El senador David Monreal Ávila exhortó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a cancelar o reducir los costos del avión presidencial y la remodelación de su hangar con valor multimillonario que representan “gastos superfluos mientras aumenta el número de mexicanos muriendo de hambre”.
Refirió que en 2012 habían 53.3 millones de mexicanos en la pobreza, cifra que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), va en aumento y por supuesto contrastan con la opulenta vida que la clase política se procura.
Paradójicamente en el mismo año, y sin tomar en cuenta la grave situación del país, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) presentó un proyecto para la adquisición de un avión presidencial, cuyo costo al 2015 es de 6 mil 547 millones de pesos, lo que representa más de lo que, en su conjunto, Venezuela, Brasil y Bolivia han gastado por el mismo concepto.
Asimismo, la remodelación del Hangar presidencial contaría, entre otras cosas, de espacio para 6 helicópteros, un estacionamiento con espacio para 520 cajones, ampliación de los hangares existentes, la construcción de un alojamiento, demolición y construcción de las áreas de almacenamiento. Para dichas acciones se erogó un total de $61, 418, 642.11 y el contrato se dio por adjudicación directa a la empresa Compañía Contratista Nacional (COCONAL)
“Estas prácticas solo benefician a la élite del Gobierno Federal y contradicen el principio constitucional de justa distribución del ingreso y la riqueza”, afirmó el Senador, sin olvidar mencionar que la Administración Federal no ha sido capaz de presentar una reforma hacendaria congruente con los cambios originados por la globalización y las demandas sociales.
La propia SHCP presentó en enero un ajuste presupuestal, ante el desfavorable panorama económico, donde manifestó que se implementarán medidas de austeridad y disciplina presupuestaria y reducción del gasto público.
Si a la crisis económica se le suma la crisis política y la desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones públicas, resulta evidente que la Administración Federal no puede permitirse la adquisición del multimillonario avión, pues no atiende las necesidades más urgentes del país y, por el contrario, agudiza la ya escandalosa desigualdad en México.