*Acusa el PRD

El Partido de la Revolución Democrática reiteró su convicción de defender el Estado Laico como la forma de convivencia entre los mexicanos, por medio del cual se garantizan todas las libertades expresadas en la Constitución Política de nuestro país, incluida la religiosa, lo que permite que creyentes y no creyentes convivan en condiciones de igualdad y armonía, amparados todos por un gobierno que debe mantenerse alejado de cualquier injerencia religiosa para poder funcionar como tal.

La libertad religiosa que el Estado Mexicano ampara supone la posibilidad de que todos los habitantes que conforman la nación puedan adherirse a algún credo o Iglesia y profesar sus preceptos; incluso permite que las y los mexicanos no sigan ninguna de estas creencias y se manifiesten abiertamente ateos.

Coincidimos con la iglesia Católica que por conducto del Papa Benedicto XVI señaló recientemente que la “libertad religiosa” es el “camino para la paz”, que compromete a creyentes y no creyentes a un “respeto mutuo sobre las distintas convicciones y a valorar los diferentes puntos de vista, sin lo cual no es posible una auténtica democracia, respetuosa del pluralismo”.

Sin embargo, el término libertad religiosa pierde su sentido original cuando la Iglesia Católica mexicana pretende que los políticos hagan a un lado el secularismo (dícese de lo que no tiene órdenes clericales y es ajeno a prácticas y usos religiosos) que también ampara el Estado Laico y sólo se conduzcan bajo la “libertad” que el catolicismo conoce y que se ha manifestado en diferentes épocas en una aplicación de su dogma de manera irrestricta.

En este año que apenas comienza, la Iglesia Católica mexicana ha arremetido nuevamente contra el gobierno del Distrito Federal y contra miembros de nuestro partido en la ALDF, a quienes ha calificado como “talibanes laicistas”, a quienes acusa, según su visión, de haber aprobado “leyes inmorales e injustas que atentan contra la vida y la familia”, y que, dice, forman parte de una “moda europea contra los signos religiosos”.

Reprobamos las acusaciones y señalamientos emitidos por la jerarquía del catolicismo en México, pues olvida que buena parte de todo lo que actualmente caracteriza a nuestro país se debe a eso que llama “moda europea”. Y si no, cómo negar la gran influencia que la Revolución Francesa tuvo en la conformación de lo que hoy son la mayoría de los Estados Nación de nuestro continente.

Sin embargo, no podemos olvidar todo lo malo que también llegó de Europa con la conquista territorial y espiritual de América por parte del imperio español. La aplicación de las reglas instrumentadas por la Santa Inquisición, que dejó miles de muertes tras su constitución en Europa, pasó al continente americano como una política de exterminio contra sus habitantes y sus creencias en sentido totalmente contrario a lo que hoy el Papa define como “libertad religiosa”.

Como Benedicto XVI, creemos que es innegable la aportación que las comunidades religiosas dan a la sociedad, pero consideramos que es un error del cardenal Norberto Rivera Carrera tergiversar el mensaje del máximo jerarca de la Iglesia Católica en favor de la paz y convertirlo en un pretexto para emprender una nueva cruzada contra el gobierno del Distrito Federal y diputados de la ALDF que, más allá de que profesen o no culto alguno, trabajan en cuestiones terrenales que buscan el beneficio de todas y todos los ciudadanos que habitan en la ciudad de México sin excepción, tal y como lo establece el Artículo Primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aunque por ello se acuse de legalismo al trabajo que realizan.

Por último, el Partido de la Revolución Democrática lamenta la posición adelantada que pretende jugar la jerarquía católica en el próximo proceso electoral de 2012, al señalar en la editorial electrónica de su semanario Desde la Fe del pasado domingo 2 de enero de 2011, que “el autoritarismo y la intolerancia con que se manejan no son buen augurio para las futuras responsabilidades públicas de quienes hoy ejercen la autoridad en la ciudad de México”. Rechazamos enérgicamente esta clara amenaza que se lanza contra quienes legítimamente pretenden desde la izquierda gobernar este país.