Cuando no hay dinero suficiente, los más afectados son siempre los más necesitados y los marginados que viven en las regiones apartadas de nuestra geografía.
Así lo dijo el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Francisco Javier Fernández Clamont, al destacar que una sociedad que no dispone de los servicios médicos indispensables, es una sociedad enferma y débil que, al ver afectadas sus actividades cotidianas, también frena el desarrollo del país.
“De ahí la tesis de que la salud es la base del bienestar social y que no hay mayor determinante de la capacidad de progreso de una nación que el buen estado físico, mental y social de su pueblo”, subrayó.
Entrevistado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el diputado federal resaltó la importancia de contar con mayores recursos para el sector salud con la finalidad de lograr una mayor cobertura y ampliar su infraestructura hospitalaria.
Señaló que de acuerdo con la Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis (DGSDIA) de la Cámara de Diputados, uno de los problemas que enfrentaba el gasto público en salud en 2012, era que el 97.13 por ciento se destinaba a servicios personales, sueldos, prestaciones, papelería, equipos de cómputo y subsidios y únicamente el 2.87 por ciento era utilizado para la modernización, ampliación y construcción de infraestructura en el sector.
Hoy, agregó, con el presupuesto asignado, aunque no es suficiente, sí se revertirá paulatinamente esa situación además de reforzar lo que apunta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el sentido de que en las últimas décadas, México ha realizado avances muy importantes en materia de salud.
Ello, concluyó, se ha reflejado en el aumento de la esperanza de vida, la cual ha superado con creces el promedio de ese organismo internacional y la tasa de mortalidad infantil ha declinado incesantemente.