El manejo integral de cuencas hidrográficas es una de las vías más recomendables para la gestión territorial y tiene un carácter estratégico.
Hoy, es imprescindible articular y normar las diferentes modalidades de gestión y ordenación territorial que se desarrollan, en gran medida, de manera paralela e independiente. La conciliación entre estos esquemas es fundamental para evitar la degradación de los recursos naturales, de la biodiversidad y de los sistemas geográficos (geo-sistemas), tanto desde el punto de vista estructural como funcional, indicó en la UNAM José Evelio Gutiérrez Hernández, investigador de la Universidad de La Habana, Cuba.
El manejo integral de cuencas hidrográficas es un conjunto de acciones encaminadas al aprovechamiento racional, conservación y uso múltiple de los recursos; la prevención, protección y mitigación contra fenómenos naturales y el incremento del desarrollo humano, organizados en un plan que incluye la integración y participación de comunidades, la construcción de obras de desarrollo, así como el control de la actividad social y económica sobre las cuencas, expuso en el Instituto de Geografía (IGg) de esta casa de estudios.
Las actividades económicas se realizan sin considerar la importancia de la interacción entre el hombre y los componentes del medio natural, constituidos en complejos geográficos o geo-sistemas. La cuenca hidrográfica es el marco geográfico y el geo-sistema ideal para conciliar los objetivos de distintos enfoques de uso de los territorios y lograr el crecimiento económico, el desarrollo sostenible integral y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, recalcó.
“Necesitamos de los recursos naturales y de los servicios ambientales que nos brinda el entorno. Para conservarlos, requerimos articular los trabajos de distintas modalidades de gestión del espacio geográfico, para impulsar la estrategia de manejo integral. Cada vez más se degradan los suelos, la flora, fauna y los recursos hídricos, entre otros, y no podemos perder tiempo”, advirtió en el auditorio Francisco Díaz Covarrubias.
Hoy, coexisten modalidades diversas de gestión del espacio geográfico -territorial, ecológico, ambiental y de cuencas-, con diferencias y hasta confusión en el uso de los términos, contenidos, métodos de aplicación y ámbitos que atienden; es urgente organizar y resolver esto. En Cuba se avanza hoy, precisamente, en esta dirección, dijo en la conferencia “Convergencia y estrategia de la implementación del manejo integral de cuencas hidrográficas y del ordenamiento territorial”.
El también vicedecano de Investigación y Posgrado de la Facultad de Geografía de la universidad cubana, subrayó que el manejo integral de cuencas hidrográficas es el enfoque más integrador y, en última instancia, debe contemplar los demás planes de gestión o de lo contrario debe ser articulado de modo efectivo con el ordenamiento territorial.
En muchos lugares ambos esquemas se practican de manera independiente, por vías distintas, por gestores diferentes y con recursos y esfuerzos aislados, lo que no es concebible, sostuvo.
Enfoque integral
El experto explicó que existen distintos tipos de unidades geográficas naturales, que reúnen todos los componentes del medio ambiente en su interacción. Son útiles en la gestión de los territorios, que incluye el ordenamiento y la planeación, actividades que están a cargo de las entidades político-administrativas.
En específico, las cuencas hidrográficas tienen límites naturales bien definidos, de fácil identificación, con una independencia relativa; sus aguas tienen intercambios de sustancias y de energía, que intervienen en distintos procesos naturales. También, una presencia universal y predominio en todos los territorios, que cubre la mayor parte de continentes, islas y países, con los mismos principios de funcionamiento, sin importar su variedad o dimensión.
Por sus características, constituyen el escenario geográfico óptimo para el ordenamiento ambiental y territorial, además del manejo hidrológico, a la vez que es la unidad más recomendable para el estudio y manejo de peligros naturales que impactan al hombre, los asentamientos poblacionales e instalaciones económicas y sociales, como lluvias torrenciales, avenidas, inundaciones, deslizamientos de tierra y otros fenómenos peligrosos, concluyó.