Por Guillermo Pimentel Balderas

El rezago en la producción de alimentos, en las últimas décadas, es un lastre que ha limitado el crecimiento económico del país, y muy particularmente del campo mexicano; por lo tanto, el Alto Rendimiento, las mejores prácticas agrícolas y la sustitución de importaciones, necesarias para mejorar rendimientos, por ello, los maiceros del país se suman a la democratización de la productividad.

El presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), Héctor Carlos Salazar Arriaga, consideró que el rezago de la productividad rural en México, en las últimas décadas, expuesto por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, efectivamente, es un lastre que ha limitado el crecimiento económico del país y muy particularmente del campo mexicano.

En entrevista, el líder agrario consideró que democratizar la productividad y formalizar la economía, es tanto un compromiso del Gobierno como un asunto de estado mexicano; además, subrayó que es un compromiso de todos los actores económicos mexicanos.

“En cualquier actividad productiva, de servicios, incluso del público, nos comprometemos a hacer más con menos; mejorar el rendimiento por unidad, ya sea de trabajo, de materias primas, de insumos o tener mejor calidad de faena, de producto, de atención, a lo que nosotros –los maiceros- lo hemos denominado Revolución Productiva en el Campo”, destacó.

Salazar Arriaga, ingeniero agrónomo de profesión, aseguró que los productores de maíz, afiliados a la CNPAMM, hacen público su compromiso para sumarse a la democratización de la productividad, con su “Revolución Productiva en el Campo”, y que asumen el deber de elevar la productividad por hectárea, mejorar el rendimiento por unidad de producción, pero además a reducir el costo por tonelada de maíz, o sea, en invertir menos para producir el grano.

Luego, explicó que los instrumentos tecnológicos son las mejores prácticas de manejo agrícola para la alta productividad y que el Programa de Sustitución de Importaciones PSI-2020 - que ya están en práctica en más de 60 mil hectáreas a partir de 2012-, está contenida en la propuesta que este 9 de mayo la CNPAMM entregó al Gobierno Federal en el evento: “5° Foro de Consulta “México Prospero” del Plan Nacional de Desarrollo”, acto que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto.

“Pero, para aumentar la productividad nacional del maíz, que permita sustituir importaciones, se hace necesario ubicarnos en la la competitividad mundial y nuestra visión nacionalista del desarrollo”, indicó.

El dirigente de los maiceros del país señaló que ésta competencia global se está dando entre cadenas productivas, por lo que las acciones de política pública deben buscar preservar la integridad de las cadenas nacionales y potenciar su competitividad, pues “el reto es hacer que cada eslabón pueda transferir su producto al siguiente eslabón en condiciones de competitividad y rentabilidad, debido a que las cadenas agroalimentarias deben ser capaces de abastecer el mercado interno en primera instancia, para proteger el empleo del  25 por ciento de los mexicanos”, apuntó.

Salazar Arriaga dijo que se puede afirmar que desde 1994 la protección arancelaria ha ido desapareciendo, por lo que cada eslabón ha tenido que mejorar su productividad y competitividad; sin embargo, aclaró que los desequilibrios estructurales, la competencia desleal (importaciones indiscriminadas) y la falta de insumos suficientes y competitivos, han ido mermando la productividad,  competitividad y rentabilidad de diversos eslabones.

“El eslabón de la cadena productiva nacional que pierda competitividad, desgraciadamente es substituido por el eslabón de la cadena productiva exterior, y un indicador alarmante es el alto volumen de las importaciones de granos, oleaginosas, cárnicos y huevos”, advirtió.

Entonces, sugirió que es necesario ya hacer frente a este escenario de falta de productividad, por lo que han sugerido, primero, integrar y fortalecer las cadenas productivas, identificando los productos  de importancia en el consumo alimentario de los mexicanos con valor agregado y potencial para el mercado interno y externo.

Además, agregó, determinar la vocación productiva de las distintas regiones del país, estableciendo vínculos entre productores agrícolas y consumidores agroindustriales, y construir soluciones que consideren el entorno de competitividad internacional, especificando políticas públicas, acciones y compromisos por parte de todos. “Todo bajo el concepto de que el Abasto Competitivo genera la de rentabilidad para cada eslabón”, detalló.

El también dirigente de la Confederación Nacional de Productores de Maíz, A. C (CNPMAC) –organismo adherente del Partido Revolucionario Institucional (PRI)-, argumentó que en este escenario se debe considerar que los  productores buscan precio justo equivalentes a los de referencia internacional; los consumidores, precio de indiferencia, y el Gobierno subsidios aplicados inteligente y eficientemente.

“Para nuestra actividad, planteamos ordenar la oferta nacional de maíz, reconvertir volúmenes excedentes de maíz blanco por amarillo -al menos un millón de hectáreas de superficie comercial- , uso eficiente de subsidios: coberturas, apoyos a la comercialización para los productores; precio de Indiferencia como máximo, y el uso de apoyos para la reconversión productiva”, detalló.

Salazar Arriaga, mencionó que el concepto clave es integrar a los productores de maíz con la agroindustria, produciendo maíz amarillo a precio de indiferencia y mediante un programa bien planeado, eficiente, que  proporcione certidumbre de precio y abasto para poder sustituir al menos 8 millones de toneladas de maíz amarillo que hoy se importan.

“En consecuencia, reducimos excedentes de blanco –maíz- que ha distorsionado el mercado, provocando la especulación, pues producimos 17.2 millones de toneladas en 2012, y sólo consumimos 11.5 millones y, aun así, los industriales y comercializadores importan 1.5 millones de toneladas, con fines especulativos”, lamentó.

Explicó que el PSI-2020, contempla el contrato entre maiceros, agroindustriales y gobierno, bajo el concepto de vender antes de sembrar con una predefinición de apoyos por parte de ASERCA, lo que garantiza un ingreso objetivo rentable.

“La siembra de un millón de  hectáreas en los estados de Tamaulipas, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, Zacatecas y Guanajuato, es con utilización de coberturas de precios por ASERCA, así como con regulaciones definidas por un contrato mercantil, con intermediación de instituciones de gobierno y el fomento al uso de tecnología de Alto Rendimiento, apropiada para incrementar la productividad y reducir costos”, manifestó.

Salazar Arriaga, explicó que entre los aspectos positivos de la propuesta de la CNPAMM, sobresalen: el desarrollo de proveedores nacionales competitivos, sustitución de importaciones, certidumbre de precio para el productor, certidumbre de abasto competitivo para la industria, utilización eficiente de recursos federales, bursatilización del contrato, fomento a la reconversión productiva, y fomento a la productividad, además de uso de tecnología más apta para el Alto Rendimiento en maíz.