La Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo por el que se solicita la comparecencia del director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio Raúl Arroyo García, a fin de que informe lo relativo a las autorizaciones realizadas al Grupo Wal-Mart para la apertura de tiendas de autoservicio en la zona arqueológica de Teotihuacán.

El senador José María Martínez Martínez (PAN) señaló que la instalación de una bodega Walmart en el 2004 en dicha zona, se generó con motivo de un presunto soborno que asciende a 45 mil dólares para el director del INAH, Sergio Raúl Arroyo García; también se presume, dijo, recibió un regalo personal de 29 mil dólares para ceder en la autorización de dicha instalación.

Destacó que no sólo se cuestiona el permiso en Teotihuacán, sino el de otros centros históricos con valor patrimonial como Amecameca, en el Estado de México; Cholula, en Puebla y Filobobos en Veracruz, donde se pretende instalar negocios de este tipo.

En su intervención la diputada Lilia Aguilar Gil (PT), precisó que más allá de los presuntos actos de corrupción en el tema de Walmart, “nos interesa proteger el área declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO y que obliga al INAH a preservar las construcciones y monumentos que conforman dicho centro ceremonial”.

Destacó que es importante que el que el titular del INAH explique el efecto que habrá, no solamente económico, ni de corrupción, sino al patrimonio de la humanidad del país y del mundo.

El documento detalla que legisladores estadounidenses, Elijah Cummings y Henry Waxman, responsables de la investigación del caso Wal-Mart en México, enviaron una carta al presidente de la empresa, Michael T. Duke, a quien cuestionaron por promover una serie de sobornos a funcionarios mexicanos, involucrados en casos de corrupción.

Dichos señalamientos coinciden con lo que había publicado el diario New York Times, en donde señalaron cargos que van desde presidentes municipales hasta el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio Raúl Arroyo García, por la construcción de una tienda de esa cadena en el 2004 cerca de la zona arqueológica de Teotihuacán.

De acuerdo con el diario, Wal-Mart de México corrompió autoridades, incluyendo al INAH  para cambiar el mapa de zonificación y construir dicho comercio.

“Estos sobornos que la empresa presuntamente pagó a congresistas locales fueron por 1.2 millones de pesos, con los que tendría la mayoría del Congreso mexiquense para autorizar cambios de uso de suelo; 900 mil pesos al INAH; 500 mil pesos por concepto de “donación” y un “regalo personal irregular” de 400 mil pesos para “el director”, se indica.

Considera que en nuestro país, esta empresa tiene 54 por ciento del mercado total, al ser dueña de Bodegas Aurrerá, Superama, Suburbia, los restaurantes Vips, El Portón y Ragazzi, además de los almacenes Sam’s Club y Wal-Mart, “lo que le da un alto poder sobre consumidores, proveedores, productores y políticos”.

Detalla que Grupo Wal-Mart ocupa el lugar 19 de las 100 mayores economías del mundo, superando a países como Suecia, Noruega y Arabia Saudita y es la mayor compañía de ventas directas al consumidor en Estados Unidos, Canadá y México.