Por Arturo Estrada Rosales
El próximo 6 de diciembre en la Ciudad de México, será sujeto de homenaje Tomás Correa Ayala, por su trayectoria como ex líder sindical y luchador social.
Homenaje que es organizado por miembros del extinto Partido Socialista de los Trabajadores PST, y en donde estarán presentes miembros de diversas organizaciones políticas y sociales que han marchado, junto al que será reconocido, a través de sus luchas emprendidas a través de su vida.
Aquí su semblanza:
Tomás Correa Ayala, nació en el Distrito Federal el 13 de mayo de 1942. Sus padres Aurora Ayala Escobedo, de profesión maestra y Máximo Correa Camargo, obrero ferrocarrilero y dirigente del Partido Comunista y del Partido Campesino de México.
Siendo niño Correa Ayala, participo al lado de sus hermanas como activista, apoyando a sus padres, Aurora, que era dirigente de la Sección 9 en el Movimiento Revolucionario Magisterial y a su padre Máximo, que era dirigente del Sindicato Ferrocarrilero junto a Valentín Campa, ambos apresados en 1959, durante la huelga ferrocarrilera que estalló en 1958.
Por esas vivencias, es difícil establecer el momento en que Tomás Correa Ayala se convierte en luchador social y revolucionario. Más habría que decir, que esta trayectoria inició a la mano del seno materno, es decir, Tomás ya traía la vena subversiva del vientre materno.
A los 6 años, ya formaba parte de la organización de pioneros del Partido Obrero Campesino de México POCM y asistía con sus padres a los mítines y manifestaciones que se celebraban por parte del sindicato magisterial, llevando escondida entre sus ropas la propaganda que tenía que repartirse en esos eventos, así como también hacer tareas de seguridad (¡hecha-aguas!) durante las reuniones que se celebraban en su casa por parte de los militantes del POCM.
A los 14 años, siendo estudiante de la pre-vocacional 6 del Instituto Politécnico Nacional, participó en la huelga por la defensa del Internado del Casco de Santo Tomás. Movimiento que fue aplastado por el ejército y fue causa de persecución, cárcel y expulsión de cientos de estudiantes.
En 1959, al ser encarcelados sus padres, tiene que abandonar los estudios para dedicarse a trabajar. Dedicándose a la venta de combustibles y como aprendiz de soldador.
En ese mismo año, ingresa al Colegio Militar y tiene que desertar a causa de que es reconocido por profesor-militar de la pre-vocacional que lo identifica y se ve obligado a salir huyendo hacia el Estado de Sinaloa, donde hace sus primeras incursiones en la industria de la construcción.
En 1960, regresa al Distrito Federal y entra a laborar en la Planta Siderúrgica de la Consolidada (después conocida como Altos Hornos de México) y que forma parte del sindicato minero.
En 1961, se reintegra a la industria de la construcción y por su activa participación en la lucha por el cumplimiento del contrato colectivo de trabajo, es invitado por otros dirigentes de la construcción a construir un sindicato nacional de obreros especializados de la industria de la construcción;
Sindicato que debía incluir electricistas, plomeros, soldadores, paileros y mecánicos (proyecto que no se concreta formalmente ante la negativa de la Secretaría del Trabajo de otorgarles el reconocimiento).
En ese mismo año, le plantean integrarse a la Liga de Soldadores (sindicato gremial constituido en 1934 y afiliado a la CTM en Ciudad Madero, Tamaulipas), organización gremial que sería tomada de pantalla para constituir el sindicato nacional de la construcción.
En 1962, es nombrado Secretario del Interior de la Liga de Soladores que integra a soladores y ayudantes de soldadores de acetileno y arco eléctrico de la RM.
En 1964, al constituirse una nueva directiva de la Liga de Soldadores, es ratificado como Secretario del Interior, durante el secretariado de Martín Ramírez; de facto (se emplea para reconocer un hecho político por la existencia del hecho en sí), se asume como dirigente nacional, ante la negativa del Secretara General de trabajar para la constitución de éste.
Siendo aún parte de la CTM, la Liga de Soldadores, no logra trascender la clásica política corporativista, y de transar con los intereses de los trabajadores, actitud propia de la CTM. Lo que provoca frecuentes fracasos y derrotas, y por ende, la deserción de trabajadores de este sindicato.
Luego de algunas huelgas estalladas de facto, a través de la Liga de Soldadores, este sindicato es desconocido por Fidel Velázquez y expulsado de la CTM. Al salir de la CTM, la Liga de Soldadores, se constituye en uno de los primeros sindicatos independientes del país.
En 1964, al salir de la cárcel su padre (Máximo Correa), Tomás Correa, se reintegra al Partido Comunista de México, del cual pasa a formar parte de la Comisión Nacional Sindical de 1966.
El 26 de julio de 1968, estallan huelga de la llamada Capilla de Siqueiros (actual Poliforum Cultural Siqueiros), que en el marco del Movimiento Estudiantil de 1968, genera un amplio apoyo estudiantil y de otros sindicatos independientes. En los hechos Tomás Corea asume de facto la dirección de este movimiento ante la ausencia del Secretario General de la Sección 6 Manuel Grado.
En 1970, estalla una huelga de hecho, en la Termoeléctrica del Valle de México (CFE); debido a la gran repercusión política y de solidaridad que tuvo esta huelga, la empresa decide allanarse a los 15 días al pliego petitorio presentado por los trabajadores, a condición de que los trabajadores desconocieran a la Liga de Soldadores y sobremanera, a Tomás Correa Ayala, como representante social.
Tras esta huelga, la Liga de Soldadores logra un gran prestigio y realce como sindicato nacional, y miles de trabajadores de la construcción buscan afiliarse a esta organización.
En ese mismo año, se retira de la Comisión Nacional Sindical del PCM, debido al poco apoyo y solidaridad que reciben de esta comisión y del partido.
En 1971, la Liga de Soldadores realiza una gran movilización el 1º. De mayo en Monterrey, y estalla la Huelga de la Planta de Vapor del Mezquital, en proceso de construcción, y adherida a la CFE; a los 15 días, la empresa se allana al pliego petitorio de los trabajadores y vuelve a poner como condición, el desconocimiento de la Liga de Soldadores y de Tomás Correa, como sus representantes legales.
En el marco de esta huelga, estallan otras y crean la sección 6 de la Liga de Soldadores.
Hojalata y Lámina del Grupo Monterrey, que paralizan la obra durante la ampliación de la empresa; era la primera huelga en la historia de esta empresa; sólo de ahí, el asesor jurídico transo a espaldas de los trabajadores.
Trabajadores de Tubo-Aceros también estallan en huelga en ese año, al igual que trabajadores de la ampliación de la Fundidora Monterrey. Todos estos movimientos logran un amplio apoyo de los 30 mil trabajadores de la construcción del estado (incluyendo a los trabajadores de la sección 67 del Sindicato Minero).
Tras esas huelgas, se inicia un proceso masivo de afiliación de trabajadores de la Construcción de la CFE y PEMEX a la Liga de Soldadores:
En 1972, es llamado Tomás Correa, por los trabajadores de Rosarito en Baja California y luego de realizado el primer mitin, la empresa se allana al pliego petitorio y concede todas las demandas a los trabajadores a fin de evitar la huelga;
En el mismo año, es invitado el luchador social y sindical, por los trabajadores de la Planta Termoeléctrica de Mazatlán, y antes de estallar la huelga, la empresa se allana al pliego petitorio y mediatiza la lucha.
Situación que se repite en la mayoría de las plantas en proceso de construcción y adheridas a la CFE. Gracias a esta presión, la CFE, decide constituir su propia rama de la construcción, la cual afilia al sindicato de electricistas.
En PEMEX, se estallan diversas huelgas desde mediados de los años sesenta:
En Pajaritos (Coatzacoalcos, Veracruz), estallan la huelga en 1965 a causa de la negativa de la empresa de indemnizar a trabajadores accidentados. La empresa se allana al pliego petitorio a cambio de que los trabajadores desconozcan al sindicato y a su dirigencia.
En 1966 estalla la huelga en Salamanca, debido al asesinato cometido por una partida de soldados contra trabajadores.
En ese año, inician un movimiento por el Contrato Colectivo de Trabajo en Ciudad Madero.
En 1974, estalla la Huelga de Tula, que adquiere repercusiones nacionales y una amplia solidaridad por parte de sindicatos independientes, universitarios y de organizaciones de izquierda. A los dos meses, la empresa se allana al pliego petitorio, luego de retardatarias maniobras legales de la Secretaría del Trabajo y la empresa.
En agosto de ese mismo año, estalla la huelga de Cactus, Chiapas, donde contaron con el apoyo del gobernador Manuel Velasco. A los dos meses, la empresa se allana al pliego petitorio, y concluye la huelga.
En 1977, la Liga de Soldadores, desarrolla una lucha por la disputa de Contratos Colectivos de Trabajo CCT. Entre ellos, un contrato que logran ganar legalmente al sindicato petrolero y que es negado, debido a la represión desatada por el gobernador oaxaqueño el General Eliseo Ruíz, quien metió la requisa y desalojo a los trabajadores de la planta. No se logró estallar la huelga.
En 1978, Tomás Correa, decide incorporarse al Partido Socialista de los Trabajadores PST, y es nombrado Secretario de Asuntos Sindicales a través del Frente Obrero.
En 1979, es llamado por el Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles a colaborar, para destituir del Sindicato Petrolero, al líder histórico Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, y le ofrecen el reconocimiento y la toma de nota de los CCT, que tenía en proceso de amparo desde inicios de los años setenta ante la Secretaría del Trabajo.
Frente a este intento de chantaje, Tomás Correa, publica un desplegado en la Revista “Siempre”, deslindándose de la Secretaría de Gobernación y denunciando la intromisión del gobierno federal en los asuntos internos de los sindicatos.
Esta denuncia fue motivo de que la Secretaría de Gobernación comenzara una escalada de represiones en contra de la Liga de Soldadores. Situación que se mantuvo durante todo el sexenio de López Portillo como represalias por esa negativa a colaborar con el gobierno y también como venganza de López Portillo, quien siendo director de la CFE durante el gobierno de Luis Echeverría, se sentía agraviado por las huelgas promovidas por Tomás Correa Ayala en esa empresa estatal.
En 1979, siendo miembro del PST, es postulado candidato a diputado federal por el Distrito 9 del Distrito Federal. De 1982 a 1994, fue Diputado Federal por la LI, LII Y LIV Legislatura de la Cámara de Diputados por el PST y el Frente Cardenista, respectivamente.
En 1988, gana la senaduría por el Estado de México como candidato del Frente Democrático Nacional; triunfo que le es arrebatado de forma ilegal por el Colegio Electoral que manejaba la Secretaría de Gobernación.
Durante las elecciones presidenciales de 1996, el partido Frente Cardenista, pierde su registro y el partido se desintegra.
En 1998, Tomás Correa Ayala, constituye junto con Rafael Piñeiro y otros ex militantes del Frente Cardenista la agrupación política “Sentimientos de la Nación”. En 1999, la agrupación “Sentimientos de la Nación” logra su registro ante el IFE y Tomás Correa pasa a formar parte de la directiva de la misma.
En ese mismo año, constituye junto a otras agrupaciones políticas un frente para apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas para las elecciones presidenciales del año 2000.
En el 2004, se alían a otras organizaciones para constituir el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina PASC y logran ganar su registro. Tomás Correa pasa a formar parte de la dirección nacional como Secretario de Desarrollo Social de ese partido.
Finalmente, el 18 de abril de 2009, Tomás Correa Ayala es fundador y miembro activo del “Frente Nacional en Defensa de las Pensiones y Jubilaciones”, organización integrada por agrupaciones de trabajadores progresistas, sindicatos democráticos y exservidores públicos procedente de 32 estados del país.