El dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, pronunció un discurso en el Ángel de la Independencia de la ciudad de México y desde ahí anunció que su movimiento no reconoce al gobierno de Enrique Peña Nieto y dijo que seguirá luchando en todos los frentes para recuperar lo que dice le han robado, al tiempo que aseguró quelo hará por la vía pacífica.
Aquí sus palabras textuales: “Antes de leer el texto que escribí para esta ocasión, quiero referirme a la represión que se suscitó en la mañana de hoy en contra de los jóvenes, de los estudiantes.
Ustedes son testigos, y muchos mexicanos, de que nuestro movimiento siempre se ha conducido de manera pacífica. Este movimiento, lo he repetido muchas veces, ha sido, es y seguirá siendo pacífico, porque no apostamos a la violencia, inclusive consideramos que la violencia, en vez de destruir el autoritarismo, lo perpetúa y que eso lo que le conviene a los de la mafia del poder, el que haya enfrentamientos, el que haya violencia, porque así se imponen, porque así ejercen su vocación autoritaria.
Por eso, aunque nos han robado la Presidencia en dos ocasiones, hemos tomado la decisión de seguir luchando, pero por la vía pacífica, sin caer en la trampa de la violencia. Así vamos a continuar, pero esta postura no significa de ningún modo que se solapen actos de represión, como los de hoy en la mañana.
No había motivo para que se usara la fuerza bruta en contra de los jóvenes y de los estudiantes. No había ninguna razón para utilizar balas de goma en contra de los estudiantes.
Desde ahora, desde aquí, como primera acción en defensa de los ciudadanos y de los derechos humanos y de las libertades, vamos a exigir la destitución del actual secretario de Gobernación, del señor Chong, tiene que salir de ese cargo.
Se tiene que castigar a los responsables. Hay jóvenes gravemente heridos y tiene que haber justicia, aunque en la mayor parte de los medios de comunicación se callen los hechos y empiecen a manipular, echándole la culpa a los jóvenes, nosotros vamos a estar insistiendo en que es la autoridad la responsable de garantizar la tranquilidad y la paz social en nuestro país.
Y que no es con el uso de la fuerza, no había necesidad. Todos somos testigos que desde hace muchos días cercaron por completo la Cámara de Diputados y todo el Centro de la ciudad.
¿Por qué tanta prepotencia? ¿Por qué ese afán autoritario? Ellos fueron los que provocaron esta situación de violencia por la mañana. No se puede aceptar que ningún ciudadano sea golpeado y sea maltratado. Está como derecho en la Constitución, el respetar los derechos de todos los ciudadanos.
Vamos a estar atentos y, repito, vamos a estar demandando la inmediata renuncia, el cese inmediato del señor Chong. Y aquí aprovecho de una vez, para aclarar paradas, si el señor Manuel Mondragón tiene responsabilidad en estos hechos, también debe de renunciar.
Nada de que, como lo propuse para ser secretario de Seguridad, ya con eso van a ocultar hechos represivos, a tratar de tapar estas medidas represivas. Solo quiero decir, para que no se salga de contexto, yo propuse a Manuel Mondragón, pero no iba a tener de jefe a Chong ni iba a tener de jefe a Peña, iba a tener jefes que iban a aplicar la ley, que se iban a ceñir al mandato juarista: Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho.
Amigas, Amigos.
El día de hoy miles de mexicanos nos congregamos en las plazas públicas del país para protestar por la imposición de Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República.
Nuestra autoridad política y moral nos permite decir lo que pensamos con absoluta libertad; hemos decidido luchar por la transformación de México, por la vía pacífica y legal, pero ello no significa quedarnos callados, renunciar al derecho a disentir o no hacer nada para enfrentar al régimen antidemocrático y corrupto que padecemos y está destruyendo a México.
Estos actos de protesta tienen un triple significado. Expresan nuestra legítima decisión de desconocer al gobierno surgido del fraude electoral; son a la vez una convocatoria a seguir despertando conciencias, a proseguir en la organización y la defensa del pueblo y de la nación, y reafirman nuestra inquebrantable voluntad de luchar hasta alcanzar el hermoso ideal, que es el triunfo de la justicia sobre el poder.
Reiteramos: no reconocemos al gobierno impuesto de Peña Nieto porque es ilegal e ilegítimo. Como aquí se expresó en la resolución del Tribunal Popular, que leyó Jesús González Schmal, en las elecciones presidenciales se violó la Constitución y las autoridades electorales, tanto los consejeros del IFE como los magistrados del TEPJF, actuaron en complicidad con los delincuentes electorales.
Es evidente que el candidato de la mafia del poder contó con el apoyo de los dueños de los medios de comunicación y sus patrocinadores, el grupo y la élite que se creen amos y señores de México, utilizaron para imponerlo miles de millones de pesos de procedencia ilícita; es decir, compraron la presidencia de la República.
Este fraude tuvo como principal distintivo el tráfico con la pobreza del pueblo y eso es lo que más indigna y también entristece. Peña Nieto y su partido, como está demostrado y es de dominio público, obtuvieron millones de votos entregando dinero en efectivo, monederos electrónicos de Soriana y Monex, tarjetas telefónicas, despensas, materiales de construcción y otras dádivas, aprovechando la pobreza extrema de millones de mexicanos que carecen hasta de lo indispensable.
Esta es, sin duda, la mayor inmoralidad que se registró durante la elección presidencial. Se trata de un hecho, a todas luces, vil y perverso. Por muy buenos resultados que les haya dado la manipulación a través de los periódicos, la radio y la televisión, sin el voto comprado no habrían podido imponer a Peña Nieto
¿O es que acaso este personaje que no esconde su mentalidad clasista ni su desprecio por la "prole", de repente, fue visto por los pobres como su redentor? No, claro que no; a Peña Nieto lo implantaron con la compra de voluntades.
Esta es la razón de fondo por la que no podemos reconocerlo como presidente de México.
Ya sabemos que los promotores y beneficiarios del Estado mafioso (traficantes de influencias, políticos corruptos, dueños y voceros de los medios de comunicación, y otros integrantes del régimen), nunca van a estar de acuerdo con nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido entráramos en el juego de las negociaciones políticas, como ya está sucediendo; negociaciones que solo implican acuerdos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación.
Es mejor que entiendan que, así como ellos defienden por todos los medios al régimen de corrupción imperante, nosotros estamos empeñados en abolirlo y en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la más mínima ventaja.
Es tan grave lo que han hecho en contra del pueblo de México que no estamos para galanterías. Pintamos claramente nuestra raya. Nada con Peña Nieto, nada con la mafia del poder. La dignidad no tiene precio.
Nos atenemos a la recomendación del mejor presidente que ha habido en la historia de México, el presidente Benito Juárez, cuando decía "que el enemigo nos venza o nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar un atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza".
Amigas y amigos:
Como es obvio, nuestra protesta por el fraude electoral, no solo se limitará al desconocimiento del gobierno espurio de Peña Nieto. Llevaremos a la práctica lo que consideramos desobediencia civil pacífica pero –lo subrayo– activa, lo que implica el compromiso de seguir trabajando en concientizar y organizar al pueblo, así como en protegerlo ante injusticias y hacer todo lo que esté de nuestra parte por defender los recursos naturales y los bienes de la nación.
Hace unos días se aprobó el Plan de Acción de MORENA, el cual establece la creación de comités en pueblos, barrios, colonias, unidades habitacionales, municipios y delegaciones, así como en ciudades del extranjero. También se tomó el acuerdo de iniciar una campaña nacional de concientización.
El propósito es darle continuidad al trabajo que hemos venido realizando desde hace seis años y, en particular, a la labor que llevaron a cabo, durante la campaña presidencial, muchos ciudadanos conscientes que, en sus ámbitos de estudio y trabajo, destinaron tiempo y, de acuerdo a sus posibilidades y con sus propios métodos, ayudaron a despertar y a convencer a millones de mexicanos.
Le vamos a dar continuidad a esta labor. Entre todos vamos a seguir haciendo conciencia, despertando al pueblo, organizando a la gente. Ese es un compromiso y además es una acción fundamental de MORENA.
Por eso tengo confianza en que la campaña de concientización cívica, moral política nacional rendirá frutos, buenos resultados. En especial, creo que con la participación de todas y de todos, saldremos adelante en el reto de hacer conciencia en el medio rural y en las colonias populares, donde el PRI, el PRIAN mejor dicho, ha sentado sus reales con la entrega de despensas, materiales de construcción y otros bienes.
Allí estaremos todos los días, dando respuestas eficaces ante planteamientos acerca de que "todos los políticos son iguales"; haremos ver que somos diferentes; que no deben meternos en el mismo costal, porque nosotros no somos corruptos; que no nos mueve la ambición al dinero ni estamos hambrientos de poder.
Nos inspiramos en principios elevados y humanistas. Contestaremos a señalamientos y preguntas, como cuando dicen "ellos nos dan", "ustedes no dan nada", o "¿qué van a dar ustedes?". Hablaremos con la verdad, diremos que el PRIAN oprime y esclaviza, que solo entrega migajas para mantener el régimen que favorece a una minoría a costa del sufrimiento de la mayoría de los mexicanos.
Se trata de enfrentar una realidad pervertida, originada por mantener a la gente en la sobrevivencia, sin la posibilidad de que salga adelante con su talento y con trabajo, al mismo tiempo que se cancelan sus derechos sociales.
Tengamos presente que la política neoliberal, la política que solo favorece a una pequeña minoría, la que está al servicio de las élites, no considera, esto lo debemos tener muy claro, no considera promover el desarrollo, es decir, impulsar actividades productivas, crear empleos, garantizar el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, la recreación, la cultura, la obtención de una vivienda apropiada, y este incumplimiento del Estado de su responsabilidad social, ha sido sustituido por programas asistenciales y por la entrega masiva de dádivas con propósitos electorales.
Estamos por eso decididos a encarar este desafío, haciendo conciencia en la gente, gritando si es necesario a los cuatro vientos que el pueblo no merece limosnas, sino justicia.
Amigas y amigos:
MORENA –como aquí lo afirmó Martí Batres, presidente de nuestra organización— será partido, pero no dejará de ser movimiento. Siempre estaremos del lado de los ciudadanos que necesiten de nuestro apoyo. MORENA, que no se olvide, no es para nosotros los dirigentes, mucho menos para la mafia del poder, MORENA no va a ser un partido palero; MORENA es un instrumento de lucha al servicio del pueblo y de la sociedad.
Defenderemos a empresarios, comerciantes, empleados y profesionistas, trabajadores, maestros, obreros, indígenas, migrantes, campesinos y estudiantes, a mujeres, niños, jóvenes y ancianos; en suma, a todos aquellos que requieran de nuestra ayuda o sean víctimas de abusos de poder.
Tendremos como prioridad el cumplimiento de los derechos humanos y sociales, la solidaridad ante el autoritarismo y la represión, la protección de los pobres y de la economía popular, así como la defensa de los recursos naturales, en especial el petróleo.
En fin, estamos dispuestos a proseguir en el cumplimiento de nuestra misión de transformar a México, convencidos de la necesidad de establecer una república amorosa con dimensión social y grandeza espiritual.
En lo que a mí corresponde, informo que he tomado la decisión de volver a recorrer todos los municipios del país. Seguiré ejerciendo mi liderazgo desde abajo y con la gente. Solo escuchando los sentimientos de quienes habitan en los pueblos de México, se puede comprender lo que la nación siente en lo más hondo de su alma.
Pero dondequiera que me encuentre estaré siempre atento al acontecer nacional, denunciando injusticias y llamando a defender la dignidad del pueblo y los intereses de la patria.
De modo que, amigas y amigos, mucho ánimo. Vamos a seguir trabajando. Nada de pesimismo. Toda acción en beneficio de los demás cura los males del alma, libera y produce felicidad.
Vamos hacia adelante. Vamos a seguir luchando.
Tenemos que seguir luchando por nuestros ideales. Pensemos que las metas que parecen imposibles se vuelven posibles, si empeñamos en ella la pasión que surge de las convicciones humanitarias. Además, en ninguna circunstancia nuestro trabajo será en vano porque, incluso en las peores condiciones, nuestra noble labor despeja el camino a las futuras generaciones, a nuestros hijos, a nuestros nietos, a los que vienen detrás de nosotros.
Amigas y amigos:
Estamos impulsando a la aurora. Estamos proyectando un país que no sea una fábrica de pobres, una máquina de muerte ni un sitio de mera sobrevivencia, sino un entorno de vida plena para todos. Trabajamos para hacer realidad el sueño de un nuevo modelo de convivencia, más justo, más humano, más digno, más igualitario.
Edificamos una nueva patria y esto debe quedar muy claro: No solo se construye la patria nueva que requiere México desde los palacios, se construye también en la calle, en las plazas.
Así vamos a seguir construyendo la patria nueva que necesita el país. Paso a paso, paso a paso, estamos construyendo aquí en la tierra el reino de la justicia.
Tengamos confianza en nosotros mismos y en el país y en su gente. No nos dejemos apantallar por estos fantoches corruptos y usurpadores de los cargos. Tenemos de nuestro lado a millones de mexicanos, mujeres y hombres dignos, conscientes. Es mucha la fuerza que tenemos, sobre todo porque nos asiste la razón y la razón siempre triunfa. Así, vamos hacia adelante.
Siempre echados para adelante, con optimismo. Conduciremos a México a un renacimiento luminoso y amable y dejaremos atrás –lo aseguro— este presente nacional amargo y oscuro.
Haremos realidad nuestro objetivo, nuestro hermoso ideal: el triunfo de la justicia sobre el poder”.