El Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados señaló que para que se dé una transformación real de nuestra economía, a partir de una política industrial, el gobierno requiere de recursos adicionales, los cuales no será posible obtener sin una reforma fiscal que no sólo incremente la recaudación, sino que también haga transparente y eficiente el ejercicio del gasto.
Resalta que la solución para reactivar el crecimiento económico de México se ha centrado en las reformas estructurales. Sin embargo, también es necesario el diseño e instrumentación de una política industrial.
Subraya que para promover un crecimiento económico sostenido en México, se requiere impulsar dicha política que genere empleos bien remunerados; fortalezca el mercado interno a través de encadenamientos productivos; reduzca nuestra dependencia con el exterior; diversifique nuestros mercados de exportación y promueva un sector exportador que además de reunir mayor valor agregado, también incorpore más tecnología en sus procesos de producción.
“Sólo así México será capaz de promover un crecimiento económico sostenido que le permita alcanzar un mayor nivel de desarrollo”, aseguró Edgar Díaz Garcilazo, economista y maestro en Desarrollo Económico y Análisis de Política Económica, colaborador de la Cámara de Diputados.
Díaz Garcilazo insistió en que es necesaria una política industrial con nuevo rumbo, establece que entre los años de 1990 y 2000 México tenía una tasa de crecimiento promedio anual de 3.49 por ciento y que en la última década se redujo a 1.59 por ciento.
En ambos casos, precisó, se está muy lejos del 7 por ciento requerido para alcanzar un crecimiento económico sostenido.
Para el 2012, dijo, se espera que el crecimiento sea de 3.3 por ciento y que se generen alrededor de 600 mil empleos. Sin embargo, estas cifras son insuficientes cuando se requiere crear cerca de un millón de plazas para satisfacer la demanda real.
Detalló que el país no ha logrado crear incentivos suficientes, ya que las reformas estructurales pueden ayudar a alcanzar ganancias eficientes, pero no son capaces de poner a la economía en un crecimiento económico sostenido.
A menos, precisó, que fortalezcan los incentivos para la producción y eliminen las fallas de mercado y del gobierno que limitan los esfuerzos para acumular capital e impulsar la productividad.
Dijo que es necesario depender menos de las fórmulas internacionales y realizar un diagnóstico claro y objetivo del caso mexicano, a fin de lograr identificar los obstáculos específicos del crecimiento y elaborar políticas encaminadas a eliminarlos.
Además, se enlistan algunas características que llevan a cabo las economías denominadas “exitosas” para lograr obtener un desarrollo económico, entre las cuales señala dar mayor apertura económica; tener estabilidad macroeconómica y bajo control de variables como la inflación, tipo de cambio, tasas de interés y déficit público.
Generar altas tasas de ahorro e inversión, disposición para renunciar al consumo actual en la búsqueda de mayores niveles de ingreso en el futuro; libertad de mercado y mercado interno sólido, además de un liderazgo político y un gobierno efectivo, pragmático y, en ocasiones, activista.
Asimismo, los programas gubernamentales deberán enfocarse en subsidiar reportes de viabilidad en áreas agrícolas no tradicionales, inversión en infraestructura, adaptación de tecnologías importadas a las condiciones nacionales y financiar nuevas empresas.
Concluyó que las instituciones encargadas de instrumentar la política industrial deberán ser dirigidas y monitoreadas por un organismo que tenga claro cuáles son los resultados a los que quiere llegar y tener una autoridad política en el primer nivel de gobierno, además de mantener canales de comunicación con el sector privado.