En el sector de gas y petróleo México tiene una gran oportunidad deminimizar sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en particular en la reducción de emisión de metano, con lo que el país no solo podría llegar a su meta planteada en la Contribución Nacional Determinada (INDC, sus siglas en inglés) enfocada a disminuir voluntariamente el 22% de GEI y una reducción del 51% de carbono negro para 2030, sino también fijar como objetivo alcanzable la reducción del 55% de metano, aseguró Drew Nelson, gerente senior de Enviromental Defese Fund (EDF, Fondo de Defensa Ambiental).
Al presentar el “Análisis económico de las oportunidades de reducción de emisiones de metano en la industria mexicana de petróleo y gas natural”, elaborado por la empresa de investigación en energía ICF International por encargo de EDF y publicado en colaboración con el Centro Mario Molina, Nelson sostuvo que dicho estudio demuestra que México puede continuar con el liderazgo en importantes temas climáticos con el respaldo de reglamentos y políticas correspondientes.
Sobre esto, el Premio Nobel de Química 1995, el doctor Mario Molina, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, mencionó que “existe información de que posiblemente haya mayores cantidades de gas metano de las que consideró ICF y no necesariamente estamos conscientes de todas las fugas que tiene el país, así que ahí hay un potencial”, por lo que señaló la necesidad de monitorear, reportar y verificar las emisiones de gas metano.
Explicó que los compuestos que afectan el clima, aquellos que son de efecto invernadero, casi todos gases (el carbono negro no es un gas), se dividen en los que son de vida corta -como el metano que tarda entre 10 y 15 años en la atmósfera para oxidarse-, y los de vida larga -como el CO2, que se emite mayoritariamente al quemar combustibles fósiles y la parte que se mantiene dura más de un milenio en la atmósfera.
Desde el punto de vista de la ciencia del cambio climático, la conclusión que se tiene y se publicó hace un par de años en la revista Science, es que es muy importante en este tema reducir las dos modalidades de estos compuestos. “Si reducimos los de vida corta no significa que tenemos más tiempo para relegar la reducción del CO2, ambos tienen que disminuirse simultáneamente, si la sociedad solo se preocupara por los de vida corta, a finales del siglo lo que podría suceder sería totalmente desastroso a pesar de que hayamos reducido el metano”.
Retos y oportunidades de negocio
De acuerdo con la Iniciativa Global de Metano (GMI, sus siglas en inglés), al igual que el CO2, las fuentes de metano pueden ser naturales o producto de actividades humanas. Las cinco principales fuentes de emisiones de metano en el mundo en el 2010 fueron: fermentación entérica (producido en los sistemas digestivos de los rumiantes y, en menor medida de los no rumiantes 29%), petróleo y gas (20%), vertederos (11%), cultivos de arroz (10%) y aguas de desecho (9%).
Es importante tomar esto en cuenta porque “el metano es 84 veces más potente que el dióxido de carbono en el corto plazo. Además, el 25% del calentamiento que hoy sentimos proviene del metano, entonces cualquier cosa que se pueda hacer para minimizar estas emisiones es algo bueno para el clima”, consideró Nelson.
Dijo que sumar todas las fugas que existen en el planeta en el sector de gas y petróleo iguala la producción total de gas de Noruega, el séptimo mayor proveedor de gas en el mundo.
Para realizar el análisis, presentado el pasado jueves 12 de noviembre, el ICF invirtió poco más de seis meses en su elaboración. Se recopilaron datos de diferentes organismos gubernamentales como la Secretaría de Energía (Sener), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y Petróleos Mexicanos (Pemex) y lo que se encontró es que un gran porcentaje del total de emisiones de metano en México provienen del sector de petróleo y gas.
No es la primera vez que ICF hace este tipo de análisis, ya lo hizo para Canadá y Estados Unidos y ahora para México, “para los tres países la reducción de metano es costo-efectiva. Usando tecnologías existentes, el país puede reducir las emisiones de metano en un 55%, esta reducción costaría menos de 0.01 pesos por mil pies cúbicos de gas producido a nivel nacional, informó Drew Nelson.
Las medidas que se proponen son sencillas y económicas como son el incremento del uso de quemadores, válvulas de baja emisión y equipo de monitoreo para controlar las mediciones de metano. En algunos casos la rentabilidad es tan alta que con el tiempo los controles se pagarían solos a través de la venta del gas natural capturado. El metano es el principal componente de este gas y cuando se escapa de los pozos, oleoductos u otro tipo de producción de petróleo y gas natural, se pierde un recurso que, de otro modo, se podría vender.
Al respecto, Rodolfo Lacy, subsecretario de Plantación y Política Ambiental de Semarnat, comentó que hay circunstancias relevantes por las cuales este análisis es importante: Una es que México junto con otros 152 países presentaron sus INDC´s para la reducción de emisiones de GEI entre 2020 y 2030, pero Naciones Unidas hizo un reporte sobre lo que presentaron de manera voluntaria los países rumbo a la reunión de la COP21 de Paris a finales de este mes y las propuestas no serán suficientes para no rebasar el escenario de dos grados centígrados de aumento en la temperatura del planeta, “nos quedamos cortos”.
“Nos llevaría –subrayó- a un escenario con una probabilidad por arriba del 60% de caer entre 2.7 y 3.6 grados centígrados de aumento; es decir, no lograríamos la meta que se fijó en 2010 en Cancún, de no rebasar los dos grados”.
Ante esto, es muy probable que se tenga que introducir algún elemento de progresividad en París a efecto de que los países incrementen la ambición que hasta ahora han manifestado para la reducción de GEI, “y la única forma de aumentar la ambición en cada uno de nuestros INDC´s es a través de este tipo de análisis y propuestas, que son mucho más finas de las que ya se hicieron en una primera entrega”.
Hasta ahora México se ha comprometido con una reducción del 22%, “pero pensamos que con acciones de este tipo podemos incrementar nuestra ambición nacional hasta un 36%, y es evidente que para poderlo hacer requerimos de financiamiento y transferencia tecnológica.
“Pemex no ha hecho muchas de estas iniciativas porque tenemos una limitación financiera presupuestal que ahora se exacerba por la baja de los precios del petróleo, pero afortunadamente con la reforma energética hemos podido abrir el sector y estas tareas ya son altamente rentables como lo dijo Drew, y es posible usar esa rentabilidad de la captura de metano para hacer una acción de mitigación que a todas luces es muy benéfica”, señaló.
Rodolfo Lacy adelantó que al final del presente mes se contará con un nuevo sistema nacional de información sobre cambio climático, el cual encabezará el INEGI y se contará con una página de internet en la que se pondrá a disposición toda la información al respecto.
El análisis que presenta EDF es una visión extraordinaria porque “la única forma que una empresa vaya a dedicar recursos es si es costo-efectiva y este estudio es justo lo que está presentando”, dijo por su parte Leonardo Beltrán, subsecretario de Plantación y Transición Energética de la Sener.
Agregó que fundamentalmente el mensaje es la importancia de poder invertir en desarrollar casos de negocio y confirmar que en México en el sector energético la discusión de si tenemos que ser sustentables o no ya está superada, la Constitución establece que el sector debe ser sustentable.
Rumbo a la COP21
El doctor Mario Molina consideró que uno de los cuellos de botella en esta situación tiene que ver con el Congreso de Estados Unidos, porque en su opinión el Partido Republicano tiene como dogma no creer en la ciencia del cambio climático, y “eso es totalmente irracional, es algo que tendrá que cambiar pronto, por eso en París no hay expectativa de que haya un acuerdo internacional, el punto de mayor eficiencia es que hubiera un costo por las emisiones de gases de efecto invernadero y eso lo más probablemente es que suceda en una década, y en México nos tenemos que preparar para ello”.
Recomendó, sin embargo, no caer en el pesimismo aunque no se logre este acuerdo, porque Estados Unidos no ratificaría medidas obligatorias para reducir emisiones. El científico aseguró que la COP21 de París es un paso muy importante pero intermedio, pues la idea es que ahí se indique la dirección a seguir para llegar a las cifras que se ambicionan en los próximos años para el planeta y sus habitantes.