Hay pruebas de que niños migrantes al cruzar las fronteras son separados de sus padres o parientes por parte de las autoridades migratorias y repatriados a localidades distintas y alejadas de donde se les descubrió, con el fin de desalentar un nuevo intento de cruzar, pero dificultando la reunión familiar, y en muchos casos son explotados, prostituidos y reclutados por la delincuencia organizada, alertó la senadora Martha Elena García Gómez.
La presidenta de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia del Senado de la República explicó que el gobierno ha suscrito alrededor de 58 instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes de acuerdo con la reforma constitucional en materia de derechos humanos publicada en junio de 2011, los cuales protegen el derecho de las niñas, niños y adolescentes migrantes, independientemente de su condición migratoria.
De acuerdo con un diagnóstico publicado por la Organización Internacional para las Migraciones durante la primera mitad del 2011, más de dos mil niñas y niños fueron asegurados por el Instituto Nacional de Migración (INM), de los cuales siete de cada 10 niños no viajaban acompañados lo cual sin duda son cifras “alarmantes”.
Señaló que pese a la existencia en nuestro país de un marco jurídico que sustenta los procedimientos migratorios de los menores de edad, “todavía podemos ver niñez migrante que al cruzar las fronteras con sus padres o parientes, son separados de ellos por las autoridades migratorias y repatriados a localidades distintas y alejadas de donde se les detectó, con la finalidad de desalentar un nuevo intento de cruce, pero dificultando entre otras cosas, la reunión familiar”.
“Hay que abrir los ojos a los fenómenos como la trata de personas, la violencia y el tráfico de menores que agravan las situaciones de las y los niños que migran, quienes se ven afectados por los engaños, maltratos y violaciones que sufren en sus trayectos migratorios. Incluso existe evidencia de niñas, niños y adolescentes explotados, prostituidos y en algunos casos reclutados por la delincuencia organizada”, expuso.
García Gómez agregó que la estancia de menores de edad no acompañados en los albergues públicos y privados revela los grandes desafíos que enfrentan, pues son pocas las ciudades en las que las delegaciones de las Procuradurías para la Defensa del Menor y la Familia del DIF participan en los procedimientos de reintegración familiar de los niños y niñas que son repatriados.
“No hay mecanismos eficaces para verificar si las niñas y niños que viajan solos llegan a salvo a sus lugares de origen. En el caso específico de niñas y niños indígenas, preocupa que no existan medios idóneos para comunicarse con ellos en sus lenguas o dialectos, lo que dificulta además, la identificación y localización de sus familiares”, declaró.
Respecto a los menores migrantes extranjeros en México, dijo que cifras oficiales reflejan que la mayoría son centroamericanos, especialmente hondureños y guatemaltecos, y llama la atención el creciente número de niñez de origen asiático, especialmente de la India, que según los reportes de las autoridades migratorias viajan en su mayoría sin familiares responsables.
“Las causas por que emigran son variadas, pero no podemos dejar de lado la responsabilidad que tenemos para proteger y garantizar los derechos de estos niños, niñas y adolescentes”, señaló la senadora Martha Elena García Gómez.