me dejó escuchar varios de ellos. En uno, grabado a principios de 1995, se oye claramente a Mario Aburto decir: "Mira Papá, si no han agarrado al verdadero asesino material ¡imagínate! Nunca van a poder agarrar tampoco al intelectual”.

“Un poco más adelante se escucha a Mario Aburto asegurar que “si un día me llegan a matar por cualquier cosa, lo importante es que ya la gente ya sabe que fue el mismo gobierno que lo mató (a Colosio) y que yo no fui”.

“El gobierno mató al propio licenciado Colosio” dice Mario Aburto en la cinta de audio.

“Mira, las autoridades al no tener a la mano a los verdaderos culpables agarran a un chivo expiatorio para acallar a la gente y mantenerla calmada… las personas que vinieron a torturarme me hicieron comentarios sobre eso también”.

“Tanto Mario Aburto, en la cinta de audio, como su padre Rubén, aseguran que fue bajo tortura y con otros métodos coercitivos que Mario fue obligado a decir que él había asesinado a Colosio. “Mi único pecado es haber sido pobre”, oigo decir en una vieja grabadora negra a Mario Aburto, "y no tener para haber pagado un abogado defensor particular que me defendiera”… Hasta aquí la voz de Mario Aburto.

“Me senté junto a Rubén Aburto frente a una pantalla de televisión y empezamos a ver los videos de ese 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana. Vimos una y otra vez el momento del disparo contra la cabeza de Colosio. Pero nunca se puede ver la cara del pistolero.

Nadie ha hablado más con Mario Aburto sobre el caso Colosio que su propio padre. Rubén Aburto piensa que, posiblemente, dentro de “la escolta presidencial que cuidaba” a Colosio están sus verdaderos asesinos.

“Rubén Aburto no está seguro, siquiera, que la persona arrestada en Lomas Taurinas, momentos después de la muerte de Colosio, sea su hijo. El arrestado en el video tiene el pelo largo y bigote. “Mi hijo es lampiño”, me dice Rubén Aburto, y no tenía bigote.

“Además, dice su padre, Mario se había cortado el pelo 15 días antes y el arrestado en el video está greñudo”…

Esto es todo lo que dijo el periodista Jorge Ramos en aquella ocasión, cuando también le preguntó a Rubén Aburto que si era probable que la persona que arrestaron en Lomas Taurinas no sea su hijo.

Rubén Aburto respondió: “Es probable que no sea. Hay personas idénticas a mi hijo que pudo haber metido el gobierno.

Jorge Ramos preguntó: “Las declaraciones oficiales indican que Mario Aburto reconoce haber matado a Luis Donaldo Colosio.

Rubén Aburto respondió: “No. Él dice lo que ellos quieren que diga.

Jorge Ramos preguntó: Pero ¿por qué se va a incriminar él mismo?

Rubén Aburto dijo: “Es a base de torturas y amenazas de muerte a él y a la familia… Cuando lo agarran en Lomas Taurinas a mi hijo se lo llevan, no directamente a la PGR (Procuraduría General de la República) de Tijuana, sino se lo llevaron a las orillas de Tijuana. Estuvo ahí y lo torturaron… Estuvo presente en la tortura el gobernador de Sonora Mario Fabio Beltrones... Eso está confirmado de que ese estuvo presente en la tortura de mi hijo… Hay pruebas de eso, verdad, de que a mi hijo lo torturaron. Y le dijeron a mi hijo: si no te das culpable vamos a matar a tu mamá, a tu papá y a tus hermanos… A todos… Por eso mi hijo se dio culpable, porque lo amenazaron de muerte a él y a la familia… Eso es lo que le he dicho a todos los periodistas y sigo diciéndolo y gritándolo al mundo entero”.

Jorge Ramos dijo que le mostró a Rubén Aburto un programa de televisión en el que aparece su hijo Mario en la cárcel, participando en una recreación del crimen de Colosio. Mario Aburto, en el video, reconoce haber hecho el primer disparo a la cabeza de Colosio, pero no el segundo que impactó al candidato en el estómago. Hubo otro pistolero, se escucha decir a Mario Aburto en la cinta.

Acto seguido Jorge Ramos le pregunta a Rubén Aburto: “Su hijo, señor Aburto, está reconociendo ante una cámara de video que él mató a Colosio.

Y Rubén Aburto contestó: “No, él no lo mató. A él ahí (y apunta a la pantalla) lo están obligando a hacer una obra de teatro.

Jorge Ramos cuestiona: ¿Es una mentira?

R. Aburto contesta: “Sí, es una mentira…Hay declaraciones de mi hijo ahí en Almoloya en que lo han inyectado, le pusieron droga a él.

Ramos pregunta: “Usted dice que su hijo no mató a Colosio… ¿Quiénes fueron, entonces?

R. Aburto respondió: “Yo digo lo que ha dicho don Luis Colosio Fernández: que fueron dos tiradores del gobierno los que asesinaron a su hijo”.

Ramos preguntó: ¿Qué evidencia tiene de esto, señor Aburto, que fueron dos tiradores del gobierno (los que asesinaron a Colosio)?

R. Aburto contestó: “Bueno, hay evidencias de que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari en sus declaraciones acusa a Luis Echeverría. Y luego Luis Echeverría acusa a Carlos Salinas de Gortari. Entonces se comprende que este es un asesinato de los altos niveles del gobierno. Esas son las evidencias que hay, ellos lo han dicho… Es un asesinato político de las altas esferas del gobierno”.

Rubén Aburto comentó a Jorge Ramos que él vio por televisión una entrevista que este periodista había tenido con Carlos Salinas de Gortari el 6 de octubre del 2000 en la ciudad de México.

“¿Mandó usted matar a Colosio?”, le preguntó en ese entonces a Salinas.

Y el ex presidente contestó: “Luis Donaldo Colosio era mi amigo entrañable… Quienes afirman que Donaldo Colosio y yo tuvimos una diferencia, no conocen los diálogos intensos, la relación directa y el trabajo común político a lo largo de 15 años”.

Ramos le insistió a Salinas: “¿Usted no tuvo nada que ver con el asesinato de Colosio?”.

El ex presiente respondió molesto: “Yo fui de los que más perdieron con la muerte de Colosio”.

Por todo esto, Jorge Ramos le preguntó a Rubén Aburto: “Yo tuve la oportunidad de hablar con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y él me dijo que no había mandado matar a Colosio.

R. Aburto respondió: “Bueno, se comprende que el licenciado Colosio dio un discurso y en ese discurso el licenciado Colosio dio evidencias de lo que iba a hacer en el país. Se comprende que por ese discurso él dijo que se iba a separar al PRI del gobierno.

Ramos dijo: “O sea ¿usted cree que fue una conspiración del gobierno de Salinas de Gortari la que culminó con la muerte de Colosio?

R. Aburto contestó: “Mi teoría es, pues, que sí. Que sí. Posiblemente el gobierno de Salinas sí pudo haber sido.

Jorge Ramos buscó más concreción: ¿No tiene evidencias de esto?

Y R. Aburto indicó: “Las evidencias son que ellos, mutuamente, se están acusando...Carlos Salinas de Gortari acusa al ex presidente Luis Echeverría Álvarez y Luis Echeverría Álvarez acusa al licenciado Carlos Salinas de Gortari”.

Jorge Ramos le hizo notar: “Yo no he escuchado esas declaraciones. Pero usted ¿sí las ha escuchado?

R. Aburto dijo: “Las he visto dentro del periodismo. Las he leído”.

Jorge Ramos continúa con su relato de lo que ocurrió en esa entrevista: “Paramos para ver de nuevo, en la pantalla de televisión, el momento en que Colosio recibe un balazo en el cráneo y cae al suelo. El estudio de televisión donde entrevisté a Rubén Aburto está helado; se apagan las luces y ahora está totalmente oscuro. Rodamos la cinta.

La piel se me pone como carne de gallina, igual que la primera vez que vi ese video. En cámara lenta, superlenta, una y otra vez nos quedamos con los ojos fijos, incrédulos, en la mano que dispara.

“Este es el momento en el que matan a Colosio el 23 de marzo”, le digo a Rubén Aburto.

“Ahí está”. No me dice nada. Por varios minutos tratamos de encontrar a su hijo, Mario Aburto, entre las personas que rodean a Colosio antes de su muerte. No lo vemos.

“Mi hijo nunca estuvo cerca de Colosio”, asegura desafiante, confiado, Rubén Aburto e insiste: “Nunca estuvo cerca”…

Rubén y Mario Aburto hablan 10 minutos por teléfono cada tres o cuatro meses.

Mario Aburto habla por cobrar desde la cárcel a la casa de su padre en California, cerca de Los Ángeles.

“Gano muy poco”, le dijo Rubén Aburto a Jorge Ramos, a manera de explicación, y añadió: “Las llamadas telefónicas están muy caras”.

Por ese entonces, nueve años después de la muerte de Colosio, Jorge ramos dijo que Rubén Aburto ha vuelto a hablar del caso Colosio, porque está convencido de la inocencia de su hijo y porque estaba buscando a un abogado privado que lograra reabrir el caso. Varios abogados se han negado a hacerlo por miedo, le dijo Rubén.

Le informó además que uno que iba a retomar el caso recibió una amenaza de muerte contra su familia y se retiró inmediatamente. “¿No sabe usted quién me podría ayudar?” le preguntó al periodista antes de irse al aeropuerto de Miami para tomar su vuelo -el segundo de su vida- a Los Ángeles. 

Allá, medio escondido, está su refugio. Y desde allá todos los días Rubén Aburto planea cómo liberar a su hijo.  Es su misión.

“Estoy seguro que mi hijo no fue”, le dijo a Ramos antes de partir y la conclusión fue entonces: ¿Y si no fue él, entonces quién o quiénes?...

Otras expresiones sostienen que el discurso del 6 de marzo fue escuchado por los promotores del Tratado del Libre Comercio que intentaban apoderarse de la mano de obra y del capital mexicano desde enero de 1994, con la entrada en vigor del TLC, hecho que no compartía Colosio, a pesar de que el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y su poderosos segundo de abordo, José Córdova Montoya, lo empujaban con toda su fuerza política.

De esta manera, no son pocos los mexicanos que piensan que el atentado contra Colosio Murrieta fue una conspiración, que tradicionalmente llamamos “complot” por estar más apegada a nuestra idiosincrasia, como bien lo estableciera en su momento el líder de la Izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador.

Pero usted, como siempre, tiene la mejor opinión.