Vamos a empujar para lograr el apoyo de todos los legisladores y aprobar reformas al artículo 420 Bis del Código Penal Federal, a fin de que se sancione con uno a cinco años de prisión a quien realice actos de maltrato y crueldad hacia los animales.

Así lo dio a conocer el diputado federal Ricardo Mejía Berdeja, al explicar que su propuesta busca castigar cualquier lesión que afecte de manera permanente las funciones físicas de un animal o que pongan en riesgo su vida hasta provocarles la muerte.

En caso de que se utilicen métodos que ocasionen un grave sufrimiento al animal, previo a su muerte, las penas aumentarán en una mitad. También tendrá la misma pena quien  grabe, fotografíe y difunda material que exhiba y lucre con cualquier tipo de tratos crueles e inhumanos a los animales.

Puntualizó que es necesario tipificar como delito estas prácticas, ya que sólo así se disminuirá el número de animales que son tratados cruelmente.

Subrayó que es de vital importancia crear en la sociedad la conciencia que los espectáculos circenses no son divertidos para los animales; al contrario, deben ser considerados como una forma de maltrato, pues padecen encierro, soledad, hambre y falta de atención veterinaria, llegando a los golpes cuando no quieren actuar.

Reiteró que los animales utilizados en los circos son alejados desde pequeños de sus hábitats o comprados a traficantes, luego son sometidos a crueles sesiones de entrenamiento en donde se incluyen herramientas de castigo como los bull hoocks, que son varas que terminan en un gancho, el cual se utiliza para llamar la atención de los elefantes, golpeándolos en las caras y detrás de las rodillas.

El soplete también es utilizado contra los paquidermos para retirar todo el pelo duro que tienen en el lomo y cabeza, que les sirve de protección, para que así el domador pueda sentarse sobre el animal sin sentirse incómodo.

Agregó que otro tipo de maltrato son las peleas de perros, las cuales se llevan a cabo en lugares clandestinos, para el disfrute de los espectadores y con un propósito: el juego con apuestas. Es una actividad sangrienta, pues los perros se muerden y desgarran literalmente el pelaje, mientras los asistentes apuestan por alguno de ellos, precisaron.

“Los perros acaban heridos y en ocasiones pueden llegar a perder la vida, razón por la cual estas peleas son ilegales en muchos países”, añadieron.

Señaló que los animales son capaces de percibir el temor y el sufrimiento al tener vida, por lo que no deben ser considerados como cosas; por el contrario, se debe procurar su protección y erradicar las conductas de maltrato y crueldad hacia cualquier especie.

Manifestó que la premisa de su iniciativa es elevar la civilidad y respeto por la diversidad de la fauna existente en el país, ya sea de aquellos animales domésticos y los considerados exóticos, los cuales son secuestrados de su entorno natural, para formar parte de coleccionistas que no cuentan con el medio ni los cuidados necesarios para su óptimo desenvolvimiento.

En este sentido, afirmó que es urgente la protección y trato digno a los animales. “No se debe permitir maltratos, torturas, mutilaciones y actos de crueldad bajo ningún motivo o pretexto”, expresó.

Consideró que las leyes deben ser actualizadas para cubrir las necesidades actuales y no verse rebasadas ante los sucesos que afectan el entorno en que vivimos.

Resaltó que la reforma contribuirá a salvaguardar a los animales. Además de dar compañía, puntualizó, brindan algunas terapias alternativas para la salud. Ejemplo de ello es la equinoterapia, método que busca la rehabilitación de las personas con discapacidad física, permitiendo mejorar su calidad de vida por medio de la incansable colaboración del caballo.

Existe también la delfinoterapia, la cual es utilizada en casos de trastornos cerebrales, motores, emocionales, síndrome de Down, cáncer, terapias para mujeres embarazadas, así como padecimientos del sistema nervioso, cáncer, hipertensión, drogas, alcohol y estrés.