En el “Primer Encuentro de Mujeres Cooperativistas”, diputadas, funcionarias y especialistas se manifestaron por aumentar la participación femenina en los consejos y directivas de las cooperativas, a fin de alcanzar mayor equidad y dado que la economía social permite abatir rezagos y pobreza.
La presidenta de la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social, diputada Alliet Mariana Bautista Bravo, destacó que el compromiso es impulsar reformas a la Ley General de Cooperativas, en donde se visualice a las mujeres y se logre la perspectiva de género.
Resaltó que en el sector de las cooperativas, principalmente en sus consejos y directivas, ha sido difícil hacer visible la actuación de las mujeres, a pesar de que miles de mexicanas trabajan en el cooperativismo del país.
En el Salón “Legisladores de la República”, del Palacio Legislativo de San Lázaro, Bautista Bravo puntualizó que es fundamental construir una económica social con equidad e igualdad de género, dado que muchas mujeres están formando actualmente empresas sociales.
Hizo votos para que los consejos de las cooperativas integren más mujeres, dado que México necesita de la economía solidaria a fin de abatir la pobreza y avanzar hacia un mejor sistema económico.
La diputada Silvia Márquez Velasco destacó que este encuentro permitirá tener propuestas concretas para que las mujeres que están en las cooperativas y empresas sociales se vean fortalecidas, pues son columna vertebral de la economía social. “Hay que centrar las acciones en el desarrollo de las mujeres, porque ellas son las que traerán prosperidad al país”, afirmó la legisladora.
Por la Secretaría de Economía, María Magdalena Luna Ramírez, directora general de Impulso Productivo de la Mujer y Grupos Vulnerables, del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES, antes Fonaes), refirió que en el sexenio pasado el número de proyectos exclusivos de mujeres que se impulsaron ascendió a 13 mil 660, y el monto fue mil 904 millones de pesos.
Puntualizó que además se apoyó a 473 empresas sociales, por lo que es necesario construir procesos de organización; el total de figuras cooperativas fue de 342 unidades productivas.
Se debe, argumentó, diseñar y apoyar iniciativas productivas que reconozcan las características y necesidades de la población objetivo, sobre todo de las mujeres, y aumentar las capacidades organizacionales técnicas, tecnológicas y comerciales de los actores de la economía social.
Generar y difundir información sobre el sector social de la economía para posicionar su importancia en la generación de empleos; favorecer la banca social como fuente de recursos e incorporar la perspectiva de género como eje transversal, atendiendo como universo prioritario a las jóvenes, en el fomento de empleo y en el sistema de capacitación.
A su vez, Rosario Ortiz Magallón, presidenta nacional de la Red de Mujeres Sindicalistas en México, destacó que es importante impulsar propuestas legislativas que permitan a las mujeres avanzar en el sector y ejercer sus derechos como ciudadanas.
Resaltó que “por muy democráticos que sean los sindicatos en algunos persiste la ausencia de mujeres en las directivas, a pesar de que éstos están conformados por más de 50 por ciento de población femenina, y las pocas que hay en los consejos no se reflejan”.
Es necesario, precisó, continuar la tarea de modernizar los estatutos para que las mujeres participen en las estructuras políticas de los sindicatos, en las asambleas y colaboren en la actualización de sus condiciones de trabajo.
Josefina Cendejas Guízar, profesora investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, resaltó que la economía solidaria es estratégica para cerrar la brecha de desigualdad, pues más del 60 por ciento de la población mexicana es de clase baja o vive en condición de pobreza.
Subrayó que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha reconocido que ningún país del mundo ha logrado tratar a la mujer con plena equidad, pues la inequidad de género está íntimamente relacionada con la pobreza y feminización de la miseria.
Se manifestó por centrar las acciones de desarrollo en las mujeres, a través de la economía incluyente y la social, donde la vulnerabilidad se reduzca y las capacidades aumenten. “Son excelentes agentes de progreso, por lo que deben ser empoderadas en la económica solidaria, ya que son abrumadora mayoría que no se refleja en los consejos”, dijo.