Ante las advertencias a nivel internacional sobre los posibles daños a la salud que genera el consumo de productos transgénicos, la Comisión Permanente solicitó al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA) a que presente ante el congreso un informe que permita esclarecer la política de este tipo de alimentos en el territorio nacional.
El Legislativo planteó que si una vez recibida y analizada la información de Sagarpa no se eliminan las inquietudes y preocupación por los posibles perjuicios a la población, entonces se considerará la pertinencia de citar al titular de la dependencia a una reunión de trabajo en la cual se aclare por completo las bases en las que se permite la producción e importación de transgénicos.
Lo anterior a partir de la propuesta presentada por la senadora Luz María Beristain Navarrete, quien expuso que la polémica en torno a los Organismos Modificados Genéticamente (OGM) obedece a la autorización de Sagarpa para la siembra e importación de este tipo de maíz, sin que las empresas aclaran en el etiquetado su origen transgénico ni los posibles daños a la salud por su consumo constante.
La legisladora destaca que es la empresa Monsanto la principal exportadora de transgénicos a México, sin cumplir los mínimos lineamientos como el país de origen, tipo de semillas y medidas de control para prevenir daños en la salud.
Ello no obstante que diversas investigaciones refieren que, debido a su alteración genética, estos productos son dañinos a la salud, por lo que Beristain Navarrete se pronunció también porque se considere necesaria la regulación de etiquetado obligatorio. Por otra parte, abundó, se han suscitado casos en los que el polen de cosechas transgénicas contaminan campos cercanos de alimentos orgánicos y esto impide su exportación a países que tienen prohibido el ingreso de alimentos genéticamente modificados.
Lo anterior hace necesaria la protección legal de los derechos de los productores de alimentos orgánicos.
Al avalar el exhorto en mención, el diputado Ricardo Cantú Garza destacó que un alto porcentaje del maíz importado de Estados Unidos proviene de semillas transgénicas, haciéndose común el consumo de las mismas sin que la población sepa su alteración genética, de ahí la necesidad de obligar a un etiquetado que especifique su naturaleza y posibles riesgos.