Los altos niveles de desempleo persisten en México; 57.2 por ciento de los trabajos generados en el último año fueron informales y con precarización de las condiciones laborales, informó el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

En el reporte más reciente del CAM, que evalúa la problemática con parámetros de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Luis Lozano Arredondo, Omar Luciano, Fructuoso Matías, David A. Lozano Tovar y Javier Lozano, señalan que para el tercer trimestre del año, ocho millones 900 mil 222 de personas estaban desocupadas y la tasa respectiva alcanzó el 15.2 por ciento.

Desde 2012, la población empleada creció en 500 mil 108 trabajadores, de los cuales al menos 286 mil 160 se sumaron a la informalidad.

De 2005 a la fecha, el desempleo creció, en términos absolutos, en dos millones 784 mil personas, lo que equivale a un aumento del 45 por ciento. En este periodo, la tasa respectiva registró un incremento de 12.9 a 15.2 por ciento, advirtió el estudio.

Los especialistas subrayan que las modificaciones en este rubro se

han enfocado en la flexibilización de la fuerza de trabajo y la pérdida de garantías laborales, al legitimar formas de precariedad en las que incurrían varias empresas desde hace tiempo.

Medición

En el reporte se detalla que las cifras referidas se obtuvieron con estándares recomendados por la OIT. La tasa de desocupación que utiliza el INEGI no mide el desempleo y sólo considera a personas que buscaron trabajo en el mes evaluado y no encontraron.

El indicador no suma a quienes no exploran el mercado laboral por cansancio y quienes lo abandonan porque no creen encontrar una oportunidad, al clasificarlos como población disponible, explicaron los economistas del CAM.

En la tasa formulada por los especialistas y construida con parámetros internacionales, se incorpora a la población “desocupada” dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) como personas consideradas “disponibles”.

Para el tercer trimestre de este año, la población desocupada sumó 2.7 millones de mexicanos, mientras que la cifra de “disponibles” alcanzó 6.2 millones (que no reportan las estimaciones oficiales). Esto indica que en México había ocho millones 900 mil 222 desempleados en el lapso referido.

Al utilizar la desocupación para hablar del desempleo en el país, se encubre al 70 por ciento de las personas que quieren trabajar y no pueden. En consecuencia, este segmento es excluido de los análisis de políticas públicas y su futuro está en duda, advierte la investigación.

El incremento de la informalidad y el desempleo repercuten en los índices referidos, aumento de la migración, precariedad en el empleo y niveles de violencia y delincuencia. Sin trabajo y salarios dignos, se limita a millones de mexicanos.